Los rayos del sol tocan suavemente la piel de Elena quien a media mañana del primer día de primavera ha decidido disfrutar de un libro a las afueras de su café favorito. Sentada frente a una pequeña mesa blanca sonríe en silencio con las ocurrencias de aquel personaje que la ha enamorado. Inmersa en su historia se aísla del mundo mientras unos ojos negros la observan a poca distancia.
David repasa con su mirada cada centímetro del cuerpo de aquella chica que ha capturado su corazón y sonríe con los recuerdos que vienen a su mente. Desde su adolescencia ha amado a esa mujer quien ahora a tan sólo unos pasos de él se mantiene ignorante de su presencia.
Una repentina brisa ligera trae a Elena de regreso a la realidad. Su cuerpo se tensa repentinamente al sentir que la observan. Gira su cabeza para mirar a su alrededor en busca de esa mirada que produce escalofríos en ella pero no encuentra a nadie. Inhala profundo intentando calmar su angustia pero su tranquilidad se ha ido. Observa nuevamente los arbustos cercanos sin saber por qué y la sensación que le produce no le agrada, por lo que decide tomar sus cosas y salir del lugar como si huyera de algo, o quizás, de ese alguien que la obligó a cambiar de vida e historia y que hasta entonces pensó haber dejado atrás pero nuevamente aparece como un depredador acechando a su presa.
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Junio -2018
Barquisimeto, Edo. Lara. Venezuela
Relato creado para un reto de escritura.
Condición: Usar la palabra "Día"
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Editado: 15.11.2020