Al llegar allá recorrió los lugares cercanos a la torre buscando reconocer los rasgos de aquel joven. Vio una silueta solitaria cerca, en un parque, y se dirigió hacia allí y encontró a Emmanuel. Esta vez con una apariencia totalmente distinta, bien arreglado, con ropa bonita pero no muy pretenciosa, a ella le gustó. El salió a recibirla, se miraron, se miraron como si ya se conocieran de otra vida o algún universo alterno. Ella lo observó con una mirada curiosa como quien quiere saber mas y como quien quiere saber todo, de una persona. Él la observó con una mirada atenta, como quien quiere memorizar cada parte del rostro de alguien, para así poder recordarla bien cuando se fuera.
Emmanuel- ¡hola jasmine, que gusto verte otra vez!
Jasmine -¿que tal? Emm… Emmanuel ¿verdad?
(Asiente Emmanuel con su cabeza que si)
Jasmine- ¿y adonde iremos? ¿tienes reserva pata algun restaurante?
Emmanuel reía por la actitud controladora que tenia Jasmine, como de querer controlar el futuro con sus propios planes.
Emmanuel- No, no tengo reservas para restaurantes. Pero estamos frente al mejor espectaculo, la naturaleza en un atardecer. Y frente al mas imponente monumento, la torre.
Así que echó una manta sobre el suelo y la invitó a sentarse y a degustar de las ricas provisiones que el había comprado para ellos. Ella nada acostumbrada a lo que estaba pasando pero cautivada por lo que hablaba el joven, aceptó compartir con él, después de todo había mas por conocer que por perder.
Sin darse cuenta los dos fluían en una charla tan divertida que duró por horas, hasta que el soltó una pregunta que impactaría la vida de Jasmine de forma drástica
Emmanuel- ¿cuales son tus sueños?
Jasmine- ¿sueños? ¿que somos niños? No tengo sueños, tengo todo mi futuro perfectamente planificado, se lo que voy a hacer y me estoy ezforzando para lograrlo
Emmanuel- ¿niños? Los sueños no son infantiles. Tener una vida tan planificada suena monótono, sin embargo, los sueños nos impulsan a ir mas allá, siempre nos sorprenden. Despues de todo, la vida es una sola. Y no quiero vivirla como esclavo de un monopolio dirijido por personas de traje y abultado patrimonio.
Ella lo miraba intrigada de la forma de pensar que tenía el joven, le parecía muy distinto a todo lo que había conocido y le preguntó:
-¿cual es tu sueño? ¿ser escritor?
A lo que el respondió:
-Poéta con mas exactitud. Pero mas que eso, quiero transmitir, quiero que el mundo vea lo que yo veo y lo perciba de la misma manera que yo. Eso plasmo en mis letras, tan solo mi punto de vista de la vida. Por que creo que cada persona tiene cosas para aportar. Que todos tenemos una manera especial de comprender la vida.
Ella calló, no dijo nada, simple mente meditaba en las palabras de aquel joven. Sin darse cuenta ya había anochecido y los dos contemplaron la torre Eiffel iluminar la noche en aquella magnifica ciudad, así como se iluminaban los ojos de los jóvenes complacidos de haberse conocido.
Llegó la hora de despedirse, el la despidió con un beso en la mejilla, ella sonrió, pidió un taxi y se retiró a su casa. El se quedó un momento mas para mirar la torre, extasiado de inspiración sobre muchos versos que quería redactar sobre lo que habían vivido.
Eran las 21:00, el padre de Jasmine la esperaba para cenar. Se percibía en la joven esa actitud diferente, como sabiendo que conoció a mucho mas que simplemente una persona.
Emmanuel también llegó a su casa, saludó afectivamente a sus padres, y se dirigió a dormir.
Ese día llegó a su cúlmine. Los dos habían pasado una tarde interesante, diferente, compartiendo el uno del otro. Y ambos deseaban asiosa y discretamente volver a verse pronto.