Amiga, sé que estas confundida por todo lo que ha pasado etas últimas tres semanas. A mí tampoco se me paso por la mente llegaríamos a esto, debo confesarte que me molesta un poco que me hables de él... la verdad es que el solo hecho de recordar que existe en tu vida me molesta. Te apuesto que sería mucho mejor que él y lo sabes.
Anoche te soñé, con esta sería la sexta vez que lo hago. Dos de ellas son sueños prohibidos y aunque esto sea poesía, sería totalmente legal hablar de ellos. Pero no es mi estilo o al menos no por ahora. Nunca había escuchado tu nombre antes, me sorprendió el primer día que me lo dijiste. Aun así, me lo aprendí muy rápido, es hermoso como si de una palabra mágica se tratara.
Eres mi musa
Eres aire
Eres insomnio programado
Eres ese primer rayo de luz que se asoma por mi ventana para anunciarme que será un día espectacular, aunque estés lejos. No me importa, eso me hace que te quiera aún más, me hace luchar aún más por ti día a día. Sentimiento matutino, férvido y bisiesto recorren el roció que dejan caer tus piernas después de un tango melancólico, tenue, casi perenne, adornado de maullidos celestiales te aferraste a mi espalda como si de un salvavidas se tratase. Como naufrago a la orilla de una isla donde siempre llueve.
Dame una razón para no acariciar tus cordilleras, no la encontrarías, aunque fueras mujer de túnica. Soy tu droga... eres mi medicina para un corazón compungido.
Dame sangre para vivir, aunque me basta con un elogio como solo tú lo sabes hacerlo. Mujer de lujo.