*Hace 11 años atrás*
Lucía había llegado de su escuela un poco triste y se dirigió a su cuarto para leer un libro, luego buscó alrededor de su habitación a Sebastian y al no encontrarlo se arrodilló frente a su cama.
—Sebastian ¿Dónde estás? —ella empezó a orar en modo de invocación para que su ángel apareciera, luego de unos segundos la habitación empezó a brillar en plena oscuridad (ya que estaba de noche).
—Lucía, ¿me llamabas? —preguntó dulcemente mientras entraba a su habitación.
—Si... —ella se acercó y le dio un abrazo.
—Lucía...solo haces esto cuando algo te ha pasado—ella asintió con la cabeza y lo miró a los ojos un poco triste —¿Quién te molestó otra vez?
—Hay un niño que siempre me dice huérfana, eso me molesta y me pone...triste —ella desvió la mirada para no mostrar su rostro de molestia.
—Intenta ignorarlo mi pequeña, es lo mejor que puedes hacer —aunque parezca tonto, era lo mejor que podría hacer, Sebastian debía aconsejar a los niños a ser lo más pacíficos posibles (después de todo, es un siervo de Dios y debía procurar que ellos hagan cosas buenas).
—¿Crees que pare algún día?—él asintió y Lucía se calmó por el momento—eso me tranquiliza, debo tener fe ¿cierto?
—Así es —Sebastian sonrió y miro a la pequeña que aún no se apartaba de su lado—¿quieres hablar de algo más?
—Si, quería preguntarte algo.
—Dime pequeña.
—¿Los ángeles se ponen apodos?
—No, no somos como los humanos Lucía —respondió pensativo mientras se sentaba en su cama de ella —tratamos de limitarnos a cumplir nuestro deber de cuidarlos a ustedes.
—No te creo, si se ponen apodos—Sebastian se mostró confundido con esa afirmación.
—¿De dónde sacaste esa idea?
—Pues de esto —ella entonces mostró un libro rojo que tenía en su mesa de noche, lo abrió y empezó a leerlo —aquí dice que《son seres de luz y transmiten amor hacia los niños y sobre todo les ponen apodos lindos》.
—Haber quiero leer eso...—él empezó a leer el libro una y otra vez buscando la frase que había dicho Lucía, pero con la expresión que mostraba daba a entender que no lo encontró—¿Dónde dice esa parte de los apodos?
—Eem... —ella agachó la cabeza y no respondió, Sebastian supo entonces que ella estaba mintiendo y se acercó a ella.
—¿Por qué mentiste Lucía? — sus ojos de ella se mostraron tristes otra vez, tal vez parezca una tontería pero ella no le gustaba mentir así nomas (y si lo hacía, automáticamente se mostraba arrepentida).
—No te enojes conmigo —él al verla así la abrazó muy fuerte para calmarla.
—No lo hice Lucía, ¿Qué quieres decirme en realidad? —ella respiró profundo y se calmó.
—Quiero que nos pongamos apodos, todos mis amigos tiene uno menos tú ¿puedes? —ella le tocó el rostro para convencerlo y Sebastian se ruborizó ante esa acción.
—De...acuerdo —ella sonrió cuando Sebastian aceptó —¿Qué apodo me pondrías?
—Pues tú serías mi "Achkiy"—él sonrió y miró a la pequeña.
—De acuerdo me quedo con ese tierno título...
—Ahora te toca ¿Qué apodo me pondrías a mi? —Sebastian la miro de pies a cabeza y entonces supo de inmediato que decirle.
—Te diría mi "pequeña y dulce ángel" —ella se sonrojo cuando escuchó esas palabras.
—Me gusta...pero ¿por qué me pusiste ese apodo?
—Por que...
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Explicación: es un recuerdo para la escena que viene 😏
Gracias por leer ;)