Los primeros síntomas estaban apareciendo, me sentía bastante cansada con mucho sueño.
Algo de fatiga
No soportaba las enormes náuseas que me daban, todo me olía a feo, muy rara vez comía algo que me gustaba y luego, lo vomitaba.
No quería contarle a mis padres sobre mi embarazo, tenía mucho miedo.
Mi barriguita se empezaba a notar, no podía creer que una personita estaba creciendo dentro de mi vientre se estaba formando.
¡Bebé, sé que me escuchas, soy Andrea, tu mamá! Dije con mucha emoción.
Tu llegada me tomó por sorpresa, debo confesarte que tengo miedo… No sé cómo ser madre tú me vas a enseñar a hacerlo con tu llegada.
Quiero cuidarte de todo y protegerte, ofrecerte todo mi amor¡Mamá te espera! Sobre mi pancita.
Era hora de regresar a casa, tomé un pañuelo y saqué mis lágrimas.
Poco después llegué a la casa y mi amiga me estaba esperando sentada en el mueble.
Yo al verla me sorprendió y le pregunté
— ¿Qué pasaba? — indague
— No me pasa nada tranquila, no te preocupes, dije temblando.
— No me engañas, estabas llorando — siguió indagando y preocupada.
—Tengo gripe, no me pasa nada —escondí mis hombros.
—Debo irme, cuídate mucho, si pasa algo, me llamas, se despidió y me abrazó.
Minutos después la acompañé hasta la puerta, ella se fue y yo subí a mi habitación a descansar. Me sentía bastante agotada con miles de pensamientos dentro de mi mente.
Tomé una ducha, me cambié de ropa y me acosté a dormir. Mis padres llegaron tarde a la casa y tenía una junta muy importante para ellos.