Amigos Sin Beneficios

Capítulo 5: Fiesta.

14 de Septiembre de 2018.

 

 

Lia.

 

 

Una semana había pasado. La verdad no se me había hecho complicado esto de fingir, solo Mateo y yo nos la pasábamos paseándonos por los pasillos tomados de la mano la cual es una suficiente muestra de afecto para mí, no sé como las parejas pueden andar por ahí sin soltarse.

Uno de los muchos problemas en esto era Jorge. Había estado vigilándonos todos los días incluso cuando le expliqué que era todo parte de un plan. Un día llegó a hartarme demasiado que habíamos tenido una fuerte discusión sobre que nadie podría tomarme la mano.

Aún así Mateo y yo seguíamos en lo mismo y ahora estábamos platicando tranquilamente en una mesa del patio cuando Ana y Ray llegaron a sentarse frente a nosotros, rápidamente nos tomamos de la mano casi por instinto.

—¿Qué hacemos aquí?—preguntó Ray después de unos segundos de completo silencio.

—Tengo una duda sobre ustedes dos—dijo Ana ignorándolo.

—¿Qué es?—dijimos Mateo y yo al mismo tiempo. 

¿Ahora vamos a fingir hablar al mismo tiempo como las parejas? Eso no, paso.

—Nunca los he visto besarse—soltó Ana.

—¿Y?—dije yo.

—Quiero que lo hagan, ahora—Ana recargo su barbilla sobre sus manos.

¿Y solo porque ella lo dice cree que voy a hacerle caso? Si a mi tía que está detrás de mí todo el tiempo no le hago mucho caso, menos voy a responder a las órdenes de ella. 

—No tenemos nada que demostrarte, Ana—dijo Mateo.

—No creo que les incomode, supongo que se han besado muchas veces.

—No tienes porque hacerles esto—dijo Ray, ¿acaso le molestaba esta situación?

¿Le molestaría verme con Mateo? ¿Es malo hacerse estas preguntas delante de mi novio falso?

Bueno creo que no, por algo es falso. Pero sí es malo por el lado de que no me debería de hacer tontas ilusiones con el novio de alguien más.

—Los sigo esperando—Ana ignoró completamente a Ray.

Creo que de hecho la estresábamos con nuestro silencio, pero no es mi culpatomarme mucho tiempo con mis conversaciones internas, ¿de acuerdo?

—No vamos a hacerlo—dije yo, esta situación me estaba poniendo nerviosa. No soy de dar muestras de afecto en público y menos con mi novio falso.

Lo que sea que estés tramando Ana, no va a funcionar.

—Entonces no son una pareja oficialmente para mí—se cruzó de brazos.

—Solo porque no nos besemos frente a ti no sign...—Mateo tomó mi rostro y me besó interrumpiéndome.

Sus labios son suaves y estando tan cerca de él distingo un olor a menta, ¿o es hierbabuena? Huele bonito.

Nos quedamos así por algunos segundos, sin movernos, solo con los labios pegados y los ojos cerrados.

Mateo ya te puedes quitar que no puedo respirar bien. Supongo que es por la cercanía.

—Bien, ya nos quedó claro—sonrió Ana y nosotros nos separamos de inmediato—. Los espero en mi fiesta el miércoles por la tarde.

—Lo siento pero tengo que trabajar—le contesté.

—Pero tu trabajas fines de semana—intervino Ray y Ana lo miró mal.

—¿Cómo sabes eso?—Ana le dijo. Ahora si le presta atención ¿no?

—Éramos novios—hombre, acabas de firmar tu sentencia de muerte.

—Estaremos ahí—dijo Mateo tomándome de la mano y luego ellos se retiraron, tal vez iban a pelear y terminar. A quién engaño, eso no va a pasar.

—¿¡Puedes explicarme porque se acaban de besar!?—dijo Jorge bruscamente llegando a la mesa acompañado de Mía e Iván.

—Porque son novios, genio—dijo Mía mientras se sentaba.

—Será mejor que empieces a correr porque voy a golpearte. De hecho sería mucho mejor que no la besaras de ninguna manera.

—No lo dice en serio—dije yo.

—Creo que va muy en serio—dijo Mía en cuanto vimos a Jorge dejando sus cosas sobre la mesa y Mateo salió corriendo.

 

 

Mateo.

 

 

A los siete años se me ocurrió la brillante idea de preguntarle a mamá que eran los besos y después de una muy gráfica descripción de lo que era me di cuenta de que debía de ser algo asqueroso, pero luego mamá vio mi cara y me dijo que más que nada es una muestra para demostrar cariño y a pesar de que no entendía mucho de la vida a esa edad y aunque pensaba que las niñas eran raras, la primera persona que recuerdo que vino a mi mente en ese momento fue Lia.

Tenía lógica en mi mente ya que desde ese momento yo ya le tenía mucho cariña a Lia y supuse que era algo que los amigos podrían hacer.

Recuerdo que le dije a mi mamá explícitamente "¿Qué se sentirá besar a Lia?"

A lo que ella contestó: "Lo averiguaras años más tarde"

Y bueno, años más tarde había obtenido mi respuesta: Se sentía bien.

Vi la oportunidad y la tomé. Sus labios eran pequeños y suaves, no había sido un gran beso pero extrañamente tenía ganas de más.

Luego me arrepentí de pensar en eso después de que Jorge me persiguiera por diez minutos. Fueron los diez minutos más mal gastados de mi vida, todo ese drama fue para decirme que él no sabía golpear a las personas y que no olvidara que todo esto solo era una farsa, que no tenía que tomarme más de las libertades necesarias con su prima.

Aunque él no lo crea tengo eso muy presente.

 

 

19 de Septiembre 2018.

 

 

Lia estaba saliendo de la casa de sus tíos, había pasado por ella para ir a la fiesta de Ana ya que su casa estaba a unas cuadras, no había manera de librarnos de esto.

Lia casi siempre usaba ropa holgada, sudaderas, playeras, vestidos, pantalones y shorts de tallas más grandes ya que nunca le ha gustado llamar la atención. Había sido sorprendente verla salir de la casa con una falda con botines y una blusa de manga larga que marcaba un poco la forma de su cuerpo.



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En el texto hay: novelajuvenil, amistad, fingiramor

Editado: 02.12.2020

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