¿amor o Justicia?: ¿qué buscas?

1. El primer día

— ¿Puedes creerlo? Ya estamos aquí. —Dijo Julls, lanzando un largo suspiro, luego de que estuviéramos la mayor parte del día ordenando el nuevo departamento.

Clavé mis ojos en ella, observando que tomaba asiento en el sillón y agarraba su celular, probablemente para ponerse a leer algún capítulo de alguna novela que le hubieran subido.

No había que ser experto para decir que ella se llevaba todas las miradas del sexo opuesto y algunas del mismo. Su cuerpo era delgado, con unas piernas largas y finas. Su cabello castaño claro, que iba haciéndose cada vez más rubio a medida que llegaba a las puntas, lo tenía hasta la mitad de la espalda. Tenía unos ojos marrones, que daban mucho miedo cuando estaban enojados, un piercing en la nariz y otros más en ambas orejas, y varios tatuajes por todo el cuerpo. Sí, mi amiga era de esas con aire rebelde a la que le gustaban ese tipo de cosas y, la verdad, a ella le quedaban fantásticas.

— Increíble, no puedo creer que todo haya pasado tan rápido. —Saqué el sudor de mi frente volviendo a la realidad y observé nuestro trabajo recién terminado.

La sala no era demasiado grande, pero estaba perfecta para tres estudiantes que acababan de comenzar su nueva vida. Al final de la misma, había una puerta que llevaba a un fino pasillo que daba a las tres habitaciones y al baño. Y del lado izquierdo, una puerta doble que daba a la cocina, el comedor y el lavadero.

— Y yo no puedo creer que tenga que estudiar todo esto para mañana, esto no es sano y se supone que es la facultad de medicina. —Zoe pasó cargando una carpeta gigantesca, junto a muchas fotocopias y desapareció por el pasillo, probablemente yendo a su habitación.

Zoe era nuestra amiga, quién había venido unos días antes porque sus clases ya habían comenzado hacía una semana. Tenía una estatura normal, y con eso me refería a que era más alta que yo y más baja que Julls, su cabello llegaba hasta la cadera y era de un color oscuro. Poseía unos ojos marrones con unas pestañas envidiables para cualquier mujer.

Ambas quedamos mirando unos minutos el lugar donde la larga cabellera de nuestra amiga desapareció y luego volvimos a lo nuestro.

— ¿Crees que a Amy le gustará? —Preguntó Julls señalando una torta de bienvenida que le habíamos preparado.

Sólo me limité a encogerme de hombros, teniendo la sensación de que me estaba olvidando de algo importante, hasta que lo recordé.

— ¡Julls, teníamos que ir a buscarla a la terminal! —Grité histérica.

Amy nos mataría, le habíamos prometido que la iríamos a buscar, ya que no conocía la ciudad y sólo venía de visita por unos días.

Los ojos de mi amiga se abrieron a más no poder.

— ¡Nos va a matar, son las 5 y su colectivo llegaba a las 4! —Dijo ella, moviéndose frenéticamente de un lado a otro mientras trataba inútilmente de hacer entrar una zapatilla a su pie.

En eso, mi celular comenzó a sonar con un tono de música predeterminado. Cuando lo tomé y vi que el nombre de mi olvidada amiga estaba en la pantalla.

— ¡Julls, me está llamando! ¿Qué hago? —Le pregunté algo desesperada.

— Tú atiende y yo hago sonidos de autos detrás, así parece que estamos en la calle. —Contestó, al mismo tiempo que hacía calzar su zapatilla al fin.

La quedé mirando por un momento, no muy convencida de su plan, pero sin embargo hice lo que me dijo.

— ¿Hola? —Hablé por el auricular luego de descolgar la llamada.

— ¿Dónde mierda están? —Fue lo primero que me dijo, y por su tono de voz me di cuenta que no estaba para nada contenta.

— En… en la calle, el colectivo… —mi mente quedó en blanco por un momento, pero luego pude reaccionar. —Se pinchó la rueda del colectivo en el que íbamos, pero ya estamos en marcha nuevamente. —Mentí descaradamente.

Aunque, bueno, se trataba de algo que podía llegar a ocurrir realmente.

— ¿Y están bien? —Su tono cambió a ser preocupado.

— Sí, sí, no nos ha pasado nada. —Contesté, mientras le sonreía a Julls creyendo que Amy nos había creído todo.

— Entonces, dile a Julls que deje de hacer estúpidos sonidos de ambulancia. —Mi sonrisa desapareció al instante y le pegué a Julls para que dejara de hacer eso.

— ¡Auch! —Se quejó ella mientras se frotaba el brazo, lugar que había sido afectado.

Rodé los ojos y me alejé un poco de allí, caminando hacia la cocina.

— Lo siento, nos entretuvimos ordenando y no nos dimos cuenta de la hora, pero ya vamos. —Traté de solucionar la situación.

— Ya estoy en un taxi, camino para allí, así que no se preocupen hasta que yo llegue, porque cuando llegue van a ver. —Terminó de decir, para luego colgar dejándome con la palabra en la boca.

— Bue… —Dije, a la vez que me giraba a ver a Julls.

— ¿Qué te dijo? —Me preguntó ella, mirándome con curiosidad.



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En el texto hay: accion, amor, amistad

Editado: 14.03.2019

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