Rose despertó y lo primero que vio fue a Milos sentado en el suelo con los brazos recostados en la cama, con una mano sostenía un libro y con el otro tomaba su mano.
-Dios… ¿Qué hora es?- dijo sentándose en la cama
-Son alrededor de las tres de la tarde- dijo Milos y cerro el libro
-¡Las tres!- se sorprendió Rose y se levantó rápidamente de la cama más Milos no soltó su mano- ¿Qué paso?- dijo volviéndose a sentar
-Te desmayaste- dijo Milos para después levantarse del suelo y sentarse en la cama- te traje a la enfermería y el doctor te trato, además que te diagnostico anemia- dijo Milos y reviso la mano de Rose, la pequeña gasa no estaba roja, entonces soltó la mano de Rose
-¿Y las clases?, llego tarde a mi trabajo-
-No te preocupes, por eso, Azusa trajo nuestras cosas y llamo para anunciar que estabas indispuesta y que renunciabas-
-¿Renunciar?-
-Sí, ahora, de cada frasco saca una pastilla- dijo y le dio los frascos a Rose- y tómatelas- dijo y de su mochila saco una botella de agua, la abrió y se la dio a Rose
-Pero son como cinco-
-Debiste de alimentarte bien-
-Muy bien- dijo y metió todas las pastillas en su boca, bebió agua y las paso todas- puaj… ¿Y Azusa?-
-Está durmiendo, despiértala mientras yo arreglo las cosas- dijo Milos y la lluvia comenzó a caer, gotas gruesas como las balas, que conforme se descomponían en el suelo lo inundaron rápidamente- solo cuento con dos paraguas-
Rose se levantó de la cama y camino hasta donde estaba Azusa durmiendo, el cabello de esta colgaba de la cama, Rose no pudo evitar mirar por un largo rato a Azusa, después, la tomo por la cintura y comenzó a moverla ligeramente.
-Azusa, despierta- decía Rose con suavidad hasta que Azusa comenzó a abrir los ojos con tranquilidad
-Eh… ¿Qué hora es?- pregunto Azusa un poco adormilada
-Alrededor de las tres- dijo Milos- bueno, ya que las dos están despiertas, es momento de irnos- dijo Milos colgándose las tres mochilas en su cuerpo, de su mochila saco su suéter y se lo arrojo a Rose
-¿Quieres que lo sostenga?-
-No, quiero que te lo pongas, tienes gripe y no quiero que enfermes más, yo llevo las mochilas, a ustedes dos les toca compartir paraguas-
Las chicas se negaban rotundamente, una no compartiría paraguas con la otra, pero Rose estaba enferma y Azusa no quería enfermarse a causa de la lluvia, no tenían de otra, las tres salieron de la enfermería, Milos abrió el paraguas y se lo dio a las chicas, estas aún estaban muy separas la una de la otra, el agua que corría por los bordes mojaba sus hombros.
-Vamos- dijo Milos abriendo el paraguas- no se morderán, y es un teorema universal, todas las personas harán lo que nunca pensaron hacer, así que, vamos, quiero comer-
Rose fue la decidida y tomo a Azusa por la cintura para que el espacio entre las dos se eliminara, Azusa tomaba el paraguas y este ya no mojaba a ninguna de las dos, así pues, las tres comenzaron a caminar, caminaron algunos metros hasta llegar a una casa de tamaño medio, Azusa saco las llaves y abrió la puerta, ella junto a Rose fueron las primeras en entrar, Milos fue el último, las chicas cerraron los paraguas, Milos dejo las mochilas a un lado del sofá y después se sentó en este.
-Dios, hoy fue un día realmente agotador- dijo Milos
Rose agradeció a Azusa y con vergüenza se sentó en el sofá.
-¿No están tus padres en casa?- pregunto Rose
-Oh claro, padres- dijo con sarcasmo Azusa- no creo que se molesten, en especial mi padre, ahora, prepararé el baño para ti- dijo Azusa
-No, no, no- dijo Milos- Azusa, te bañarás con ella, no quiero que desmaye nuevamente en el baño-
-No, estaré bien- dijo Rose avergonzada
-No lo estarás- dijo Milos- es por tu bien, además, servirá para que ustedes se conozcan más-
-Ya que insistes - dijo Azusa- pediré pizza-
-Yo iré a casa por ropa- dijo Milos
-¿A casa?- pregunto Rose
-Sí, vivo a dos cuadras de aquí- contesto Milos y se levantó para después tomar el paraguas- no se maten en mi ausencia- dijo Milos y salió
Azusa llamo y pidió las pizzas, después fue a su cuarto por dos mudas de ropa, Rose estaba en el sofá muy nerviosa cuando Azusa le dio la muda de ropa a Rose.
-Gracias- dijo y tomo la ropa
-No te preocupes, ahora vamos-
Rose se levantó del sofá y camino detrás de Azusa, las dos entraron al baño, Azusa le dio la espalda a Rose para comenzar a desvestirse, sin embargo, Rose no, ya estaban las dos desnudas, Azusa fue la primera en entrar al chorro de agua caliente, Rose le siguió siempre mirándola de frente, Azusa tomo shampoo y puso en la mano de Rose y en la suya.
-Solo hago esto por Milos-dijo Azusa- él se preocupa mucho por nosotras-
-El sentimiento es mutuo-
-¿Te ayudo con el tuyo?- pregunto Rose la cual termino de lavar su cabello rápidamente
-Está bien-
Rose tomo a Azusa y comenzó a lavar con un leve masaje que hizo que Azusa se relajara.
-Eso es muy bueno, ¿Cómo sabes de masaje?-
-Es más creíble lo que quiera que pienses a lo que realmente es-
-Milos dijo que serviría para conocernos más, así que, limpiaré mi mente de todas las suposiciones-
-Está bien, soy huérfana- dijo enjuagando el cabello de Azusa
-Tenemos algo en común, deja que lave tu espalda- dijo Azusa tomando el jabón
-Ah…- suspiro Rose- solo, no te asustes ni digas algo- dijo y vio como Azusa acento con la cabeza, entonces Rose se dio la vuelta
Azusa quedo impactada al ver la espalda de Rose, le hizo tirar el jabón al suelo, espalda llena de cicatrices cuál tierra recién labrada, al tacto, era lo mismo, muchos valles linealmente independientes uno de otro, algunos más marcados y otros más suaves.
-Dios… ¿Qué es esto?- pregunto Azusa levantando el jabón con cierto nerviosismo en su voz para después comenzar a lavar la espalda de Rose
Editado: 16.11.2021