Esta vez vengo a escribir asumiendo que me he vuelto loco… o que me ha picado algo raro ese día en que decidí esperarla. Porque siento que desde ese día no soy el mismo y creo que recién me he dado cuenta cuando la vi después de tantos días.
Ella ha vuetlo y siento que las estrellas de mi cielo han vuelto a brillar. Su sonrisa vuelve a iluminar mis días… y eso hace que mis noches también sean más tranquilas.
Las pesadillas que me han acompañado por tantos años empiezan a ser desplazadas por su imagen, y la esperanza de un futuro, de algo más allá que la oscuridad, comienza a incrementar.
Cuando me pongo a pensar, no sé si merezco tanto… No sé si mereceré algo más que el simple regocijo de observarla desde lejos. Me encantaría que las cosas cambiaran, me encantaría acercarme a ella de otro modo. Pero en el fondo sé que no soy merecedor de tanta felicidad en mi vida.
Por el momento me limito a sonreír sabiendo que mañana volveré a verla y que esta vez las ilusiones no serán en vano.