Capitulo 7
Cuando las cosas que antes importaban y te dejaban sin aliento empiezan a perder ese brillo que te atraía, la vida se vuelve simple, sin colores; el tiempo, los lugares dejan de llamarte la atención y todo transcurre como en una película, como si le pasara a otra a persona, en otra época, en otra existencia. Estaba tan triste, la duda la carcomía, la estaba matando por dentro, el sentimiento de estar deambulando sin sentido la estaba asfixiando, no quería hablar con Sara por que no sabia exactamente que decirle, como explicarle lo que estaba pasando en su interior, le había mentido diciéndole que iba a encontrarse con Alejandro, pero en realidad solo quería estar sola, sin cuestionamientos, sin recriminaciones, solo caminar por caminar.
Llego a su casa muy tarde en la noche evitando a toda consta encontrarse con su hermana, muy temprano en la mañana se arreglo para irse a la escuela, su hermana la encontró en la cocina con el desayuno
- ¿A que horas llegaste anoche? No te sentí
- No te interesa
- Sofía, sabes que si me interesa ¿Dónde estabas?
- Que ¿ahora me vigilas?
- No te vigilo, pero tengo derecho a saber donde estabas, Alejandro vino a buscarte anoche ¿Por qué me mentiste?
- ¿Alejandro estuvo aquí?
- Si, me mentiste, dijiste que ibas a salir con el y no fue así
- Necesitaba estar sola
- ¿Para que?
- Para pensar, respirar aire puro
- ¿Pensar en que?
- Sara por Dios ¿te tengo que contar todo?
- Para eso soy tu hermana ¿no?
- No quiero discutir, mejor vamos que vamos a llegar tarde al colegio – se fue de la cocina apretando las manos, odiaba mentirle a su hermana, odiaba estar enojada con ella, odiaba su vida últimamente.
Alejandro no había pasado su mejor noche, todo daba vueltas en su cabeza y el trataba de armar el rompecabezas en que se había convertido su tonta idea, ahora no tenia claro sus pensamientos, su hermano estaba metido en un lio igual por su culpa, estaba jugando con los sentimientos de muchas personas, y por mas que trataba de aplicar su magistral método para no darle importancia a los problemas, cada vez funcionaba menos, no sabia si era que su conciencia se estaba despertando o que cosa, la realidad es que cada día que pasaba se estaba convenciendo que había sido muy mala idea el intercambio con su gemelo, pero lo que también era verdad es que no iba a admitirlo delante de nadie.
Con estas reflexiones en su cabeza lo encontró su hermano en el comedor
- ¿Sara se dio cuenta del cambio?
- Buenos días para ti también
- No estoy para bromas
- No, no se dio cuenta
- Gracias por el favor
- Oye, para eso estamos los hermanos
- Pues si
- Al fin ¿no vas a decirme donde estabas?
- No es nada importante, es sobre la campaña
- ¿En serio Leonardo? Dejaste de estar con tu novia por esa tonteria
- Sabes que me tomo todo en serio
- Si, te tomas en serio cosas que no deben tomerse en serio y dejas de lado las que si
- ¿Qué te pasa? Ese trabalenguas sono muy cursi
- Si ¿verdad? En fin, Leo, tu novia es mas importante que la tonta presidencia
- Lo se
- ¿Y entonces?
- No se hermano, no siento la misma emoción al estar con Sarita, la amo, de eso no me cabe duda, pero…
- Te entiendo
- Y ahora que tenemos la posibilidad de intercambiarnos – Alejandro lo miro extrañado – si, se que te he dicho innumerables veces que esto esta mal, que no debemos hacerlo, pero he pensado, si ya lo hicimos, por que no aprovecharlo
- Olle, olle, olle, para ¿Qué hiciste con mi gemelo? ¿O es que en realidad éramos tres?, tu no eres Leonardo. Te estoy escuchando y me parece increíble
- ¿Qué me reclamas? Tu eres el que pasa diciendo que la vida hay que disfrutarla
- Si, victima de mis propias palabras, pero anoche descubrí que no soy tan fuerte, no se como disimular y hablar de Sofia como si no me importara
- Bienvenido a mi mundo
Fernanda escucho a sus hijos en el comedor y decidió que era el momento exacto para hablar con ellos, pero Paola se lo impidió
- Buenos días tia
- Buenos días querida
- ¿Qué pensaste de lo que te comente anoche?
- Debo hablar con mi hijos lo antes posible
- Pero debes ser muy precavida, sabes como son mis primos y si les prohíbes algo se encapricharan mucho mas
- Tienes razón querida, pero es que me da coraje que los estén engañando y tan jóvenes, pobre de mis hijos
- Te entiendo tía, pobre de mis primos, ellos son tan buenos
- No exageres niña, tu y yo sabemos que los gemelos son terribles, pero eso no justifica que los engañen
- Lo siento tia
- En fin, debo hablar con ellos y ponerlos sobre aviso yo…
- Hola mama – la interrumpieron los gemelos – Adios mama
- Oigan no, no pueden Sali así, debo hablar con ustedes
- Lo siento – contesto Alejandro – vamos tarde – ambos se fueron
- No los dejes solos Paola, serás mi ojos cuando yo no este cerca
- Será todo un placer tia