Brook.
Cassia seguía durmiendo así que aproveché para ir al consejo por mi propia cuenta. Llegué y Leah se encontraba sentada en su escritorio.
—-Escucha, la chica quiere irse a casa, pero no lo hará hasta que sepa el porqué me quitaron las alas, así que, ¿por qué me quitaron las alas? —dije hablando rápido.
—Si ella quiere irse o no, no es mi problema —respondió fría.
Me quedé unos segundos pensando en cómo convencer a Leah, luego solté un gran suspiro.
—Charlotte sabe que ella aquí está aquí —al decir esto, la expresión de Leah cambió totalmente, ahora parecía estar preocupada por Cassia.
—¿Cómo lo sabe?
—Eso es lo que menos importa.
—Tienes que llevártela de Dines —de pronto volteó su mirada hacia la nada— ¡Ve ahora! ¡Ve a casa y sálvala!
Parecía que Leah estaba teniendo una visión, y sus visiones nunca fallaban. Por lo mismo salí corriendo del consejo y me dirigí a mi casa tan rápido como pude. Sentía que mis piernas no corrían lo suficientemente rápido. Cuando llegué la puerta estaba abierta.
—¿Cassia?
Grité por todos lados y busqué por cada rincón de mi hogar, sin embargo, Cassia no estaba. Fui a donde ella estaba durmiendo y podía olerlo perfectamente, demonios estuvieron aquí. Se la llevaron.
Cassia.
Desperté en un lugar totalmente desconocido, definitivamente no era la casa de Brook. Un hombre entró y detrás de él pude ver a la tal Charlotte.
—Miren quien despertó —dijo el hombre.
—¿Cómo te llamas? —preguntó Charlotte molesta.
—Eso no te importa —respondí y de inmediato ella estampó su mano contra mi mejilla.
—¿Cómo te llamas? —volvió a preguntar.
—Ca-Cassia.
—Pues mira Cassia, le advertí a tu angelito que te sacara de Dines y no me hizo caso. Así que tendré que hacer algo al respecto —sacó un arma y apuntó a mi cabeza—. Al apretar el gatillo, ésta arma no te matará, mejor aún. Te llevará de nuevo a tu mundo y ni siquiera recordarás lo que ocurrió en Dines. Vaya, ni siquiera recordarás a Brook.
—En cuanto Brook vea que no estoy en casa, vendrá a rescatarme.
—Se nota que le tienes confianza. ¿Sabes por qué le quitamos sus alas?
—No.
—Él NO te cuidó —dijo casi gritándome en la cara.
—Si no lo hubiera hecho, ya estaría muerta —respondí de la misma manera.
—Querida, en Dines se habla del futuro como si fuera el pasado.
—¿De qué hablas?
—Despídete de Dines, de Brook...—una voz la interrumpió.
—Charlotte, quieres que todos sufran lo que tú sufriste ¿no? —habló la voz a sus espaldas. Era Brook.
De inmediato Charlotte volteó a verlo y después volvió a apuntar su arma hacia mí y disparó.
No recuerdo más.