Domingo 30 octubre 2016
Hay días que serían como de fotosíntesis, tipo, la luz se vuelve algo dentro de ti, algo ahí, disque positivo… Bueno, no es uno de esos. No es ni siquiera de día. Es de noche, la noche de un domingo; el primero en años que estoy en silencio y no en una fiesta, lo que me asegura que al menos no tendré resaca mañana… pocos lunes así. Tampoco hay luz que absorber, todo a mi alrededor está a oscuras. Y eso a lo que le corro desde niña al parecer me alcanzó: la soledad.
Algunas veces consiento que mi mente quiera el bullicio de la fiesta, para no escuchar el llanto ahogado en mi memoria. Ahora mismo ni siquiera quiero eso, no tengo las fuerzas necesarias.
La soledad de la noche y su oscuridad me abrazan. Porque a fin de cuentas, mientras más corro, ella más se aferra a mí. Estoy recostada en la cama, mientras respiro profundamente e intento mantener para mi misma las emociones que me inundan. No quiero llorar, no es que me estoy conteniendo, es que ni siquiera quiero llorar; solo estoy mirando el techo decorado con ¿Mármol? y delineo con mis ojos cada pequeña curva que muestra…
¿Cómo Hannah logra llevarme a este punto para recoger el dolor, que abandoné aquí en su momento por papá?
Me cuestiono muchas cosas, pero en esencial… “¿Hannah es consciente de la miserable vida que construye para mí?” Quizás no lo sea, pero igualmente sus palabras se sienten como rocas talladas para ser lanzas; no sabes si duelen por el filo, o por el peso.
—Saying "I love you"... Is not the words I want to hear from you —comienzo a cantar en voz baja—. It's not that I want you not to say but if you only knew how easy, it would be to show me how you feel… More than words is all you have to do to make it real. Then you wouldn't have to say that you love me. 'Cause i’d already know… What would you do if my heart was torn in two? More than words to show you feel that your love for me is real. What would you say if I took those words away? —mi voz no aguanta más y se rompe como si fuera un cántaro de barro lanzado al vacío —Then you couldn't make things new Just by saying "I love you"...
(Decir "te amo"... No son las palabras que quiero escuchar de ti. No es que quiera que no me lo digas pero si supieras lo fácil que sería mostrarme cómo te sientes… Más que palabras es todo lo que tienes que hacer para hacerlo realidad. Entonces no tendrías que decir que me amas. Porque ya lo sabría... ¿Qué harías si mi corazón se partiera en dos? Más que palabras para demostrarte que sientes que tu amor por mí es real. ¿Qué dirías si te quitara esas palabras? Entonces no podrías hacer las cosas nuevas con solo decir "te amo"...)
More than words no es el tipo de canción que escucho usualmente, pero recordé la manera en que eso me hacía sentir cuando bailaba con papá en la pequeña sala del sótano que destinamos para ser el lugar feliz y a la vez logra describir a mamá, o al menos cómo me siento respecto a ella. Siento que mientras más anhelo su amor, menos quiero recibirlo.
Lloré por años esperándola, lloré por años extrañando a papá, pero al mismo tiempo siento… que los aborrezco a ambos, en contra de las miles de veces en las que quise tenerlos. More Than Words… es la manera en que describiría a mis padres.
De igual manera, quisiera saber cómo hubiese sido todo si fuera diferente, si yo fuera diferente… si ellos lo hubieran sido. Si papá se hubiera quedado y mamá se hubiese ido… ¿Hubiésemos sido más feliz?
Extreme sigue sonando de fondo, en la oscuridad del cuarto de hotel. La suave brisa que entra por la ventana me llena de frío y ni siquiera tengo ánimos de levantarme a cerrar por dónde entra la ráfaga. Me congelo y no me importa.
Tirada en la cama, sintiendo la seda suave en mi piel, recuerdo la noche anterior. Dónde, aún cuando no estaba en mis cabales y sentía el caos aflorar… él se quedó. Adam calentó mi cuerpo con el suyo aquella noche, y ahora me congelo solitariamente. Mikal jamás me hizo sentir cálida. No tiene con qué, tampoco; él mismo está helado. Adam es lo más cercano a una hoguera que he tenido en mi vida y a decir verdad, quisiera que la hoguera me consumiera.
Inhalo lentamente porque su olor, aunque es un hilo delgado, logra alcanzar mi nariz; al parecer se quedó en las sábanas.
Me imagino que su cuerpo ahora está aquí, que su tentador cuerpo se desliza entre mis sábanas, que entonces puedo tocarle sin miedo a nada… igual que cómo sería si mi soledad se fuera con el calor de mis pensamientos… Adam es sin miedo, Adam está siempre dispuesto a caer al caos… Es decir, no le teme, no corre, se queda, ¿Pero se sumergiría en él conmigo?
Estaría dispuesto a muchas cosas, lo sé, hombre a medias no es… ¿Pero por mí?
Esa es la cuestión, dudaría por muchas razones que Adam acepte lo que puedo ofrecerle.
La almohada a mi lado comienza a verse coqueta, comienza a decirme que me aferre a ella como si fuera él. Estando consciente de mi estupidez igual la tomo y quedo de lado, pasando la palma de mi mano derecha sobre esta… ¿Y si pudiera ese ser… su abdomen? ¿Y si pudiera bajar más…?
Mi vientre bajo se estremece…
Sentir la piel de su pelvis me haría alcanzar la locura en cuestión de segundos.
Alejo la almohada y tras quedar boca arriba en la cama comienzo a tocar mi vientre… poco a poco bajando en línea recta hasta alcanzar un desespero interno de sentirme a mí misma… Una pequeña, muy pequeña parte de mí sabe que no es correcto, no pensando en él… Pero no sería la primera vez de todas maneras.
Igual, esa parte de mí desaparece cuando me llega un poco más del olor que su cuerpo dejó en mis sábanas…
Bajo más.
—¿Puedo pasar? —escucho tras unas leves tocadas a mi puerta… Y de inmediato sé quién es. Con risa detengo mi mano, que nunca llegó a encontrarme, y la dejo pausada encima de mi vientre.
El portador de aquel olor que persigo con esmero, el condenado, está justo ahí.
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Editado: 30.09.2023