Capítulo II

Al entrar a su despacho, dice sin rodeos:

-Rachel, sé que te gustan las competiciones y eres buena, pero-hace una pausa- tu comportamiento de hace un momento demuestra que no estás totalmente preparada para competir en las nacionales- al decir esto último dándome la espalda, una alarma se encendió en mi.

-Lamento ser tan impulsiva Profesor Victor, pero no me prohíba ir a las nacionales, sabe lo mucho que he trabajado…-me interrumpe abruptamente.

-Por esa misma razón es que te digo, sino cambias ese comportamiento tan impulsivo, no iras y no podrás hacer nada al respecto -lanza una mirada seria- espero que no se repita lo de hoy-asiento con la cabeza para retirarme añade- serás la guía de Miguel mientras se adapta, así que se amable- veo su sonrisa, al girar un poco mi rostro a su dirección.

-¿Por qué he de ser yo?-le pregunto con toda la calma que poseo.

-Ya que eres la número uno, eres la más indicada-su sonrisa se hace más ancha, al notar mi cara palidecer- ¿Se te olvido que tú misma lo dijiste hace un momento? – pregunta hábilmente 

<<Esto me pasa por bocazas >>pienso

-Bien-le devuelvo la sonrisa- entonces me retiro-no espero su respuesta, seguro debe estar disfrutando del castigo que me ha dado al ser impulsiva, tocará armarme de paciencia.

Las chicas apenas me vieron se dirigen a mi,ñ como las abejas al panal.

-¿Qué mosca les ha picado?-bromeo al ver las caras de Vanessa e Iris, esperando a que suelte algo.

-¿Es lo único que vas a decir?-inquiere Vanessa- Luego de estar casi diez minutos en el despacho del Profesor Victor- su mirada dice que no se detendrá hasta saber que sucedió.

-Les cuento al finalizar la clase-les doy mi mejor sonrisa para no gritarles-ahora debo ayudar a Miguel- ellas me miran como si estuviera loca y me marcho antes que comiencen con el interrogatorio.

<<Respira, respira>> digo mentalmente al estar a unos pasos de Miguel.

-¿Terminaste el estiramiento?-lo interrogo al ver que está buscando algo en su mochila.

-Si-contesta sin mirarme.

 <<paciencia>> pienso.

-A partir de hoy seré tu guía mientras te adaptas -deja de buscar para mirarme de pies a cabeza y luego sonreír

 <<¿Qué bicho le pico a este?>>

-No creo que lo hagas por iniciativa -se pone frente a mí- ¿Me equivoco?-sonríe con malicia.

-Eso es lo de menos-le restó importancia agitando mi mano- me interesa ver tu potencial para no perder mi tiempo- habla mi ego al ver su mirada desafiante.

-Te aseguro que necesitarás una cámara para no perderme de vista -sonríe coqueto.

-Vale, menos charla y más trabajo -corto de inmediato caminando hacia mi casillero en busca de un temporizador.

-Lástima que seas así, porque tienes unas curvas en las cuales me encantaría perderme más de una vez- susurra cerca de mi oído.

-Serás idiota -mi mano se dirige a su mejilla con potencia, él es más rápido y me atrae a su pecho.

-No te aceptaré como mi rival, hasta que te vea bajo el agua-termina de decir para alejarse, dejándome un poco afectada por su cercanía- ¿Te ha gustado?- pregunta al ver que no avanzo.

-Solo estoy pensando como un idiota pudo entrar aquí- respondo cortante, pasando a su lado- no necesitamos temporizador, comienza con unas cinco vueltas- le digo con voz fuerte.

-No entiendo como una chica tan bella pueda tener una lengua venenosa-dice lanzándose al agua.