Capítulo I

-Chicas ¿Por qué están tan animadas? -pregunta Iris.

-Lo de siempre que Rachel es una vieja amargada –sonríe Vanessa.

-Eso no es una novedad -comenta Iris, ganándose un golpe de mi parte en su espalda- ¡Oye!-me mira sin comprender.

-Las dos son insoportables -les digo mientras me cambio la ropa.

Minutos después, hicimos un calentamiento y comenzamos a nadar.

-Muy bien -aplaude el Profesor llamando la atención de todos- el día de hoy, se une un nuevo compañero-dice y todos se reúnen a su alrededor, así que a duras penas puedo verle la cara al Profesor- espero que lo traten bien, acaba de mudarse-sonríe cariñosamente, por alguna razón, siento que lo dice por mí- Ven aquí Miguel –le indica el Profesor, simplemente lo ignoro, porque de seguro es igual que los otros sin ese espíritu de competición.

-Hola soy Miguel tengo 18 años y seré el número uno en esta clase de natación- todos murmuran cosas que no me interesan y por primera vez lo mire, su mirada transmitía un fuego llameante de desafío, al parecer sintió mi mirada penetrante, porque sus ojos hicieron contacto con los míos y sonrió.

-Pues permíteme informarte-camino hacia él- que la número uno, soy yo- quede frente a él lanzándole una mira fulminante.

-Está en lo cierto Rachel-interviene el Profesor- por lo que el número uno, se decidirá en la próxima competencia entre chicas y chicos-informa.

-Me parece bien-sonríe con suficiencia, lanzándome una mirada intimidante.

-Igual a mí -acepto mientras le sostengo la mirada.

-Entonces, sigamos con la clase indica el Profesor- ¿Quieres practicar de una vez?-interroga a Miguel y este asiente, quitándose la ropa delante de todos.

-¿Dónde la pongo? -sujeta sus prendas mientras me mira.

-Allá-señala el Profesor, un banco bastante alejado- ya saben que deben hacer, todos en sus puestos- todos asentimos- excepto tú, Rachel- lo miro sin comprender y antes de que pregunte, me dice- no es nada malo, sígueme-lo cual hago sin dudar.