Capítulo 6

Nació un treinta de mayo, acompañado de su madre y su padre, el pequeño Milos le saco un susto a los doctores, ya que no lloraba, no nació por cesárea así que no era muy normal que él no llorara, los médicos se quedaron viendo al bebe unos segundos que parecían eternos cuando este abrió los ojos y de la boca comenzó a salir todo el líquido amniótico, la partera suspiro y una enfermera envolvió al pequeño en una toalla y se lo dio a la madre.

-Felicidades señora, es un varón- dijo la enfermera dándole él bebe a la madre

-Oh pequeño Milos, eres tan pequeño, pequeño y frágil- dijo la mujer tocando la nariz de Milos, este sonrió un poco

-Míralo, el producto de nuestro amor- dijo el padre besando la frente de su esposa

Milos, un niño no diferente de los demás, creció felizmente hasta tercero de secundaria, cuando al parecer se liberó a la bestia, Milos con solo ocho años, presencio lo cruel que pueden ser los demás niños, alguien comenzó a correr el rumor de que sus padres eran hermanos y entonces Milos día tras día era ofendido y discriminado incluso por su maestro, como si no fuese menos, su madre sufrió un infarto, él y su padre estaban muy preocupados por lo que fuese a ocurrir, el miedo a perderla era lo principal, pero su madre se salvó, pero está, está no es una historia feliz en la que ocurren cosas bonitas, la madre de Milos tuvo lo que parecía daño cerebral no despertó después de que los doctores la estabilizaron, no parecía ir a bien.

Milos, cansado de los malos tratos, las discriminaciones y las humillaciones, ahora era su turno, su fuerza física realmente era mala, y es que un niño de solo nueve años que creció lleno de amor y rodeado de lujos, nunca tuvo la necesidad de siquiera hacer una sentadilla, claro como todos los niños, jugaba futbol o basquetbol, pero esto no era suficiente, entonces sin fuerza física, solo tenía su ingenio, si era verdad que su madre y su padre eran hermanos, entonces su ingenio era el doble que el de su padre o el de su madre, los cuales fundaron una farmacéutica la cual estaba teniendo muy buenos avances en un tratamiento experimental en el Párkinson, entonces, Milos comenzó con los planes, primero, los profesores, no les tendría miedo y con eso demostraría a donde quería llegar.

Un profesor quedo lleno de miel y plumas cuando entro al grupo, enojado pregunto quién había sido y Milos se levantó.

-Fui yo-

-Oh maldito bastardo- dijo el profesor y se acercó rápidamente a Milos, lo intento tomar por el hombro, pero Milos en su lugar lo empujo haciéndolo caer al suelo

-No me toque maldito cerdo, siempre burlándose de mí y apoyando a los que me ofenden todos los días- dijo y se agachó- pero sabe, no se me olvida que usted engaña a su esposa, ¿Sabe con quién?, ¿No?, con la madre de…- un golpe del profesor lo interrumpió- no se preocupe, imprimí fotos y ya las pegaron en toda la escuela- dijo y se levantó- lo siento Jack, los papeles se invierten- dijo y salió del grupo

Los dos principales ya habían caído, los demás serían muy cobardes como para volverse a meter con Milos, paso un año más después de eso, cuando Milos tenía diez años, su madre despertó, dos años de coma, que felicidad la Milos, era respetado en la escuela y su madre había vuelto, pero lo que le hizo a aquel profesor y el cómo humillo a ese chico, se le cobrarían, Milos con catorce años, viendo una película a lado de su padre y de su madre cuando estos comenzaron a tomarse de la cabeza, parecía como si un dolor los comenzara a torturar, se tiraron al suelo y de sus ojos comenzaron a salir lágrimas de sangre, sangre de sus oídos y de su nariz, Milos viendo cómo podía solo hacer eso, viendo como sus padres se desangraban por cada agujero en su cuerpo, Milos, un niño que quedo solo después de eso, causa de muerte de sus padres, un tumor en el hemisferio derecho del cerebro, creció lo suficiente como para causar daños en el sistema nervioso y sanguíneo, los dos a la misma hora, por el mismo tumor curiosamente ubicado en las mismas coordenadas locales del cerebro.

Milos estaba muy triste, de sus abuelos y tíos de los que nunca supo, estaban presentes en el funeral, al parecer, ese tumor solo lo tenían los padres de Milos, los otros cinco hermanos no, Milos de solo catorce años, era incapaz de tomar las riendas de la empresa, pero no dejaría en manos de completos desconocidos la empresa que sus padres levantaron.

-Oye sobrino, somos familia-

-¡Largo, de, mi, casa!- grito Milos y saco un arma del escritorio de su padre

-Oye primo, deja esa arma-

Milos quito el seguro, tomo el arma con las dos manos, recordó las lecciones de su padre, su corazón, sus manos y sus ojos debían de ser una banda, su corazón, la batería, sus ojos, el bajo y sus manos la guitarra, todos lo veían como si no lo fuese a hacer.

-Vamos sobrino, baja esa arma-

-¡Que se vallan!, malditos hijos de puta- dijo Milos llorando

-Vamos, ven a los brazos de tu tía-

-Al regazo de tu prima-

Milos apretó el arma con enojo y disparo a la pierna de uno de sus tíos.

-Oye, no hagas eso- dijo el hijo de aquel hombre y comenzó a correr hacia Milos, este le disparo también

-Lo bueno de tener dinero, es que ustedes no son mi familia y puedo decir que son intrusos, que me intentaron robar- dijo Milos y saco otra arma del otro cajón del escritorio de su padre- ahora, largo- dijo y disparo a la otra pierna del hombre

-Esto no se ha acabado sobrino-

Se llevaron a los dos heridos con Milos apuntándoles hasta que salieron de su casa, Milos cerro con seguro, cayó para sentarse en la puerta y sin soltar las armas comenzó a llorar, puso las dos armas a cada lado de su cabeza y pensando en disparar recordó todo lo que sus padres le dijeron.

-Siempre tienes que luchar por lo que amas-

-Espero algún día poder curar el Párkinson, entonces lejos de querer ser conocido, solo quiero ayudar a las personas-