Antes De Odiarnos

16: AFUERA

JULIETTE

No puedo creerlo.

Milo tiene mi dinero y no, no se lo está robando. Me dijo que era su plan para que nos lleváramos bien, que regresará en media hora. Media hora. Una cosa era estar en la casa donde puedo encerrarme y ocultarme de él pero aquí, no hay nada qué hacer.

Bueno, quizás si me levanto y pido que cancelen todo así ya me puedo ir pero parece que esa no es una opción cuando un hombre se acerca sosteniendo una bandeja con mucho equilibrio y empieza a colocar los platos frente a nosotros.

Milo dijo que regresará pero mientras tanto tengo que estar aquí, con Skyler, quien está ocupado jugando con el borde de la servilleta.

Tengo muy pocas opciones ahora. Una es preguntarle a Skyler si tiene dinero para que pague. Creo si, él no pudo asumir que íbamos a pagarle, ¿o sí?

Mi otra opción es huir también, dejar a Skyler aquí con tres platos de comida y una cuenta por pagar. Aunque eso suene tentador, no puedo hacerlo. No por Skyler, solo que no creo que sea lo mejor.

Me paso la mano por el cabello y exhalo. Esto está muy, muy mal.

— ¿Entonces? —Skyler haba.

Recuesto el codo sobre la mesa. —Milo volverá, como en media hora.

Entorna los ojos. — ¿Por qué hizo eso?

—Tal vez porque quiere que nos llevemos bien —respondo, sintiendo algo amargo en mis labios, quizás son esas últimas palabras.

—Genial —susurra, pero suena molesto.

Bajo la mirada a la comida y de pronto ya no tengo apetito, preferiría llevármela para después pero una parte es con helado y será un desastre como esta situación.

La canción de fondo tampoco ayuda. Esta es una que era popular hace mucho años, más de una década y conozco palabra por palabra. Conozco los acordes y la manera en que tenía que moverme de lado a lado con las guitarras pues mi cuerpo lo pedía así.

La peor parte es que, cuando cruzo la mirada con Skyler, sé que él también está recordándolo.

Esta fue una de las canciones que le hicimos un cover, cuando las personas comenzaban a hablar sobre nosotros. Cuando pensaba que todo resultaría bien si tan solo nos esforzábamos y trabajábamos duro. Cuando creía que podríamos lograrlo y lo haríamos, juntos.

—Ahora… —Skyler habla pero ya no termina lo que sea que iba decir.

Suspiro. — ¿Qué?

Toma el tenedor y empieza a separar la comida para evitar que se topen entre sí. Aun lo hace. — ¿Cómo conociste a Milo?

Bien, hablar de Milo es un terreno pacífico. —En un evento, él era un modelo de la pasarela y yo fui invitada.

Skyler sigue con la mirada en el plato. — ¿Ustedes salen o algo así?

Casi me rio pero no lo hago. —No, solo somos amigos.

—Amigos —repite, toma una esquina de su omelette—. ¿Son muy amigos?

Tomo la taza de café pero solo la acerco a mi rostro, aun no doy un sorbo. — ¿Cómo puedes medir qué tan amigo eres de alguien? Eres o no, es así. Somos amigos y ya.

—Pero no es lo mismo —dice—. Digo, ya sabes, tú en la escuela tenías amigos pero…

Pero Skyler era otro tipo de amigo.

Respiro profundo. —Lo pondré así. Milo es mi amigo y la otra parte de la escala eres tú, no eres mi amigo.

Levanta la mirada. —No estoy pidiendo ser tu amigo.

—No creo que podamos serlo —afirmo—. Ya no me interesa ser tu amiga, ya quedé traumada con la primera vez.

Rueda los ojos. — ¿Sabes algo? Tú actúas como si todo fue mi culpa, como si me odiabas o como si yo fui malo contigo, pero no lo fui. No lo fui.

Ahora sí, doy un sorbo largo y siento como el calor del café pasa por mi garganta.

Bien, tengo que admitir que Skyler no era malo conmigo. Era un buen chico, un buen amigo, era incluso el primer chico que me hizo soñar despierta pero ya no importa.

—Milo es mi amigo y ya, no me preguntes de mi vida personal por favor.

Skyler tuerce los labios. —Juliette, ¿realmente crees que la gente no se dará cuenta de lo mal que nos llevamos? No lo estas intentando.

Bufo. — ¿Y qué hay de ti?

Skyler suspira, se frota las sienes. Está tan cansado de mí como yo de él. —Creo que si tú no quieres hacerlo, no debemos hacerlo.

No me había dado cuenta de lo mucho que he estado apretando la mandíbula hasta ahora. Lamo mis labios. — ¿Qué?

Se encoge de hombros. —Si no es algo que quieres hacer, no lo hagamos. Ya no quiero intentarlo. Es evidente que tú y yo no podemos ni siquiera llevarnos bien. Es suficiente.

Skyler se levanta de la mesa y lo veo pasar entre las mesas. No sé si se está dirigiendo al baño, a tomar aire o si se está yendo.

Volteo el rostro hacia el mar y mi cabeza se llena de muchas preguntas y pensamientos acusatorios que me recuerdan que es mi culpa. No sé cómo, pero es mi culpa. Más o menos. Digo, sí, Skyler tiene la culpa pero él no necesita esto tanto como yo.

En realidad… odio saber que soy yo quien lo necesita más.

Cierro los ojos mientras el viento sacude mi cabello y mi estómago se hunde mucho más. Será una lástima que ninguno de los tres comiera nada de lo que ordenamos, pero es aún peor saber que mi conciencia o lo que sea que esté en mi cerebro, me esté pidiendo que lo arregle.

Rayos, ¿Cómo voy a arreglar esto?

Muerdo mi labio inferior al mismo tiempo que mi pecho se siente golpeado por un mazo. Respiro profundo y me levanto, buscando con la mirada a Skyler pero él no está.

Voy hacia una de las meseras quien me sonríe de manera muy forzada. —Um, hola, disculpa, ¿no has visto al chico que estaba conmigo?

Ella sigue sonriendo. —Claro, está afuera.

Miro a la mesa que hemos abandonado. —Uh, yo… sí voy a pagar, es solo que tengo que hablar con él antes y…

Sacude la mano en el aire. —No se preocupe, su acompañante ya pagó todo.

Frunzo el ceño. Quizás fue Milo antes de irse, no me sorprendería que lo hiciera como parte de su broma. —Ah, entiendo.

Ella asiente y espera a que me mueva. Avanzo entre las mesas y la música suave al fondo hasta llegar a la puerta y cruzarla. Efectivamente, Skyler está aquí recostado en una de las columnas de madera. Aun no me ha visto y me acerco como si estuviera esperando que algo me detenga, por si las dudas, volteo hacia el camino de la calle pero Milo sin duda no está aquí.




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