Aprendiendo Amar

*Capítulo 7*

Lana

-¡Hola Mocosa!, nos volvemos a ver- susurra en mi oído y siento como todo mi cuerpo se estremece.

-¿Así qué tienes una hija?- giro en su dirección y alcanzo a preguntar, ya que pensé que las palabras no saldrían.

-Mmm, así es Mocosa… aunque no sé porque la pregunta, si obviamente sabes la respuesta-

Forma una media sonrisa y sus ojos brillosos… parecen de perrito triste, abandonado, pidiendo comida.

-Ahh debo dejar de andar con Catalina y su metáforas de perritos-

-Mmm, ¿perritos?- susurra acercándose más y retrocedo hasta que mi espalda choca con la pared.

-Ehh… Adrián…yo…- por Dios, ¿por qué balbuceo como tarada?

-Si… Lana…- se acerca, burlándose. Sintiendo que me tiembla hasta el alma.

-Mmm- murmura en mi oído -¿estas temblando?... Mmm, quien lo diría- giro el rostro enfrentándolo.

-Hijo- habla Doña Clarissa, justo antes de que acabe con la sequía, que me está matando.

-Madre, sabes, deberíamos celebrar- se aparta de mi lado ignorándome.

-Igualado- murmuro, medio molesta, porque me ilusiono en vano, venga, que pensé que tendría acción y nada.

-Duele- escucho que dice Doña Clarissa.

-¡Perdón!-

-Ohh a mí no me tienes que pedir disculpas- ruedo los ojos, porque cada día que paso entiendo porque Catalina es su nieta.

-Doña Clarissa, usted dijo que duele y quisiera saber ¿por qué?-

-Ahh es que lo ignoren a uno, que pasen la página y uno se de cuenta de lo que perdió…- dice todo eso mirándome -debe doler, ¿no cree?... gracias a Dios, el único dolor que tengo es el de las rodillas- se aleja riendo.

Escucho algarabía y al llegar veo al vejestorio, destapando una botella de champagne y abrazando a Cata.

-Duele- vuelve a decir.

-Por favor, claro que… claro jamás me imagine, verlo de nuevo, siendo el papá de mi mejor amiga, viéndose mejor que antes y… me alegro, me alegro por ellos claro que si-

-¿Señorita está bien?- me asusta una voz a mi lado, al volver la mirada es un camarero, que llevo la bebida a la habitación.

-Obvio que sí, ni que las ganas de lanzarme encima, fueran tantas, Psh por favor- bufo dándole la espalda.

-Un brindis- levanta su copa Adrián, me entrega una copa guiñándome un ojo -por este día, porque reencontré a la mujer de mi vida, a la única que he amado y amaré- Mier… como se le ocurre decir todo eso… mirándome…

-Por mi amada… hija, Salud- todos brindamos y después que choca su copa con la mía y tomo un sorbo, susurra.

-Por ti mocosa- me ahogo con la bebida.

-Ohh, señorita ¿está bien?, pobre no debe estar acostumbrada a las bebidas alcohólicas- comenta burlo al resto.

No estoy entendiendo nada…

-Lana, Lana- llama Camila pasando su mano frente a mi cara -¿estás bien?... te es algo distraída.

-Ehh, si, si… sabes, creo que me voy, hay muchas demostraciones de afecto, me disculpas con Cata- me excuso y salgo de ahí, necesito aclarar mis pensamientos.

Camino, pensando en toda esta locura, me detengo frente al ascensor, esperando que este llegue.

-Los hechos, el vejestorio está aquí, Cata resulto ser la hija pequeña, bueno no tan pequeña de él, Doña Clarissa sabía el rollo entre ambos, me ignoro, pero me habla, ahora…-

-Señorita- me llama, una camarera que estaba en el pasillo, justo cuando entro al ascensor y detiene las puertas con su carro de servicio

-Señorita olvida algo- extrañada, observo mi bolso, dentro esta mi Tablet, mi teléfono…

-No creo haber dejado nada- susurro más, para mí.

-Sí, olvidaste esto Mocosa- no tengo tiempo de reaccionar, cuando vejestorio me toma por la cintura adentrándose al ascensor y estampando sus labios con los míos…

Escucho un risita, seguramente de la camarera, pero ya me vale… siento que morí y estoy en el cielo… un leve gemido sale de mí, lo que hace que él se separe y sonría.

-Se te olvidaba eso-

-¡Wow!- me aclaro la garganta -¿Qué fue eso? Me…- no termino de hablar, porque sale del ascensor, riéndose.

-¡Hijo de… Doña Clarissa!-

-Igualado, ha, ¡Ahh!, no me responde las llamadas… pero claro ahora se hace el digno…-

-Sabes Lana, el teclado no tiene la culpa, si tu novio imaginario te corto- menciona Camila, sentándose a mi lado.

-Pero que dices… Lana no tiene novio, eso es demasiada interacción social, para su ser- dice con burla Cata y ambas comienzan a reírse.

-Y se puede saber, ¿por qué creen que no tengo novio?- pregunto molesta -les recuerdo que estoy…-

-Saliendo con el robot que no es robot- me interrumpe Cata rodando los ojos -por favor, eso no te lo crees ni tu… a ver, lo llevaste a la gala y ni se tomaron las manos, además sospecho que tiene algún tipo de interés por Clara, así que no te engañes más-

-Para que sepan, si estoy saliendo con alguien, bueh, bueno ahorita nos estamos dando un tiempo-

-¡Rayos Cata!- Camila le entrega un billete, quejándose.

-Fue la apuesta más fácil de ganar-

-¿Apostaron?-

-Obvio Lana y por haber colaborado en ganarla, te invito un helado-

-Pero… ahora si nos dirás ¿quién es?-

-Que no, par de viejas cotillas- mi teléfono comienza a sonar y evito seguir siendo el centro de su cotilleo.

-Sasha-

-Gotovyy, listo- responde, sin saludar, a lo que abro muchos los ojos.

-Me encanta ¿estás ahí?... no, no me digas, ya lo averiguo- termino la llamada, guardando mis cosas.

-Bueno chicas, otro día inventan más cosas de mí, nos vemos- trato de salir del taller, pero una tromba humana, me hace tambalear.

-¡ESTAFA!, ME ESTAFARON, PIDO INDENNIZACIÓN-

-Maggie, pero que te ocurre- inquiere Cami, acercándose a una muy mal humorada Maggie.

-Bueno, al menos ya te puedes sentir digna hija de Don Bip y ya andas destilando amor con su carácter- me burlo, pero recibo una mala mirada de su parte.



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En el texto hay: humor, amorsecreto, diferenciadeedad

Editado: 10.09.2024

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