No saldré viva
Cuelgo la llamada de inmediato pero sin dejar de ver a la persona que tengo en frente. Ella se mueve sonrojada y aplasta su teléfono con sus manos pareciendo avergonzada de estar en frente de mí.
-¿Elena Clark?-pregunto sorprendida-¿Eres tú quién me escribió?
-Y-yo...-aplasta más el teléfono-Yo lo siento.
Parpadeo incrédula y sin saber a qué se refiere ni me que me quiere decir pero luego muerde su labio y cierra los ojos.
-No debí decirte eso, lo siento. Yo estaba molesta y me desquite contigo. Es que...-sus ojos se humedecen-yo soy una chica gorda ¿sabes? Aunque, no creo que nadie no lo note-suelta una risa rota-Después de todo, el resto solo ve mi apariencia.
>>Lamento decirte esas cosas horribles, yo solo pensaba en qué querías tú de mí y cómo una chica linda como tú defendería a una chica como yo. Tal vez fueron los celos hablando. Es decir, lo tienes todo. Y yo bueno...yo...lo siento. Creo que lo estoy haciendo de nuevo.
Las lágrimas empiezan a resbalar por su cara y se me seca la garganta cuando ella aprieta los labios tratando de no llorar.
>>Dios, que molesto-se queja-Incluso ahora lloro por lo tonta que soy. Perdóname también por eso.
-Elena, siéntate-niega llorando-Por favor.
Lo hace y con sus manos trata de taparse la cara mientras llora. Alzo la mano y quiero acariciar su cabeza pero me detengo y en su lugar la coloco en su hombro.
-No sé cómo vives ni qué es lo que sientes. No sé tú pasado y definitivamente soy una ignorante en lo que respecta de tu vida actual. Pero solo sé que nunca debes agachar la cabeza por nadie. No importa cuánto dinero tenga, o cuánto se crea. Tú nunca debes creer que eres menos que el resto-me mira entre sus dedos-No importa tu físico, tu coeficiente intelectual o lo que sea. Todos somos diferentes-le sonrío-pero valemos lo mismo.
Mis palabras son un reconfortante tanto para ella como para mí, solo que para mí también es un golpe. Porque al final, es lo que siempre he creído, más nunca lo trate de ver para mí.
Valgo lo mismo que ella, que Abigail, que Hilary y que el resto.
Tal vez no sea tan dulce, tampoco tan inteligente y no tan risueña. Pero no importaba, al final, todos tenemos virtudes y defectos.
Yo las tengo, ellas las tienen. Todos las tenemos y eso, no nos hace menos que el resto. Nos hace iguales.
Sonrío y dejo de tomar su mano para buscar un pañuelo en mi mochila. Siempre lo cargaba, creo que algunos también lo hacen. Se le extiendo y ella lo acepta empezando a limpiarse la cara.
-Así que dime Elena ¿desde cuándo ellas te molestan?
-Lo hacen desde que empecé a hablar con Drake.
-¿Te gusta Drake, Elena?
Abre los ojos sorprendida y sus mejillas se sonrojan mientras niega pareciendo avergonzada.
-N-no, solo no...somos amigos.
-Lo entiendo. Así que es por eso-murmuro para mí misma-¿Y cuál es la situación de tu mamá?
-Mi madre no tiene un trabajo fijo y ella tampoco tiene mucha educación. Dejo a temprana edad el colegio y los padres de las trillizas la contrataron como empleada.
-¿Tú madre sabe que te molestan?-niega-¿Por qué...
-No quiero que renuncie al trabajo, no te mentía cuando dije que antes no teníamos para comer.
-Yo no sé cómo ayudarte en eso, la verdad aunque parezca que los hijos de los ricos movemos el mundo, muchas veces tenemos las manos más atadas que el resto. Lo siento.
-No te preocupes-me sonríe-con que hayas oído todos mis balbuceos me basta.
-Aunque hay algo con lo que si te puedo ayudar-le digo con una sonrisa y me acerco a la mesa-Tú autoestima y tu cuerpo.
-¿Mi cuerpo?
-Sí, quiero que ames tu cuerpo. Además, te diré algo, las mujeres que se cuidan son bonitas. Y eso depende de cada una de nosotras-me paro y le extiendo una mano-¿Quieres que te enseñe a cuidarte?
Ella me mira ya sin rastro de las lágrimas y luego mira mi mano. Estira la suya para tomar mi mano y sonríe un poco.
-Quiero aprender a quererme y cuidarme, Bowen.
Le sonrío.
-Llámame Cris, Elena.
***
No fuimos a hacer compras.
Na, miento. Si fuimos. Pero a comprar ropa deportiva para Elena y para que entre en las porristas. Al principio ella se negó a que le comprara algo pero luego se dio cuenta que era inútil que yo diera mi brazo a torcer y terminó aceptando.
Así que apenas toca el timbre me volteo hacia Lara.
-¿Sí me ayudas?-le pregunto juntando las manos.
-¿A mentir a Gregory?
Asiento y junto mis manos.
-Por favor.
-No lo sé, Cris. No creo que esto salga bien. ¿Y si le dices?
-Me querrá matar o no me creerá-le digo haciendo una mueca.
-Bueno, yo le diré lo que me has dicho-sonrío pero alza un dedo-Pero si no se lo cree, no asumo la responsabilidad. Él es muy listo.
-No pasará nada-le aseguro. Aunque al igual que ella, lo dudo.
Voy hacia el aula de Elena y cuando la veo ella me saluda tímidamente con la mano. Le hago salir y asiente nerviosa. Caminamos rápidamente por el pasillo y entramos a los vestidores.
Le señalo el suyo y ella entra. Las demás chicas entran y no preguntan cuándo me ven arrimada a una puerta. Solo me ignoran y pasan de largo. Al pasar unos minutos entra Lara y asiente al verme.
-Le he dicho lo que me has pedido.
-¿Te ha seguido?
-No.
Asiento y esperamos que el resto salga. Cuando las demás lo hacen, toco la puerta y esta se abre.
-Me gusta cómo le queda-susurra Lara-No sé qué le ven de malo las demás.
-Concuerdo contigo-susurro también.
Elena nos regresa ver y se sorprende al ver a Lara.
-H-hola, yo soy Elena.
-Yo soy Lara y de amiga nueva a otra, te diré que tienes buenas pechonalidades.
Elena se sonroja.
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Editado: 30.03.2021