Anomia: pequeñas asesinas

Capitulo 3- La nueva

Una nueva mañana se hacía presente, el sol apenas quería asomarse dejando ver unos ligeros rayos del sol. Era un nuevo día laboral y pronto las calles estarían repletas con niños y adultos yendo a sus correspondientes lugares para hacer sus obligaciones.

Doll abrió los ojos al oír la alarma de su reloj, estiró la mano para alcanzarlo y empezó a presionar los botones para que se callara, al no ver resultado lo tomó y arrojó el objeto a la pared haciendo que se apagara, asomo su cabeza por las sabanas mientras abría sus ojos con pereza, al ver un poco de luz por sus cortinas cubrió sus ojos con su antebrazo y suspiro. Debía ir a la escuela. Se sentó en la cama y vio hacia su alrededor.

Ahora con doce años, Doll había cambiado su cuarto a uno más propio a su edad. Las paredes estaban llenas de dibujos bastante infantiles dibujados con lápices de colores, tenía muchas almohadas de diferentes colores y algunas con formas de animales, en su escritorio reposaban varios libros, hojas blancas y lápices de colores, sus estanterías estaban llenas de juguetes, peluches y bastantes libros infantiles. Era el cuarto que tendría una niña de diez años.

Aun medio dormida fijó su mirada en su uniforme recién planchado colocado en una silla, el cual consistía en una falda gris, camisa blanca, suéter gris, calcetas arriba de las rodillas blancas y zapatos negros, si no se apuraba no podría alcanzar a Emily, que pese a todo todavía seguían siendo amigas.

Después de cambiarse y cepillarse los dientes, la niña estaba peinando su cabello rubio, ahora un poco más largo que antes, se miro al espejo con semblante serio, agarro uno de sus listones rosados y lo amarro a su cabello haciendo una coleta de un lado, luego agarro el otro e hizo lo mismo con el otro lado, al terminar sonrío y salió del baño para bajar las escaleras y llegar a la sala de su casa.

De ahi provenía el delicioso aroma que olía desde las escaleras y se acercó para ver el desayuno listo en la mesa. Sonrió y se sentó en la silla sin dejar de ver la comida mientras su boca se le hacia agua al imaginar el delicioso sabor de la comida recién hecha, sin poder contenerse empezó a servirse sin esperar a su madre, la cual ya salía de la cocina.

—¿Ya estás comiendo? Tú no pierdes ni un minuto en empezar a comer—bromeó la madre.

—Se me hizo un poco tarde, así que tengo que apurarme—respondió la niña dando una mordida a su alimento.

Doll volteo a ver a su madre, la cual se había sentado junto con ella, ambas eran muy similares, tenía su mismo color de cabello y sus mismos ojos, un poco más morena que ella pero aun así todos decían que tenían un gran parecido, se llamaba Nadeline, era una mujer amable y buena, las personas siempre elogiaban el comportamiento de la niña, que era igual al de su madre, la mujer estaba vestida con un elegante traje mientras tomaba café.

Mientras comían el timbre de la puerta principal sonó seguido de un par de golpes.

—¡Doll, apresurate o llegaremos tarde!—dijo la voz de alguien al otro lado de la puerta.

Doll se levanto apresurada sin terminar de comer, agarro su almuerzo al igual que su mochila.

—¡Ya me voy! Nos vemos en la tarde—dijo apresurada mientras abría la puerta y se encontraba una niña de espaldas a ella—. Vamos ya, Emily.

La niña se volteó, era una pequeña de la misma edad que Doll, su cabello castaño oscuro estaba adornado con un moño blanco detrás de él, sus ojos eran café oscuro, sus mejillas eran rosadas al igual que sus labios. Sonrió al ver a Doll salir y ambas se saludaron, el nombre de la niña era Emily, la hermana de Victoria.

Una vez se saludaron emprendieron el camino hacia la escuela mientras Doll estaba hundida en sus pensamientos.

Durante esos años Doll había estudiado lo que la gente llamaba "una niña normal" así que empezó a actuar como tal, como la hija perfecta, la que todos quieren tener, una niña "buena", amable y caritativa que siempre estaba preocupada por todos.

Su estudio había durado un tiempo, aveces había estado espiando a niñas de su misma edad para saber cómo actuaban, de que hablaban y como reaccionaban a ciertas cosas, nunca fue detectada por ninguna, además sus habilidades a la hora de escuchar conversaciones habían incrementado. A las personas que más había estudiado era a su madre, para tener su misma actitud, y a Emily, que era una niña buena que no haría daño a una mosca, aunque era un poco temerosa.

Incluso había logrado hacer que todo el mundo se olvidara de todo lo que había pasado tiempo atrás. Excepto Emily, quien aún recordaba a su hermana en ocaciones. También ella misma había sido la única que se había quedado a su lado sin importarle el pasado.

Pero, la locura de Doll no había quedado en el pasado, tal vez había empeorado un poco al no recibir atención, mataba animales de vez en cuando en el mismo lugar en el que había matado a Victoria, mataba a pájaros, ratas, hormigas, un gato y en una ocasión a un perro. Ya no había matado a más personas, pero deseaba hacerlo, tenía una víctima que era una compañera de clase era pelirroja, ojos verdes, pecosa, inocente, linda y sobre todo, confiaba en Doll.



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En el texto hay: asesinatos, muerte y sangre, jovenes asesinos

Editado: 22.07.2020

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