Hay un viejo dicho: “el bien que haces con mal se paga” abrí mis ojos apretando mis puños, estaba tan enojada que no podía respirar, mi pecho me dolía tanto que sentía en cualquier momento terminaría muriendo del coraje; la fotografía en la cual había trabajado tanto consiguió calificar en tercer lugar en la competencia, sin embargo, el crédito se lo llevo el jefe del departamento.
—No hay porque enojarse, te llevare conmigo —fueron sus palabras al ver mi expresión desencajada
—Felicidades jefe
—es fantástico que por fin hayamos conseguido llegar
—Con esto la revista cultural tendrá un poco mas de impacto
—todo es gracias a nuestras grandiosas ideas
Al escuchar todo aquello me sentí cada vez más molesta, ¿Cómo era posible que ellos se adjudicaran mi trabajo? Ellos estaban tomando todo el crédito haciéndome ver como una completa inútil, mordí mis labios tratando de mantener todas las maldiciones dentro de mi boca.
—¿Qué ocurre señorita colin no esta contenta por nuestro departamento?
—¿Por qué esa cara señorita colina?
—el jefe ya ha dicho que la llevara con él para la presentación
No dije nada, estaba a punto de explotar y decirles unas cuantas palabras altisonantes a cada uno de ellos, el jefe de departamento envió la foto con su nombre y la editorial, en ningún momento menciono mi nombre, el mundo adulto …era una mierda.
Tomé mi bolsa dejándolos a todos regodearse en un logro que claramente no era suyo, una vez afuera corrí lo más rápido que pude, era la primera vez que me sentía parte de algo y ellos simplemente me habían usado echándome a un lado luego de que terminasen, ¿así era como esta vida se lleva a cabo?
Mis pasos me llevaron a aquel viejo faro, me senté en el muelle observando el movimiento de las olas, el aire salado meciendo mi cabello, quería adentrarme en el mar hasta perderme para nunca ser encontrada, elimine el mensaje con la foto que había enviado aquel chico, estaba muy avergonzada por presumir un logro que al final no sería mío.
“mucha suerte” podía leer con lagrimas en mis ojos, estaba realmente molesta después de haber recibido aquellas palabras de animo no pude hacer nada y mi trabajo simplemente fue robado por ellos; coloque mis audífonos cerrando mis ojos escuchando el sonido de la música retumbar, con la briza marina adentrándome en mi mente, podía recordar como toda mi vida había sido de esa manera, siempre dejando que otros decidieran por mí, sin poder escapar no era más que una cobarde, para mi era mas sencillo dejar todo como estaba en lugar de pelear por lo que quería.
—¿Por qué? —mire el cielo, me sentía decepcionada
—Así que aquí estas —la mano cálida de mi hermano palmeo mi hombro
—¿que haces aquí?
—pasé a la editorial esta tarde, pero no sabían a donde fuiste, después de ver que el jefe se había adjudicado tu trabajo supuse estarías aquí
—mmm
—¿estas molesta? —pregunto con una sonrisa quitándose sus zapatos
—¿debería estarlo? —conteste su pregunta con otra
—sí, deberías …deberías haberlo golpeado y exigirle respetase tu nombre
—No tenia caso, al final hubiese quedado como una egocéntrica loca
—Colin…si no dices lo que quieres, la gente no lo sabrá
Me recosté en la madera que se movía suavemente por la embestida de las olas, extendiendo mi mano hacia el cielo.
—No puedo evitar …ser una cobarde —repuse sonriendo cubriéndome el rostro
—¿realmente crees que lo eres?
—¿no es así?
—eso no lo sé
La brisa movió ligeramente el agua haciendo salpicara mis piernas que colgaban en la orilla del muelle, recordando aquel momento cuando era adolescente, mi madre me llevaba cada semana a ver a mi prima.
—¿no es guapo?
—No lo sé —acariciaba la foto de aquel chico que también me gustaba
—Le diré que salgamos
—eso es grandioso —guardando mis sentimientos para que mi prima pudiese ser feliz
—¿Qué debería decirle?
—¿Por qué no lo invitas a ver una película? Escuche que a él le gustan —aconsejándola porque eso es lo que la haría feliz, solamente era … la sombra de alguien más.
Me levante después de recordar aquel momento, después de que mi prima termino saliendo con aquel chico yo deje de verla, porque era mas sencillo para mi alejarme antes que salir herida, a ambas nos gustaba el mismo chico, pero yo nunca fui capaz de decirle lo que sentía, cuando cumplieron un año de noviazgo lo único que pude decir fue “felicidades” con una sonrisa fingida en mi rostro, mi prima se casó hace un año con esa persona, aunque ya no me gustaba siempre sentí cierto resentimiento hacia ellos.
—¿Colin?
—¿ocurre algo? — mire a mi hermano, se había colocado nuevamente los zapatos
—Mi amigo me dijo que irías con él a Beijing por lo del concurso