Capítulo 4: Flor
El sol brillaba, un aire fresco y aromático entraba por la ventana de mi habitación. Mire hacia afuera y todo era hermoso, las grandes montañas estaban verdes pero al mismo tiempo estaban decoradas con árboles de cerezo en flor, el viento esparcía las hojas junto con su delicado aroma mientras los ríos y lagos fluían tranquilamente. Baje de manera apresurada las escaleras para ver a mis padres que me recibieron con una gran sonrisa y un delicioso desayuno.
- Hana princesa, ¿ya tienes listas tus maletas? - Dijo mi madre dulcemente mientras me ponía un plato de arroz.
- Si, ya tengo todo listo, estoy muy emocionada.
- Es tu primer viaje, es normal que estés emocionada.- Menciono mi padre que ya estaba por terminar.
Mis padres son dos personas mayores, ambos tienen el cabello rubio y ojos color avellana; yo por otra parte tengo mi cabello dorado y ojos verdes. Ellos me explicaron hace tiempo que yo no era su verdadera hija pero que me amaban como si lo fuera.
Subí nuevamente a mi habitación y me puse un vestido color crema liso de manga larga con bordes naranjas, cepille mi cabello y me mire nuevamente al espejo, suelo usar mi cabello sobre el rostro pero de verdad quería dar una buena impresión. Pronuncie unas palabras de aliento y baje a la entrada con mis maletas. Cuando subí al carruaje mis padres me estaban despidiendo desde la puerta con una gran sonrisa y agitando los brazos. Me habían deseado mucha suerte y los abrace dulcemente antes de subir. Amaba a mis padres y ellos esperaban que hiciera amigos y bueno, yo también. Al verme distinta a las personas del reino del aire la gente no era muy amable o no me trataban como uno de ellos, por esa razón no tenía amigos, esperaba que en Concordia al ser un lugar que reúne a personas de todos los reinos me trataran con más amabilidad.
El viaje fue duro, varios días de camino con pocos descansos. El carruaje se detuvo en la entrada de la academia, las grandes puertas de perlado oro blanco estaban hermosamente adornadas con las banderas de los reinos; detrás ellas se encontraba la academia, la cual era enorme, inmensa, ¡magnifica! relucía con un gran resplandor dorado. Baje junto con mis maletas, estaba tan maravillada con el lugar que no me di cuenta y tropecé con un chico de piel fría. Una joven de rojizos cabellos me ayudo a levantarme muy amablemente, pero aunque ella se portó muy bien conmigo estaba completamente molesta con el otro chico, intente que no se pelearan pero fue algo inevitable, inclusive el amigo de la joven intento calmarlos; pero no lo logro.
En medio de la discusión escuche un grito detrás de nosotros me encontré frente a frente con mi príncipe (literalmente, era el príncipe de mi reino). Había visto algunos retratos de mi padre donde el aparecía. Desde hace tiempo el hacía retratos para la familia real y solía verlos antes de que los entregara, por eso sabía perfectamente como lucia mi príncipe. Hice una reverencia ante él y con un gesto amable me pidió que me levantara, ayudo a su una de sus acompañantes con sus libros y entraron de nuevo a la academia.
- ¡¿Dónde se ha ido?! – dijo la joven de cabello rizado.
- parece que se te ha escapado- dijo su amigo
En efecto aquel joven de cabello blanco ya no se encontraba con nosotros.
- Disculpen…Gracias por ayudarme. Mi nombre es Hana, vengo del reino del aire, es mi primer año – les dije un tanto tímida. Ellos se presentaron y sonrieron, parecían amables y divertidos. Fred me pregunto si quería acompañarlos e inmediatamente conteste que sí.
- ¿Quieres ayuda con tus maletas? veo que llevas muchas.- Dijo Fred
- Ho, No. Estoy bien, gracias.- ya me habían ayudado no podía pedirles más.
- Insistimos - dijo Aideen que me sonrió dulcemente mientras me tomaba del hombro. Aideen tenía unos cabellos rojizos realmente rizados cayendo por su frente hasta su mejilla que estaba cubierta por pecas.
Finalmente accedí que me ayudaran y entramos a la academia. Platique con ellos mientras caminábamos y mirábamos alrededor. Ellos se fueron justo después de acompañarme hasta la entrada de mi habitación.
Mi habitación no era muy grande ni muy pequeña parecía realmente acogedora, tenía una pequeña ventana con cortinas blancas delgadas. La cama era de metal pintado de naranja, el armario era de madera y había un estante del lado derecho, una pequeña cómoda y una silla con un cojín naranja del lado izquierdo, también había un baño con una tina. Me dispuse a acomodar mis cosas para después descansar debidamente, el viaje había sido largo y no había podido descansar.
A la mañana siguiente tocaron a mi puerta. Una mujer con cabello castaño claro y piel oscura, me pidió que me dirigiera a la sala principal. Al llegar estaba lleno de gente de todos los reinos, la mujer que había visto esta mañana se paró en una plataforma y nos dio un comunicado.
- ¡Bienvenidos a Arcan! mi nombre es Dinka y seré su asesora, cualquier consulta que tengan o problema pueden acercarse a mí. La academia fue fundada hace más de 100 años por el rey Zulú junto con el resto de Concordia con la finalidad de crear un lugar donde las personas de distintos reinos convivieran pacíficamente y donde aquellos con habilidades fueran capaz de controlarlas, todos ustedes están aquí no solo para aprender el uso y control de las gemas, también para saber la historia de los reinos, desarrollar habilidades que les permitan dedicarse a aquello que desean y en lo que se sientan aptos para retribuir al reino del cual provengan o en el lugar donde decidan vivir.