Amor Dulce y Salvaje

PIEDRAS EN EL ZAPATO

Lourdes caminó hacía el interior de la casa con las mejillas encendidas de ira; se dirigió hacía la sala de estar; Fermín caminaba a su lado .- visita a esas personas y asegúrate que no les hayan hecho ningún daño y que además ya tengan acceso al agua sin ningún problema...-  Fermín asintió, sabía que Alma estaba preocupada ante la situación de los aldeanos a los que se refería la turba que la había visitado minutos antes. 

Joseph estaba de pie en la puerta de la habitación; no sabía si era oportuno acercarse a ella; sin embargo moría por estar cerca de nuevo. -Mi niña-. Juanita le extendió un vaso con aguardiente. -Necesitas algo fuerte mi niña, para que te baje la cólera- Dijo la anciana. Alma asintió. -Son unos hijos de puta nana; no pueden aprovecharse de la gente sencilla....- -Lo sé mi niña, pero este problema lo hemos tenido por muchos años, no puedo recordar cuantos; mis padres ya hablaban de ésto, jamás se han puesto de acuerdo, siempre hay problemas por las tierras y las divisiones y las autoridades no hacen nada...- -Lo sé nana, y me "emputa"-. -sabes, necesito paz....iré por ella...- Y salió de la habitación, sin darse cuenta que alguien continuaba observándola y ahora se animaba a seguirla....

De dirigió a la parte trasera de la casa, en el corredor jugando con la hija de unos aldeanos vecinos se encontraba Florecita, Alma sonrió desde que la vió, sabía que la niña no necesitaba ver para percibir su presencia, era impresionante, pero ella conocía sus pasos. La niña que le acompañaba, que era de unos 10 añitos se levantó y saludó en su idioma. -Mamá- Gritó Florecita. La niña se alejó un poco timidamente y Alma abrazó a la niña que le acariciaba el rostro como era su costumbre. -¿Donde está Dominga?-. La niña le mostró con la mano hacía el interior de la habitación. Alma se puso de pie con Florecita en los brazos y se dirigía al interior de la habitación. -Hola Dominga-. La mujer se encontraba recostada sobre la cama -Hola Almita-. Dijo la mujer con voz débil. -¿Estás bien?-. -Si Almita, ahorita me voy a levantar-. Y se empezó a incorporar con cierta dificultad. -No te estoy pidiendo que te levantes Dominga, solo quiero saber que estás bien-. -Solo descansaba un poco, pero tengo que ir a tortear-. -No te preocupes, quédate en la cama, alguien más puede hacerlo por tí; tu panzota está gigante-. Sonrió. -Debe pesarte mucho-. -Dominga sonrió timidamente. -Si, pesa mucho Almita, cuando tengas a tus bebés te "darás cuenta"-. -Será fabuloso conocer a mis hijos Dominga, pero a este paso no creo que sea pronto-. Pero el visitante que se encontraba muy cerca de la puerta escuchaba atento la conversación y en su interior dijo: "yo puedo ayudarte con eso, gata, no lo dudes".  Sonrió.

Alma estuvo largo rato jugando con la niña y observando a Dominga; que intentaba conversar con su amiga, pero que el cansancio la agitaba y eso preocupaba cada vez más a Alma. 

-Mi hermosa princesa; debo irme- Dijo, besando a la niña en la cabecita. La niña hizo un puchero y la besó en la mejilla. -Adios chicas- Dijo Alma despidiéndose  y saliendo de la habitación; chocando fuertemente con un cuerpo ..... La cabeza le dolió por el golpe, había pegado en el rostro del intruso. -Mujer, ¿aún no acaban los accidentes contigo?- Dijo el hombre. Alma cayó en la realidad y se enfureció inmediatamente. -¿Es usted?- Dijo. -¿Que hace aquí?- -Caminaba.... ¿o estoy preso en la habitación?-. Ella giró los ojos. -Regrese a su habitación-. Dijo con un tono de voz más suave. -Aún no está completamente recuperado-. El asintió, no quería enfurecerla más, sabía que el acontecimiento de unos horas antes le habían provocado una profunda molestía y que en esa habitación con esas 2 mujeres había conseguido ciertas paz; sin embargo, no pudo contener hacer un comentario. Ella pasó a su lado y él dijo: -Y con lo de los bebés, yo puedo...- Ella lo miró con ojos como platos y dijo: -Ni se atreva a hacer ningún comentario...- Él sonrió. -Eres terrible gata-. -Y usted es como una piedra en el zapato- Dijo, y se fue a toda prisa. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.