Amos del desierto

XI. Cementerio 

Pasaron días y noches, cada tribu, en competición intentaba aprovechar el ambiente favorable del desierto, cada ser dejaba el sudor en la arena el cual pronto era una gota de vapor, en el camino había un cementerio de fósiles y elefantes, el desierto revelaba solo hoy la presencia de aquel cementerio, otrora las escondía, cada paso de tormenta era un develo de fantasías, develo de antiguas ruinas de tribus nómadas del desierto que huían y dejaban a su paso las riquezas y todo tipo de objetos que los identificaba.

En el paso por el cementerio se vieron huesos fósiles tan grandes que a ningún animal conocido pertenecían.

Un sendero de estructuras óseas guiaban a las tribus del desierto sin saber que previo a la llegada del destino final se encontrarían con el responsable de aquel sendero.

Una serpiente Cobra rey  se encontraba durmiendo, una serpiente de más de diez metros de largo, era tan gigante, era tres veces más grande que las hormigas león y su corpulencia era tan desafiante que los caza recompensas y los mercenarios querían su piel para los museos o para venderla en el mercado negro.

Comenzaron a caminar con sigilo, mientras estos intentaban atrapar a la serpiente los druidas negros y los druidas del desierto se adelantaban.

Axander Barquer hablo, estaba tan enojado y tan temeroso:

-¡Oigan, si hacen esto es posible que no lleguemos hasta el destino y también es posible que no lleguemos de regreso hasta Nevada!-

Uno de los mercenarios dijo mientras preparaba los lanzamisiles y daba órdenes:

-Axander, te preocupas demasiado, cada uno de los nuestros gana un porcentaje y de esta serpiente de diez metros nadie ha oído, su cabeza será una excelente pieza de museo, no digamos su piel.-

-Cállate y apártate de nosotros.-

Axander Barquer; conmocionado por la decisión de Robert dijo;

-¡Es suficiente con hacer comentarios del tamaño de esta serpiente¡

Claro imbécil, pero solo tu como historiador ganaras o, ¿Acaso lo compartirás con nosotros?

-Al menos yo busco como hacer historia, ustedes eliminan la historia-

-Pues esa es nuestra decisión, ahora apártate o agarra un arma-

Axander Barquer se detuvo a observar la serpiente y decidió partir, junto a él partieron los mercenarios del desierto Victoria.

Dos kilómetros mas pasaron cuando se comenzó a escuchar la cacería, Axander Barquer creyó que era el último día de la Cobra Rey, pero la realidad era otra, fue el último día de muchos de sus amigos.

Avanzo Axander Barquer solitario, sus amigos le dejaron partir sabiendo la magnitud del peligro que presentaba la colosal criatura y sabiendo la imposible tarea que les esperaba; dio la vuelta para observar la batalla, al voltearse, el tamaño de aquella serpiente había aumentado tanto en grosor como a lo largo, la serpiente había mantenido una piel recogida durante la noche, había amanecido y esta seguía del mismo modo hasta que el primer misil toco su cuerpo.

La cobra rey se enrollaba y se movía a una velocidad inigualable, daba latigazos y escupía veneno, este era tan mortal que al contacto con la piel de las victimas esta las deshacía, era tan nocivo que corroía la piel de las víctimas, ninguna víctima sobrevivió al potente veneno ni al estrangulante poder de la serpiente, cada persona que veía a los ojos de la serpiente, se paralizaban, les daba un terror inigualable, sus cuerpos se congelaban y vibraban del terror, era como una especie de hipnotismo, al final lo único que quedo fue alimento para la gran serpiente y pedazos de maquinaria por todos lados.



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En el texto hay: fantasia, carreras, mistica

Editado: 23.07.2019

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