Ojalá coincidamos en otras vidas, ya no tan tercos, ya no tan jóvenes, ya no tan ciegos ni testarudos, ya sin razones si no pasiones, ya sin orgullo ni pretensiones, ojalá.
Capítulo 27.
Aquélla mañana fue diferente y a la vez idéntica a otras. Esta vez simplemente la tensión se sentía en todas las conversaciones. El grupo de gammers había decidido no mencionar a el conflicto del día anterior para no alterar a su Hyung y para evitar que Chan-hyung los golpeara o algo similar.
La situación se salió de control el día anterior despues de que Lee Know se fue a beber. La situación de ahí se volvió demasiado tensa, parecía una persona fuera de espíritu, como una novia que acababa de perder a su esposo. ¿Acaso Lee Know se había enamorado de Jeongin?
Minho salió muy temprano rumbo hacia el cementerio, simplemente se colocó una sudadera, un par de audífonos y tomó el primer autobús con rumbo a la tumba del que fuese su pareja. Cuando hubo llegado lo primero que hizo fue arrancar todas las Calicanthus que encontró y después lloró hasta que su garganta y sus ojos se secaron.
El cielo fue el único testigo del llanto de aquella persona que a pesar de tenerlo todo no tenía a la única persona que supo amar. ¿Por qué? Porque el destino es tan cruel con aquellos que han puesto todo de sí mismos para ser felices. Fue un maldito año.
Todos podrían decir que varias personas se han encontrado solas durante más tiempo. Pero el en verdad no tuvo a nadie a su lado para consolarlo, vivió un año pensando que su hermano estaba muerto y con el duelo de una perdida. ¿Qué dolor puede compararse con ese? De verdad quizo lanzarse de un puente y acabar con su vida varias veces atrás. Y si lo hubiera hecho no tendría a nadie que lo impidiera.
— ¿Quieres escuchar un historia de mierda? Solo ven a donde esté yo... Te contaré una digna de ese título.
— Minho, tu historia no es de mierda... Tuviste una hermosa historia.
— Dices eso por qué eres un producto de mi imaginación... ¿Estás aquí? ¿Estás aquí conmigo? ¡¡Probablemente me esté volviendo loco!!
— Yo fui parte de tu vida... ¿Me estás llamando mierda a mi?
Minho limpió sus lágrimas mientras negaba al aire. No, definitivamente esa parte de su vida no fue una mierda.
— Fuiste la única parte en mi vida que no fue una mierda. Quizá la más mierda fue haber nacido. Ese día mi padre se fue, lo perdí todo a los 2 años. Mira, Félix nisiquiera recuerda a mamá.
— Minho...
— Tu también dijiste que eres bueno. Cómo mi madre. ¿Realmente estoy destinado a no poder sostener nada? ¡Soy inepto e inútil! Tan inútil...
El silencio inundó todo el cementerio, ni siquiera los sollozos de aquel chico se escucharon, salvo un trueno a la distancia y después la lluvia cayendo e inundado las calles con agua. Minho no tenía intenciones de querer buscar un refugio, en su lugar siguió incado frente a la tumba de aquel chico, sus manos temblaron cuando su cuerpo comenzó a ser empapado por las gotas de lluvia torrencial.
— ¡Minho cúbrete!
— ¡No quiero! ¡No existes! ¡No eres real!
— ¡Lee Minho! —Los ojos de Minho se clavaron sobre aquella silueta vacía de Han que se encontraba frente a el. — ¡Me prometiste que no harías nada de esto! ¡Me lo prometiste!
— ¡Y no lo cumplí! ¿Qué más podrías esperar de un cobarde?
— Esperé mucho de ti... Aún si no estoy contigo sigo esperando que continúes con tu vida... Este Dongsaeng tuyo siempre permanecerá a tu lado incluso cuando envejezcas tal y como te prometió... ¿Acaso es justo que solo yo cumpla la promesa que hicimos los dos?
— No.
— Entonces ponte de pie... Sigue adelante y saca adelante a tu familia, sé feliz... Sé feliz por los dos. Hasta el día en que debamos reunirnos nuevamente... Hasta ese momento que volvamos a abrazarnos con fuerza.
“Hasta entonces; sigue caminando”.
Dos pasos, tres, cuatro. Hasta llegar a la calle de aquel lugar. Lee Minho decidió continuar justo ahora, empapado y manchado de barro decidió volver a casa y continuar luchando. Luchar hasta donde ya no pudiera más. Si Han tenía razón o no, él no era digno de juzgarlo, después de todo solo se trataba de un delirio de su mente lastimada.
— Minho-didi estás aquí. —Bang Chan lo envolvió en un cálido abrazo en cuanto lo vio entrar.
Minho correspondió tal abrazo con gran fuerza, como si su vida dependiera de ellos justo ahora. Bang Chan lo abrazó, lo abrazó como un padre abraza a su hijo despues de una cruel tempestad, incluso ahora no le importó si era ensuciado en el proceso, solo quería demostrarle su amor y su apoyo con un simple abrazo.
— ¿Lo sabes? ¿Por eso saliste temprano verdad? —No quería lastimarlo más pero era un pregunta que debía responder. — Minho, necesito que me respondas...
Su menor simplemente se acurrucó mejor entre sus brazos y siguió sollozando, el corazón de Bang Chan terminó de quebrarse en ese momento.
— Leí la carta... —Fue lo único que respondió y eso fue suficiente para que Bang Chan lo abrazara con más fuerzas.
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Editado: 21.03.2022