Lana
“Samantha López-Dubois, viuda del empresario francés Enzo Dubois, dueño de la casa de modas Les Vêtements, la cual alcanzo la fama a final de los años 90 con su colección “Manteaux Rouges, luego de la muerte de su esposo, fundó una empresa distribuidora de los diseños de “Les Vêtements”, según palabras de la misma López-Dubois, la empresa es para mejorar la distribución de la prendas y llegar a más tiendas, pero se rumorea que esta, fue creada con el dinero en conjunto que tenía la pareja, debido a que los hijos del fallecido Dubois, obtuvieron el 100% de las acciones de la casa de moda, dejando a esta prácticamente en bancarrota, sólo recibiendo la pensión que le corresponde como viuda, el cual se estima en solo un 2% de la mesada que percibe el menor de los Dubois que tiene 20 años, recordemos que todos los hijos del empresario fueron con su primer esposa la exmodelos y socialité Camille Martin”-
Continúo leyendo, porque toda la información me parece extraña, busco ahora a la exmodelo.
-¡Oh no sabía que te interesaba la moda!- dice una mujer a mi derecha, causando un leve sobresalto.
-¿Te asustamos?- dice la segunda mujer a mi izquierda -nunca imagine que te interesara la moda-
-Sí, eso mismo dije, como se viste como indigente- dice entre risas la primera.
Lana respira profundo el asesinato en segundo grado tiene una pena hasta de 35 años en este país, así que tranquilízate.
-Umm, como eres nueva no nos hemos presentado debidamente- menciona batiendo sus pestañas y dando una mirada cómplice a la tarada número 2.
-Realmente no y tampoco me interesa-
-Uff no deberías contestarle así-
-¿Por qué?, acaso no puede defenderse sola y por eso tienes que hablar por ella- tarada número 2 se torna roja, pero tarada 1 la detiene colocándose frente a mi como si fuera Miss Universe.
-Lara no….-
-Es LANA, no Lara-
-Bueno como sea, soy Isabella futura señora de Sáenz y te agradecería que agendaras una cena con derecho a desayuno con el papucho de Adrián-
-Ahh ¿sí?, pues fíjate me estoy enterando que Doña Clarissa es lesbiana, bien por ella, pero no es necesario que pidas su mano a su hijo, ella esta mayor para tomar sus propias decisiones, ¡Ahh!, pero si es con el Señor Saénz, no entiendo porque debo agendarte una cita, no deben ponerse de acuerdo entre ustedes y ya- “Tarada”.
-Jajajajajaja- comienza a reírse, seguido de Tarada 2, pero su sonrisa es tan falsa, como sus prótesis mamarias, extensiones, color de cabello y estoy casi segura que sus glúteos.
-Lara, es que seguro el estirado de José no te explico, pero siempre hacemos eso, para que nuestros compromisos no cochen-
En este momento el monte Vesubio es un bebé en pañales comparado con mi rabia contenida.
-¿Ahh sí?, ilumíname por favor- exijo cruzándome de brazo.
-Verás La…- entrecierro mis ojos con un juramento oculto de si llega a nombrarme mal, posiblemente termine con las extensiones vendidas en el mercado negro.
-Laaaaana, verás…- no sé que estupideces dice, pero la observo reírse, mientras envío un solo mensaje.
“Señor, aquí esta su futura esposa, pidiendo agendar una cita con derecho a desayuno, pero como yo no agendo cita, será que le doy la opción de ¿freírse en aceite o el aceite se lo lanzo usted por medio de un dron cuando entre a la oficina?”
-¿Escuchaste?- lagartona 1 habla, sí Lagartona le queda perfecto.
-No, ¿dijiste algo?-
-Esta es peor que la mariposa anterior- murmura Lagartona 2.
-¡Ohh! no sabía que colocabas motes de animales, entonces tú- señalo a la 1 -eres Lagartona y tu mmm una zo…-
-Buenas tardes- esa voz potente o deja que continue -Señoritas, si están aquí ¿quién está en recepción y en servicios generales?- les pregunta a ambas que se han quedado pálidas.
-Estoy esperando respuesta-
-Mmm ve.. ra Seeee.. ñor- tartamudea la Lagartona -venía a preguntarle si necesitan papel para la impresora o bolígrafos o grapas-
-¡Qué extraño!, porque la impresora en esta área, no se utiliza, porque aquí pensamos verde- le señala un cartel del pasillo -sólo dos departamento imprimen y no es este y si fuera el caso, ¿por qué tendría que preguntarme a mí? ¿tengo cara de fotocopiadora o de impresora?- habla con un tono que me desbarata, me quería reír, pero creo que me toca un cambio de pantys.
-Ehh, no, ehh… permiso- ambas salen rápidamente al ascensor desapareciendo.
-Entonces… ¿cuál según tu es la futura Señora Saénz?... porque yo solo tengo una en mente- dice mirando fijamente mis ojos.
-Psh, creo que tienes que ir al oftalmólogo, puede ser cataratas a tu edad es muy común- rueda los ojos riendo, mientras comienzo a teclear en la laptop.
-Me encanta verte celosa-
-Pshh, por favor yo no estoy celosa, no sé de que hablas- respondo concentrada.
-Que bueno- habla abriendo su saco y sentándose frente a mí -porque tengo una reunión en media hora y no me gustaría que…-
-Vejestorio, por favor, no apuntes tan alto, vaya a su reunión de parchis o de barajas-
-Bueno yo prefiero Mario Kart, pero si es contigo juego a lo que quieras- escucho un voz con tendencia a ser chillona y unas risas que provocan náuseas.
-¡Selene! ¿cómo estas?- el vejestorio se levanta abrazándola, y por algún motivo tengo ganas de lanzar a ambos por la ventana.
-Adri, cariño, hasta que por fin te dignas en recibirme-
-Adri, cariño, te dignas- pronuncio detenidamente.
-¡Ahh por Dios!- exclama la recién llegada notándome por primera vez -No me digas que…- me señala y sonríe.
-¡Oh!, no, no, José cambio de trabajo, ella es Lana- el vejestorio ríe con ella y yo bien gracias.
-Ahh cariño disculpa es que pensé que José se había cambio de manera definitiva de género-
¡¿QUEEEEE?!
-Quisiera ella ser tan divina- José llega con su aire de Diva, pero al ver a la recién llegada su semblante cambia.