Aprendiendo a Aceptar

Capítulo XVI

Mierda

 

Había quedado con Alejandro que se iban a encontrar en el balcón para hablar de la propuesta de matrimonio que le haría a lady Amelia. Él le daría las pautas de cómo debía hablarle a su futura prometida. Y un segundo con Violet lo había hecho olvidar ese detalle importantísimo.

 

—Imbécil, yo te lo advertí. —hablaba muy enfadado, Alejandro.

 

Sabía que había prometido alejarse de Violet. Que le había jurado a Alejandro que no la dañaría. Pero lo había hecho. Y ahora estaban en tremendo embrollo.

 

Ethan se pasaba las manos por el cabello irritado. ¿Cómo había podido ser tan imbécil? Justo lo que se había prometido no hacer. Y lo había hecho.

 

Se giró hacia Violet, esta estaba sonrojada y con los labios hinchados por el beso. Mirarla de esa forma le hacía desearla, pero ahora no era el momento adecuado para sucumbir a sus necesidades.

 

—Sabes las consecuencias de tus actos ¿Cierto? —continuó Alejandro. —Tú sabes también como se remedian.

 

Ethan asintió. Se sentía como un niño regañado por su padre.

 

—Me casaré con ella.

 

 

Violet volteó de inmediato hacia Ethan. ¿Había dicho la frase “me casaré con ella”?

 

No, no podía ser. De seguro era un espejismo y todo lo que estaba viviendo era un sueño. O mejor dicho una pesadilla. ¿Cómo de haber estado besándose apasionadamente, pasaron a hablar de matrimonio?

 

Él tenía la cara roja, pero no por la pasión. Si no más bien por la furia. Él no deseaba casarse con ella. Lo estaba haciendo por salvar su reputación pero ¿Por qué? No la amaba, simplemente la deseaba pero no al grado de unirse de por vida. No quería casarse con ella. Ethan deseaba a Amelia.

 

Quiso romper a llorar pero se mantuvo fuerte.

 

—Es lo mínimo que debes hacer. —replicó Alejandro. —Además debe ser rápido para evitar las habladurías.

 

¿Y por qué el marqués se empeñaba en defenderla? Él sabía que ella era una simple criada y el conde era su mejor amigo. ¿Por qué lo obligaba a casarse con la sirvienta?

 

Sabía que debía actuar rápido. —No tiene que hacer eso milord. Es todo culpa mía. No supe poner límites.

 

Alejandro la miró y ella vio la rabia que bullía de él. —No. Ethan debe hacerse responsable de sus actos. Está bastante grandecito para saber lo que es bueno y lo que es malo.

 

—Pero yo me comporté mal. —dijo ella llorando.

 

—Violet no se hable más. —expresó Ethan, cansado. —Nos casaremos dentro de dos días.

 

***

 

Esa noche Violet no podía dormir. Lloraba desconsolada y no podía dejarlo de hacer. Le dolía su alma. Ethan se casaría con ella. Obligado. Y comprendió que es malo desear algo. A veces los deseos se podían cumplir de la peor forma.

 

Alejandro había sostenido una larga conversación con Ethan. Cuya conversación no supo nada de lo que dijeron. Ella no podía creer que en dos días se convertiría en Lady Blackwell.

 

Caminaba de lado en la habitación, había intentado todo para ir a dormir pero para nada le llegaba el sueño. Un golpe en la puerta la sobresaltó. Ella fue y giró el pomo y ahí se encontraba su amiga.

 

—Lo siento Violet. Me acabo de enterar de todo. —decía pasando al cuarto y abrazándola fuertemente.

 

—No puede ser. Soy una tonta. —sollozaba.

 

—Ya Violet. Tranquila, que todo saldrá bien. —la animaba.



#1084 en Novela romántica
#366 en Otros
#56 en Novela histórica

En el texto hay: perdon, amor, aceptacion

Editado: 24.05.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.