Aprendiendo Amar

*Capítulo 30*

Lana

-Esto es muy divertido-

-Me alegro que al menos tú te estes divirtiendo, yo estoy que compro un boleto en el próximo transbordador y me largo a la estación internacional-

-Ahh Lanita de Oveja no puede ser tan malo, si yo estoy de lo lindo con tú mamita querida que me la pintaban como la fusión de Arturo Román y Joffrey Baratheon-

-Porque lo es, solo que…-

-Lanita, exageras, así como lo haces con mi exjefecito, él es un pan de Dios-

-Sí con la andropausia, ¡Aishh!... ahora se la pasa llorando por todo, dos semanas, 15 días, 360 horas, ¿sabes cómo me dicen en la empresa?- pregunto a punto de un colapso -Prozac, es horrible se queda dormido llorando y si no le palmeo la espalda, dice un montón de tonterías y llora más-

-Señorita Kuznetsova, Señorita Kuznetsova- cierros los ojos ante la insistencia del llamado.

-Jajajaja Zoloft te llaman jajajaja-

-Si no la miro seguro se cansa y se va- murmuro sin quitar la vista de la laptop.

-Disculpe, pero la escuche- ruedo los ojos ante su tono de voz, finjo la sonrisa más falsa que puedo hacer.

-Pobre de mi exjefecito, parece mujer con SPP-

-Ni lo digas se lo comente e incluso le pregunte si quería un tampón y duro casi dos horas hablando con Doña Clarissa-

-Ahh y ahí fue donde le dijo a Cata para que le mandara un cachorro-

-Tampoco me lo recuerdes…-

-Mmm, ¿Señorita?- vuelve a insistir.

-José, me mantienes al tanto y ya lo sabes si no puedes comunicarte es porque debo estar en Saturno o Júpiter, pero bien lejos- termino la llamada escuchando risas del otro lado.

-Claro, Ehh Mirian ¿qué necesitas?-

-Es Marla señorita, es que, Mmm, el Señor-

-¿En serio otra vez?-

-Sí, pero esta vez fue diferente- la acompaño a la sala de conferencias.

-Estoy notándolo, le gusta llorar en su oficina no por aquí-

-Es que ese es el problema el Señor se desmayó-

-¡¿QUÉ?!... ¿y hasta ahora se te ocurre decirme Marina?- la empujo sin importarme nada y entro a la sala donde varias personas a su alrededor.

-Bueno caballeros y cotillas la puerta esta ahí, así que por favor- señala la puerta haciendo que los viejos metiches se larguen.

-¿Cuánto tiempo tiene así?, ¿dónde esta el alcohol? ¿vaso con agua y azúcar?, ¿llamaron a una ambulancia? ¿por qué nadie me responde?- atropello las palabras, pero ver al vejestorio ahí acostado, pálido y frío, es como presenciar tu peor pesadilla.

-Señorita recién el Señor se desmayo Marla fue a buscarla, entre nosotros lo acomodamos en el sofá, el Señor Suárez llamo a una ambulancia y Cleo busco el botiquín de primeros auxilios- me lo extiende, pero le pido que lo abra ya que tengo al vejestorio entre mis brazos.

Coloca un poco de alcohol en una mota y me la da, se la coloco en su nariz y no hay reacción.

-Despierta Adrián, mira que todavía no te he matado por tener ese saco con pulgas en mi cama-

-¿Perrin?, ¿Lana?- pregunta con voz pastosa, expiro sin notar lo tensa que estaba.

-Señor Adrián que susto nos dio-

-Mmm- lo ayudo a sentarse y le paso el vaso de agua que acaban de traer.

-¿Cómo te sientes?- pregunto con un leve temblor en mi voz.

-Mmm, mareado… gracias-

-Señorita ¿cancelo la ambulancia?-

-Sí, por favor, pero igual llama al hospital central, avisa que vamos para allá-

-No, no- trata de levantarse, pero gracias a que todavía lo tenía apoyándose en mí, no cayó al suelo.

-Ohh sí claro que sí, quédate sentado, Martha pide que traigan la silla de ruedas de la recepción, Julio comunícate con la extensión 99 desde mi teléfono y avisa que nos esperen listo- veo como todos responde saliendo de la sala.

-Y tú, ¿me puedes decir qué paso?, salimos de casa bien y ahora estas así todo, frío, pálido y… y…-

-¡Lana!, no, no llores, estoy bien, de verdad mírame- no había notado que estaba llorando, solo sentía como algo dentro de mi estallara.

-Me asuste, estas todo raro y te veo ahí todo medio mu…-

-Shh, Shh, estoy algo mareado, pero ya esta pasando, seguro es falta de sueño, pero estoy bien, Shh- siento su fuerte abrazo y yo soy la que debería atenderlo y no viceversa.

-Aunque confieso que te ves adorable así, no quiero que llores, por esto y menos en la empresa ¿te imaginas que te vea Marla?-

Hipeo, retirándome de su regazo y calmándome.

-¿De verdad, estas bien?-

-Claro que sí, nada que unas vacaciones no curen-

-Sniff, sniff, igual te llevaré al hospital y que hagan una TAC completa y hasta que no me digan que estás bien no, nos iremos- comento enterrando mi cabeza en su pecho y siento como este se mueve.

-¿Te estas riendo?-

-Ehh no, jamás, me encanta que te preocupes por mí y esta bien vamos al hospital a gastar recursos de manera innecesaria, pero tu mente estará tranquila-

-Sí, así me gusta-

-Señori… disculpen aquí está la silla-

-Gracias Marla, pero ya me siento mejor creo que…- me separo de manera abrupta y lo apunto con el dedo -agradezco mucho la silla, yo mismo me sentaré-

-Gracias- agradezco mientras Julio empuja la silla de ruedas y Martha me entrega mi bolso con la Tablet.

-Gracias Martha-

-Es Marla- corrige antes de cerrar las puertas del ascensor.

-¿Está seguro doctor?-

-Sí, todo esta muy bien análisis de sangre normal, presión arterial, nivel de glucemia, todo esta perfecto y antes de que lo diga si también TAC yo mismo estuve mientras la realizaban y todo está completamente normal-

-¿Y entonces?-

-Bueno, su esposo me indica que no se ha sentido bien últimamente, ha tenido problemas para dormir, tiene aversión a ciertos alimentos, además del mareo y desvanecimiento, está bajo mucho estrés-

-Gracias a Dios- digo sintiendo que todo encaja de nuevo -entonces mi ESPOSO ¿tendrá andropausia?, se la pasa llorando por todo- lo miro ante la pequeña gran mentira que dijo.



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En el texto hay: humor, amorsecreto, diferenciadeedad

Editado: 10.09.2024

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