Las personas se esfuerzan tanto por encontrar el amor, que realmente no se ponen a pensar si son dignos de tenerlo, mire el perfil de aquel chico al cual no cocía y del cual me había enamorado; llevábamos tiempo intercambiando mensajes sin embargo no estaba segura que eso nos convirtiese en amigos o que en realidad fuésemos cercanos, mi gato se recostó en mi regazo. lo acaricie suavemente sonriendo.
—¿quieres comer Bingsu? —le susurré mordisqueando un poco su pequeña orejita de gato, se levantó rápidamente tirando mi celular al suelo, mis dedos rozaron por error la pantalla, pronto me di cuenta que había dejado de seguirle
—Dios, ¿es este un castigo divino? ¿me estás diciendo que no debería seguirlo más?
—Más bien dios te está diciendo que dejes de acosarlo y te consigas una vida
—¡hermano!
—Me dijeron que renunciaste en tu trabajo
—NO RENUNCIE, ellos me despidieron
—y caigo, ¿puedo saber por qué?
—Ser el mayor no te da el derecho a saberlo todo
Mi hermano inclino su cabeza sonriendo, sabía que me iba a decir a continuación siempre terminaba igual, no quería volver a escuchar de él otra palabra más al menos claro fuese para darme dinero o trabajo.
—Bueno, tengo una propuesta para ti — me miro sentándose en mi cama tomando al gato, acariciándolo con malicia mientras dibujaba una sonrisa en su rostro
—¿de qué se trata? — me cruce de brazos mirándole, estaba asustada sus propuestas en ocasiones eran realmente turbias
—Trabaja para la revista de mi amigo
—¿la revista de tu amigo el que vende pornografía? —pregunte frunciendo el ceño
—¿crees que yo… ¿TU HERMANO, te mandaría a un lugar así? —pregunto sonriente
—¡sí!, ¿recuerdas lo que paso el verano que cumplí 14? —respondí sin pensármelo
—¡ah! Por favor lo de aquella vez fue un error
—¿y cuando cumplí los 18? —me crucé de brazos
—eso también fue un error
—¿y hace tres meses cuando te dije que quería cambiar de trabajo?
—está bien, está bien lo admito no pongo mucha atención cuando me explican las cosas, pero esta vez es diferente, la revista de mi amigo es una cultural, escriben sobre arte y necesitan un nuevo fotógrafo, la paga no es mala — palmeo mi hombro sonriendo
Me levante mirándole desconfiada, mi hermano me había decepcionado en repetidas ocasiones, no podía darme el lujo de confiar en él.
—Iré a verlo mañana, envíame la ubicación a mi teléfono
—Fantástico —soltó al gato enviándome de inmediato la información
—¿quieres algo más? —le pregunte mirándole con desaprobación
—¿Quién? ¿yo? —se señaló a si mismo con cara de ingenuo
—No…Bingsu —respondí levantando al gato que se encontraba cómodamente bañándose sobre mi alfombra
—no, no requiero nada
—¿Entonces?
—¿entonces qué?
—¿Por qué no te terminas de ir?
—Hermana, ¿te han dicho que ser amargada no te conseguirá un buen partido?
Mis fosas nasales se abrieron tanto que pensé se convertirían en una sola, la vena de mi frente comenzó a saltarse exageradamente, mi reflejo en aquel espejo no mentía, estaba a punto de golpear a mi hermano, tome la almohada golpeándolo con fuerza mientras mi hermano se empezaba a reír, poniendo sus manos bajo mis axilas haciendo que toda esa rabia lentamente se disipara, me sentí como una niña nuevamente tendida en la cama riéndome, el domo encima de mi cama me permitía ver las estrellas de noche, suspire satisfecha luego de aquel ataque de cosquillas propiciado por mi hermano.
—Gracias —dije con una sonrisa en mi rostro
—No hay problema, ¿bajamos a cenar? Mamá hizo tu favorito
—¿pollo frito? —pregunte emocionada
—Nha claro que no hablo con el gato —golpeo mi cabeza echándose a correr por el pasillo
Menee la cabeza sonriendo, deje mi celular a un costado…le había eliminado por error, pero estaba seguro no le importaría, con más de dos millones de seguidores ¿a quién le importaría que alguien que te molesta todos los días te deje de seguir?, camine hacia la puerta arrastrando al gato conmigo, al llegar al lumbral de mi puerta recordé que no había entregado el libro que pedí en la biblioteca, regrese a mi cuarto buscándolo desesperadamente, lo encontré en el segundo estante cerca de mi cama, lo tome en mis manos sonriendo, volví a mirar mi celular tomándolo nuevamente en mis manos.
—y si… ¿le envió la solicitud nuevamente?
[No no no…. Qué tal si piensa que somos una acosadora de verdad, digo nos gustan sus fotos no todas las de su carrera de actuación en realidad no nos interesan, pero piénsalo sube una foto de su gato y le dices amo a tu gato, sube una foto de su cabello y le dices lo mismo, ¿no pensara que eres rara?] golpee mi cabeza siempre que reflexionaba era lo mismo.
—por eso siempre piensan que estoy loca, debería de dejar de hablarme a mí misma—suspire echando un vistazo a sus nuevas fotos, estaba grabando una película, los paisajes eran bonitos pero mi yo interior me prohibió darles me gusta, así que lo deje así al menos por el momento, mire la última foto traduciéndola con la herramienta de la página a mi idioma hacía alusión a la primavera.
—¿Qué es para ti la primavera? —murmure mordisqueando mi uña —belleza efímera —murmure tomando una foto de aquella sombra que parecía estar en llamas dentro de mi habitación poniéndole como título “la primavera es…como la belleza más efímera de este mundo”, asentí cerrando la aplicación mirándome al espejo, una sobra se vio reflejada tras de mí y pude ver su rostro, cerré los ojos para después volverlos a abrir el ya no estaba.
En ocasiones podía verle, había acudido a muchos doctores, psicólogos e incluso psiquiatras, pero ninguno encontraba anormalidades conmigo, lentamente comencé a ignorar lo que ocurría era como si mi prometido fuese una parte de mí, cerré la puerta regresando al comedor sentándome a la mesa, viendo como mis padres parecían estar discutiendo sobre algo que vieron en la televisión, mi hermano por su lado le daba comida de su plato al gato, ¿Qué era un crio?