Jueves 08 de diciembre 2016
Clover
—¡Adam!
Entro gritando a su departamento.
He hablado con Cecile, llegamos a la conclusión de que… Debo de disfrutar las cosas lo que pudiera antes de que él me pidiese ser su novia, que será cuando me alejaría.
Apenas hay unas luces encendidas en el cuarto, luego todo está en completa oscuridad y silencio.
—¿Ogro?
Nada.
Su departamento está estático, sin ninguna interacción.
Cierro la puerta y es el único sonido que retumba. ¿Acaso está fuera de la casa?
Me acerco a su cuarto, que es la única luz encendida y escucho el agua de la regadera sonar.
Se está duchando. Gran deja vu.
Sonrío instintivamente. Encima de su cama hay un traje semi formal, solo camisa, corbata y pantalón… el ogro tenía una salida al parecer.
Abro la puerta y él ni siquiera se da vuelta.
—¿Por qué tardaste tanto?
—¿Uh?
—Tardaste en todo. ¿Por qué no venías?
—¿Me extrañaste?
—Sabes que sí…
—Tienes suerte de que no sea un dixie que dispara y luego pregunta, Clover, deberías avisar cuando entras a la casa de alguien.
—Así no tiene gracia, señor Henderson —le respondo
Se limpia la cara con las manos así el agua no le impide ver y me divisa. Sonríe.
—Bruja —me llama.
—Sorpresa, ogro —le respondo con una sonrisa también.
—¿Esta vez no saldré con una cicatriz sangrante?
—No, esta vez vengo en completo son de paz.
—Que aburrido, bruja.
Sonreímos.
—¿A dónde irás?
Simplemente estoy afuera de la bañera, sin poder verlo, porque al bandido le viene la idea de poner cristal oscuro.
—Ningún lado —sigue con su ducha—. Espérame en mi cama si quieres, puedes encender la televisión de mi cuarto, casi nunca la uso, pero creo que tiene netflix también, de no ser así la contraseña y usuario está en la parte de atrás de la lámpara escrita.
—No tardes, ¿Entendido?
—No tardo, bruja.
Salgo del baño y cierro la puerta.
Qué lindo se ve con pelo mojado. Lindo y sexi.
Me recuesto en su cama a esperarlo. No quiero ver para nada el ver películas, solo quiero dormir.
+
—Clover, Clover…
—¿Umm?
—Despierta, brujita.
Despierto y veo sus lindos labios dejándome un casto beso.
—¿Ya puedes prestarme atención, ogro?
—Debo salir, volveré rápido. Menos de una hora y ya vendré de camino, lo prometo. ¿Me esperas?
—¿Quieres que pase una hora sola? Ni hablar, ¿Quién coño crees que soy?
Me siento en la cama y me estrujo los ojos con los nudillos.
—Voy contigo —me levanto.
—Ni hablar —responde divertido.
—¿Cómo qué no? ¿A dónde vas que yo no puedo ir? —pregunto divertida. Adam sube sus cejas disfrutando del evento.
Me toma del hombro como aviso.
—Fiesta de cumpleaños de mi tía.
Ah bueno, qué bien.
—Oh…
—¿Aún quieres ir?
Conocer la familia de Adam… No es tan mala idea, no es buena, pero terrible tampoco.
—¿Menos de una hora?
—Menos de una hora —confirma.
—No veo por qué no, ¿Puedo ir así?
+
—Mierda, ¿Por qué no me dijiste que era de traje?
—¿No te dijo algo cómo me vestí?
—¡Eres cascarrabias, creí que te vestiste así por decisión!
—No lo preguntaste, tampoco —responde divertido.
—Dije, y cito “¿Puedo ir así?”
—¿Dónde dice ahí que no puedes venir así? —señala el letrero gigante de bienvenida a este lugar.
—Es formal —grito en medio de un susurro cuando se baja del auto.
—Pero libre, puedes venir como indigente si así lo quieres.
—Chistoso —respondo con muecas.
Da la vuelta al auto, para quedar frente a la puerta de copiloto. Pone sus manos en mi cadera y besa mi frente, quizás buscando calmarme.
—Te ves hermosa, brujita.
—Púdrete.
Caminamos dentro de su casa con su mano tras de mí, en mi espalda. Todos sonríen al verlo, es muy amado…
—Me dejaste venir vestida así…
—Creí que no te importaban esas cosas de etiqueta.
—Pero es tu familia —respondo.
Adam se detiene de caminar.
—¿Eso qué significa, Clov? —pregunta coqueto.
Sigo caminando, recibiendo sonrisas de ciertos empresarios y políticos que conozco de las fiestas de mi madre.
—Sonríe.
—No me presiones —digo entre dientes.
—Con esa cara parece que los quieres matar —responde mientras aprieta en mi cintura.
—Esta es mi cara buena.
—¡Adam! —se acerca una mujer bastante mayor y dejamos de susurrar. La señora se ve como de cincuenta y tantos. Tiene pelo blanco.
—Tía Marisol… Felicidades, feliz cumpleaños.
La señora vs vestida con colores nada sobrios, rojo vino y verde esmeralda. Fosforescente, malditamente fosforescente.
Asumo que era la cumpleañera.
—Gracias, hijo —ella le abraza y luego deposita su mirada en mí—, ¿Quién es la bella muchacha?
—Es mi…
A la señora le brillan los malditos ojos.
Okey… incómodo.
—Su amiga —respondo cuando noto la manera en que me mira.
—Sí, mi amiga —Adam me sube la mirada.
—Feliz cumpleaños —le digo.
—Ella es la madre de mi primo Bastian, el que conociste la vez —el del bugatti… asiento con incomodidad luego de ver el contexto.
—¿El que se acostó con Violet?
La señora me mira sorprendida.
—Dios, no me digas que Bastian se acostó con Violet… ¡Y ahora mismo que los vi hablando!
—Sí, señora, lo hizo —respondo.
La señora se ve ofendida.
—Bastian solo es Bastian —Adam dice para luego sacarme del lugar y llevarme lejos. Allá comienza a reírse de la cara de asco y traumas que la señora puso —. Amé —chocamos los cinco.
Parece que a la familia no le agrada Violet.
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Editado: 30.09.2023