Joseph había pasado los primeros días en Guatemala, entre la ciudad y el pueblo en las cual se instalaría la nueva planta de generación. Para él era sumamente importante saber el estado legal del proyecto y las relaciones con la comunidad; por lo que los primeros días se había reunido con las autoridades correspondientes y había observado que habian muchos amparos en contra de la disposición de colocar la planta; así mismo se había enterado de varias manifestaciones que habian realizado los habitantes de los pueblos cercanos al proyecto ante el Congreso de la República; la situación era complicada, sin embargo no pensaba dejarse intimidar, estaba resuelto en lograr que el negocio fuera un éxito.
De regreso al pueblo tuvo tiempo para observar mejor los caminos y cada vez el paisaje le parecía más hermoso; durante todo el trayecto estuvo con los vidrios bajos observando el camino y saludando a los indigenas que levantaban timidamente sus manos para regalarle un saludo.
-Felipe, ¿crees posible convocar al pueblo para una reunión?-. Felipe lo observó un poco confuso, sabía que no sería fácil negociar con ellos; el director del proyecto que estuvo con anterioridad lo había intentado, sin embargo no había tenido muy buenos resultados, los habitantes del lugar no estaban dispuestos a negociar, simplemente deseaban que ellos se alejaran de los alrededores. -Ingeniero, puedo convocar a las personas, pero no creo que hayan cambiado de opinión desde la última reunión, no están interesados en negociar-. Joseph lo observó pensativo, sus ojos azul intenso lo observaban con un aire de superioridad; sabía que una de sus cualidades era la persuasión. -Cuentame un poco de esas personas..... me gustaría saberlo todo-. Felipe inició su relato, enfatizando el liderazgo que tenía el difunto señor Guerrero y que en su lugar y con el mismo espiritu había tomado su hija Alma. En Joseph surgió una verdadera curiosidad por saber más de aquella chica. -Es una mujer muy inteligente ingeniero, además de bella...- Felipe sonrió, era evidente que la chica lo atraía lo suficiente. -¿Es casada?- -No lo creo, después de la muerte de su padre se mudó a la hacienda y tomó posesión de todo, al parecer es muy buena con la administración de sus bienes y ha logrado una estrecha relación con la gente, todos la admiran mucho y la respetan, pero todo lo ha hecho sola, nunca he visto un hombre junto a ella-. Joseph se frotó el mentón, cada instante surgía en él un deseo mayor por conocer a esa mujer. -¿Sabes si ella sabe algo de mí?-. -No lo creo...usted no ha dejado verse mucho por el pueblo y Pedrina es muy discreta-. Pedrina era una anciana que habían contratado para el aseo y la cocina de la casa en la cual vivian los ingenieros contratados para el proyecto. -Entonces trataremos de omitir cierta información....- Joseph observaba por la ventana de espaldas a Felipe, quien lo miraba con un aire de duda. -¿A que se refiere?- Joseph volteó y lo miró fijamente. -Para comenzar....en adelante me tratarás como al resto de ingenieros, nada de usted....soy Joseph un ingeniero civil contratado como tú y como el resto de profesionales....¿comprendes?, además creo que haré una visita previa a la reunión... Felipe asintió, no tenía claras las razones ni a quien se referia por lo la visita ni las causas por las que debía omitir su vinculo con uno de los mayores dueños de la empresa, Joseph era el hijo de uno de los dueños de la empresa y por ende era tratado con el respeto debido, sin embargo; era una orden que sabía que debía cumplir. Felipe asintió y la conversación continúo entorno a la construcción de la planta, temas estrictamente de ingeniería.