Para la peliroja que su mamá la dejara en aquel lugar desolado, casi en el medio de la nada,con persona desconocida solo porque las vecinas mal hablados metidas de el barrio la convencieran y que no luchará mas contra lo que le "pasaba".
¡Que tipo de madre era !
La decepción le dió un sabor amargo a el desayuno preparado por esa clínica mediocre. Su madre cansada de tener que lidiar con sus lamentos rota por ver a su hija en ese estado procedió a intentar a su hija en la clínica de una amiga suya.
¡Pero que mal estaba! La peliroja terminó allí con engaños, su madre le había dicho que era una visita a la casa de su abuela.
Pero al llegar aquel lugar la golpeó la realidad. ¡Su mamá la había internado!
Enojada miraba las flores a su lado cuando una chica con rasgos asiáticos se sentó a su lado.
──Hola──murmuró
──Hola──la peliroja dijo tajante.
──Te ví sola y quise hacerte compañía
Aquella chica se veía agradable, quería preguntar que era lo que la mantenía en este encierro pero prefirió guardarse las preguntas.
No era de su incumbencia así que solo asintió y volvió a mirar las flores.
──¿Puedo preguntar porque estás encerrada en este pedazo de choza?
Ja, que irónico mientras que ella se abstenía a preguntar aquella pelicorta no lo hizo.
──¿Según los informes médicos o las locas de mi barrio?──soltó divertida. Pero con un toque de amargura.
──¿Las dos?──la asiática sonrió.
──Bueno según las de mi barrio, deliro por una estupidez.
──¿Y los médicos?
──Depresión.
La asiática asintió triste y miro hacia otro lugar. La peliroja no sé quedó quieta y preguntó bajito.
──¿Y tú?
──Pues bueno,es algo complicado.
Oh se dió cuenta de inmediato que no quería hablar de ello. Pero sus pensamientos se quedaron a media cuando la chica continuó
──Trastorno de personalidad múltiple.
──Oh...
──¿Impresionada?
Asintió, a comparado con lo de ella era una mierda sinceramente. No sabía mucho del tema pero suponía que era una mierda.
──No te asombres si mañana te paso por al lado y te trato borde,no es que pase muy seguido. Pero igual andate con cuidado ──intentó decir con diversión.
Las chica le miro con pena, debe ser asqueroso no saber cuándo vas a cambiar a ser otra persona. Las conversaciones entre las chicas seguía mientras que una enfermera a lo lejos veía como Amara-la chica asiatica- estaba socializando con la nueva.
──¿Crees que paso lo mismo que con Sophia? ──le preguntó a otra enfermera
──No creo──respondió está cuando de pronto las alarmas empezaron a sonar con fuerza.
¿Que pasaba?
El sonido paro la conversación de las chicas y asustadas vieron como todos corrían con pánico y como las enfermeras trataban de controlarlo todo.
La pelicorta sonrió y miro a la chica a su lado.
──Ven conmigo
Le halo la mano y se la llevó por la puerta trasera y salieron por una puerta metálica llegaron a la sala principal y fue cuando miró a la chica con cierta preocupación y malicia.
──¿Quieres irte de aquí Rojita?
El apodo le trajo recuerdos muy malos a la chica y casi podía ver cómo se le cristalizaban los ojos. Asintió con tristeza.
──Vamonos de aquí antes de que me arrepienta.
Corrieron hacia la calle y dos enfermeros corrieron hacia ellas cuando las vieron.
Entre risas seguiron corriendo hasta que salieron de aquel lugar y pararon un taxi que por allí pasaba se montaron en el y le dijieron que acelerara mientras que los enfermeros gritaban que pararan.
El taxista las miraba con curiosidad pero ellas solo reían de la eufória.
Se miraron y bajaron cuando ya estaban lejos de la clínica.
Al peliroja miro a su nueva amiga y algo dentro de ella burbujeó. Por primera vez desde hace años se sentía viva. Por primera vez en años había dejado de pensar. Rió con felicidad mientras daba vueltas al aire libre.
La chica asiatica le sonrió y solo dijo.
──Bien hecho, rojita acabas de hacer una ilegalidad.
Las dos rieron y caminaron tomada de la mano por toda la ciudad buscando un lugar donde dormir