Amor eclipsado.

II parte.

Los años pasaban y ellos se contemplaban desde la distancia, añorando su cercanía y la suavidad de sus caricias.

El soñaba con volver a besarla, mientras ella se imaginaba cómo sería volver a estar en sus brazos.

Casey había pasado los años en una constante tortura, llorando por su amor extraviado. Brena había desaparecido el mismo día en que el sol y la luna se habían creado. Tal era su pesar, que una noche la soñó.

Ella lo culpaba de todos sus males, le juraba un odio eterno por haberla delatado y ayudado en su miseria.

Había pasado noches enteras llorando, rogándole a Sra. Universo para que perdonase a Brena y le permitiera volver a su lado. Sin saber que su castigo sería permanente y que durante el día él admiraba a aquel hombre que tanto había aborrecido en su vida. Sus llantos y súplicas fueron oídos por su creadora más fueron ignorados completamente. Ese fue su mayor castigo.

Ahora, se encontraba enfermo. El destino le había dado su merecido así que la Sra. Universo había predicho, se convirtió en el loco de la ciudad y ya nadie platicaba con el.

Se encontraba postrado en una cama, los años habían pasado y aquello se notaba en las arrugas de su rostro; sin embargo aquello no había sido suficiente para olvidar a su amor.

En aquella cama, pensando en la chica más hermosa que conoció en su vida se entregó en brazos de morfeo para nunca más volver de él.

Otro año de condena se cumplía y Mael lloraba por la injusticia que lo rodeaba. Durante su vida había sido maltratado y odiado por simplemente no tener dinero y vivir como podía, cruelmente cuando creyó encontrar la felicidad con aquella muchacha que lo había cautivado, esta le fue arrebatada de el.

Universo,que había sido testigo del sufrimiento de ambos a lo largo de todas esas décadas decidió intervenir.

Ambos aparecieron en un campo similar al que habían estado cuando fueron castigados. 

Sus cuerpos eran de energía, sin una materia física la cual tocar.

Sin embargo, aquello no les importó y corrieron a los  brazos del otro para tener aquello que habían necesitado durante tanto tiempo.

Universo se apareció frente a ellos y exclamó

- A lo largo de todos estos años...los vi sufrir y  anhelar aquellos días prohibidos en los que aunque sea, podían darse la mano - Hizo una pausa y luego continuó - Cuando aquel hombre me informo de que dos hijos míos estaban incumpliendo las normas me enfureci y los castigue por la eternidad.  Ahora me doy cuenta, viendo su inmenso amor, que quien se equivocaba era yo.

 - ¿Aquel hombre? - Preguntó  Brena confundida - ¿No fue usted quien nos descubrió?

-No, un hombre me llamó  y acudí a él, su nombre era Casey y me declaró aquello que en ese entonces creía incorrecto.

Ella estaba impactada, no podía creer que su fiel amigo la hubiera delatado. Le había contado sobre su relación con Casey porque confiaba en él y lo consideraba como su hermano.

-No puedo creerlo... - Exclamó  Mael furioso, aquel hombre jamás le había dado confianza,  lo trataba como si fuera lo peor del mundo y sabía que aquello era porque amaba a su hermosa Brena.

- No podre revertir lo hecho,  ustedes ahora son un factor indispensable para la vida pero, les daré un regalo por todo aquello que han sufrido.

Ambos amantes la observaron intrigados, sin comprender de todo a que se refería ella.

- Creare los eclipses, serán una manifestación que ocurrirán cada muchos años en donde el sol y la luna - Dijo señalandolos  -  Se juntarán tapando a uno de ellos, aquellas serán sus oportunidad para encontrarse y amarse.

Las lágrimas de ambos rodaban por sus mejillas, impactados por lo que oían.  Sin poder creer aún que podrían estar juntos aunque fuera cada mucho tiempo.

- También comprendí,  que he sido injusta con muchos. Así que a partir de ahora, todos aquellos que mueran irán al cielo junto a ustedes en forma de pequeñas luces brillantes. Ellos serán su compañía y allí también podrán reencontrarse con quienes amaron en vida.

Dicho aquello, sin dejarles espacio para hablar desapareció al igual que ellos.

Esa noche,  ocurrió un acontecimiento que sorprendió a toda la humanidad. En el cielo pequeñas luces -que denominaron estrellas- acompañaban a la luna. Una más brillante que la otra. Millones de ellas.

Los días pasaban y tanto Brena como Mael esperaban expectantes aquello que se les había prometido.

Hasta que una tarde, ella comenzó a acercarse a su inolvidable amor, el sol y la luna estaban juntos por primera vez y los antiguos amantes pudieron amarse después de mucho tiempo.

Aquel mágico acontecimiento se siguió repitiendo a lo largo de los años.

Permitiendo que aquellas dos personas se amasen infinitamente.

 



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En el texto hay: amor, dolor, amo prohibido

Editado: 31.08.2020

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