Este poema tiene un epígrafe en el titulo del poeta Mario Benedetti con el mismo nombre de "La culpa es de uno".
No me voy a casar de decirlo, aunque ahora ya no sirva de nada.
Perdón
Aunque para ser honesto nunca sirvió, nunca en mi vida había cometido un error tan grande. Nunca había sido tan feliz, creo que no me basto aun no entiendo por qué. En un mundo paralelo, creo que el don de la ventaja hubiera funcionado y solo tal vez, seriamos felices. Pero en nuestro mundo la inercia no tuvo piedad, decidió acabar con todo.
Intente mil veces detener la inercia, pero cada vez te hacia más daño. La verdad es que no me daba cuenta, me enteraba cuando ya no había nada que hacer. Desde el principio me sentí culpable de todo y es que, soy un niño. Creo que eso nunca cambiara, si dejo de serlo siento que no tendría momentos de lucidez. Aunque es la culpable de que mi mundo mida cuatro por veinte.
Eres lo mejor que me ha pasado en mi vida, eso nunca va a cambiar. He empezado a dejar caer los pétalos de lo que sentía por ti, me llevara tiempo removerlos todos. El diente de león es una flor un tanto extraña, solo que esta no se deshace con el viento.
Quiero y serás feliz, muy feliz. Baila, vuela, crea auroras de emociones y camina sobre ellas como siempre lo ha hecho. Siempre me encanto que lo hicieras, sé que nunca dejaras de hacerlo.
Sabes que nunca he sido bueno para los finales y menos cuando no son finales felices.
"Al igual que ella, yo también estaba aprendiendo a caminar. Ahora lo sé. Algún día, cuando camine mucho, mucho más lejos, volveremos a vernos".
—kotonaha no niwa.