Adrián
-La hubieses visto- suspiro recordando su imagen.
-Pues menos mal y no la vi… porque Jefecito, yo mínimo… mmm, nada realmente no hubiese hecho nada, me da repelus- se sacude de manera exagerada.
-¿Repelus?- inquiero.
-¡Aishh! es que hablar con la tercera edad es muy difícil- rueda los ojos.
-Me recuerdas, ¿por qué estás trabajando para este hombre de tercera edad?- inquiero aguantando una risa.
-Porque, tu princesa, antes de toda esta locura, me ofreció trabajo recién salidito del horno universitario, la paga era buena y el Jefecito… buenísimo-
-¿La paga actual no es buena?-
-Ahh Jefecito, yo trabajaría gratis con tal de ver semejante colirio diario, pero como la confianza da asco, nos mantenemos profesional, así, me sigues pagando y yo hago mi trabajo- se acomoda su saco y se torna serio.
-Jajajajaja, bueno y cuando quieras cambiar de ambiente, la propuesta sigue en pie- menciona entre risas.
-Sasha, puedes dejar de querer quitarme a mi personal… además tenemos una conversación pendiente- lo señalo haciendo que su risa desaparezca.
-¡Aww!... puedo morir en paz- suspira pesadamente José cuadrando los hombros -ser deseado por este par de espécimen y…-
-Laboralmente- recalca Sasha, tomando su bebida transparente.
-Bueno, pero igual me desean, así que… volviendo al tema que nos compete- lo miro arqueando una ceja, ante su adicción a nuestra conversación.
-¡Aish!, jefecito no me mire así, porque igual me voy a enterar e igual voy a opinar, así que ahorrándonos todo esto… ¿qué vamos hacer?-
-¡Perdón!- Sasha fija su mirada en José, que estaba tomando de su taza de Té.
-Estas perdonado Sashita, pero venga, tu estas enamorado de la princesa de mi jefecito y mi jefecito lo está de tu hermana, pero ella le hizo un CVP y la princesa se caso con otro, esto es fuerte, permiso- le quita el vaso a Sasha que estaba apunto de tocar sus labios -pero esto es agua, ¿qué te paso?-
-Eso es a lo que llamo un descripción exacta a la situación y Adrián yo no…- Sasha menciona, mirándome.
-Sashita, no hay nada que explicar todo está más claro que el agua, además mi Jefecito que te va a decir, si el anda peor con tu hermana, no ves la cara de tarado…-
-No te pases José, yo no puse cara de tarado, sólo me causo impresión nada más, eso es etapa superada… además estoy saliendo con varias mujeres y lo he pasado muy bien-
-A ver Adrián- me interrumpe Sasha -esa fue mi idea, que salieras y ver que tal se comportaba Lana, pero… sólo has tenido una sola cita, con la maestra y duro cinco minutos, porque después me mandaste un mensaje, para que te llamara haciendo excusa y largándote-
-Es cierto- afirma José- y cada dos días cuando me comunico para hacer el reporte de la oficina, me dice unas cosas que uno se emociona y después dice “ya no me escucha Lana” y tengo una semana quedándome en este hotel y me dice “dulzura voy para allá” y llega es ordenando pizza y se queda toda la noche viendo concurso de cocina- dice haciendo una muy mala imitación de mi voz.
-¡¿QUÉ?!- me ensordece momentáneamente el grito de Sasha -no puedo creerlo, yo pensando que al menos salías en plan caza, pero a comer pizza, ¿y ayer? “las amigas”, si te estaban comiendo, eso… eso que fue inesperado-
-¡¿QUÉ?!- ahora es mi otro oído el que sufre -no puede ser, quien te viera, ménage à trois, mmm, entonces ahora ya no eres tercera edad, eres un completo Sugar- Sasha, explota en risas y golpeándose una de sus pierna con la mano.
-Jajajajaja, ahora el apodo de Maggie tiene más sentido jajajaja-
-Primero yo no he hecho nada de eso- señalo a José -y hablando de Maggie, ella fue la que me consiguió esa cita-
-Espera Jefecito, ¿estás diciendo que la mini princesa, la que armo un alboroto e incluso envió una carta, pidiendo que su abuelo tuviese los estereotipos sociales, gordito, arrugado y sin dientes, esa te busco un ménage à trois?-
-Que no hice nada- ruedo los ojos.
-Adrián a mí, también me causa curiosidad, porque es Maggie-
-Bien, todo empezó…
Flashback
-¿Esto en serio?- Maggie entra al auto, notablemente molesta.
-Hola para ti también mini princesa-
-¿Un Bugatti? ¿en serio?- pregunta mirándome fijamente cruzando sus brazos sobre su pecho.
-¿Te gusta?- pregunto pasando mi mano por el panel central.
-NOOOO, los abuelos no tienen bugattis, al menos no de esta época- descruza los brazos, me toma por la camisa examinando.
-¿Pero qué cargas puesto?, no, no, no, todo esta mal, esto no es justo, Señor- levanta la vista al techo del auto -en serio Señor ¿qué hice para merecer esto?... ok no respondas, pero, al menos unos 30 años viejo o algo y no así… con pinta de profesor universitario buscando a una estudiante, para hacerle correcciones con una regla-
-¡Maggie! Por Dios, ¿de dónde sacas eso?-
-Una telenovela de Doña Nana… sinceramente, no pareces, pero ni mi papá- resopla mirando al frente.
-Gracias, esa era la idea- respondo entre risas, recibiendo un muy mala mirada de su parte -quiero decir, tenia que espantarle los pretendientes a Catalina, y bueno como parecía más su hermano, pero bien flacucho, comencé a ir al gimnasio dos horas al día, o dos veces seis días a la semana y pues… después fue mi medio de desconexión con todo, después de bueno… tú sabes-
-Pshh, pues no te sirvió de nada, ¿por qué Robertito que era?-
-Sí, mi culpa, que me iba a imaginar, que el mocoso, que se la pasaban jugando con mi princesa a las escondidas por todas las oficina… aunque cuando empezaron a salir, no me gustaba, pero igual era el mismo mocoso…-
-Sí, sí, lo que sea, me dejas en la esquina, no quiero que nadie te vea-
…