Rose y Azusa recibieron dinero de diferentes maneras sin saber que venía de Milos o si era una prueba de este, ya que al final querido lector, Milos sabía que se iría a la guerra, y sabía que no podía confiar en los que se hacían llamar su familia, pero tampoco podía confiar a ciegas en Rose y Azusa, necesitaba ponerlas a prueba, y así querido lector, es como lo hizo.
Azusa caminaba a la escuela más temprano que de costumbre, tenía que ordenar la biblioteca, llego a esta y se dirigió directamente a la biblioteca, noto que la puerta estaba abierta más no le dio mucha importancia, pensó que tal vez su compañera que le ayudaría había llegado más temprano.
-Buenos días- saludo Azusa y no recibió respuesta alguna
Azusa fue a la recepción y dejo su mochila, escucho como se cerraba la puerta, pero al volver la vista nadie estaba en esta, se levantó y fue a las librerías para comenzar con el conteo, todo iba bien hasta la última fila, en esta sobraba un libro, un libro viejo que apenas lo saco la pasta se cayó al suelo, la levanto y la volvió a poner en el libro, sintió curiosidad por este y lo abrió, un libro apenas legible que parecía estar escrito en un idioma asiático, las hojas amarillas y consumidas por la tinta daban a entender que el libro era muy viejo, lo siguió hojeando y encontró una memoria entre las hojas cortadas perfectamente para que esta se alojase allí con ningún problema, saco la memoria del libro y la analizo, un modelo bastante antiguo, la volvió a dejar en el libro y pensó que tal vez era uno de esos virus que fueron muy famosos en la primera fase de la tercera guerra, y ella no quería ser la culpable de un ataque a la red mundial nuevamente.
Azusa termino de acomodar todos los libros, pero aún sobraba ese viejo libro asiático, no había donde ponerlo, ya que todas las estanterías estaban llenas, así que tomo la decisión de guardarlo en su mochila. Azusa lo estaba guardando cuando su compañera entro a la biblioteca.
-Bueno días Azusa- saludo la chica fríamente- veo que ya acomodaste todos los libros, ya te puedes ir a tu salón, yo me encargaré de limpiar-
-Buenos días- entonces Azusa recordó que esa chica tenía fama de ser muy buena en informática- oye Elena, me podrías ayudar con algo-
-Bueno, básicamente hiciste todo el trabajo, ¿En qué te puedo ayudar?- pregunto la chica fríamente
-Mi... encontré esta memoria entre las cosas de mi abuela, y no quiero iniciar una nueva infección en la red mundial, ¿Me podrías ayudar?-
-¿No es una trampa?-
-Eso quiero saber-
-Bien- dijo la chica y saco su laptop, tomo la memoria de la mano de Azusa y la conecto a su laptop- parece solo ser una carpeta- dijo y el doble click sonó- es una cartera virtual-
-¿Cartera?- pregunto Azusa asomándose a la pantalla
-Sí, monedas virtuales- dijo Elena y conecto el cable LAN a su laptop- ahora la abriré en una red local- dijo y comenzó a teclear algunas cosas
-¿Monedas virtuales?, ¿Las que se usan para comprar armas?-
-Es solo dinero que no se puede rastrear, puedes insertar este dinero en una cuenta bancaria y retirarlo como efecti…- dejo de hablar y puso una cara de sorpresa
-¿Qué paso?, ¿Cosas malas?- pregunto Azusa con temor
-No, son cinco unidades, y la unidad a estas alturas está en casi en un millón de pesos mexicanos-
-¿Eso qué significa?-
-Que tienes casi cinco millones de pesos mexicanos, tu abuela debió de haberlos comprado cuando la unidad era muy barata-
-Mi abuela era fan de comprar compulsivamente-
-Bueno, tienes dinero- dijo sacando la memoria de su laptop- toma- dijo dándole la memoria a Azusa mientras sonreía
-Nunca te había visto sonreír antes, ¿Qué cambio?- pregunto Azusa tomando la memoria
-Mi pasión es la informática, nunca en mi vida pensé que vería una unidad-
-Puedes tomar una- dijo Azusa conectando la memoria en la laptop de Elena
-¿De verdad?- pregunto Elena
-Sí, es mucho dinero y la verdad no le entiendo a esto-
-Dios, muchas gracias- dijo Elena y mientras tecleaba en su laptop comenzó a llorar de felicidad
-¿Ahora qué pasa?-
-El ver una unidad fue felicidad, pero el tener una… nunca me había sentido tan feliz en mi vida- dijo y dejo de teclear para abrazar a Azusa- muchas gracias de verdad-
-No te preocupes, pero ya que veo que tú sabes mucho de esto, ayúdame con esto-
-Te ayudaré hasta a entrar a la universidad de informática si quieres-
-¿De verdad?... bueno… aún no sé lo que estudiaré y veo que esto es muy útil… te tomo la palabra-
Azusa retiro el dinero con ayuda de Elena, compro oro y fue a la reserva mexicana a rentar una caja por trece años.
-¿Por qué tanto tiempo?- pregunto la chica que la atendió
-Escuche, en ocho años se abrirá esta caja, tengo entendido que solo se necesita esta llave-
-Sí, y saber una contraseña-
-Correcto, en ocho años se abrirá la caja o si ocurre antes, que la economía mexicana se esté cayendo, u ocurra algo de mayor rango, la persona que vendrá, dirá este nombre- dijo Azusa y saco un papel y se lo dio a la chica
-Bien señorita Azusa, ¿Alguna otra petición?-
-No, es todo-
-Acompáñeme, la llevaré a su caja-
Azusa deposito el oro y una carta en la caja, el resto del dinero lo guardo en un frasco con una etiqueta, universidad.
Rose caminaba a la escuela, ese día en especial las clases comenzaban a medio día, así que quería ahorrar el pasaje y caminar a la escuela era una buena idea, se arrepintió de esta cuando vio a un hombre corriendo que cayo después de escucharse disparos, Rose inmediatamente se ocultó en un callejón, escucho los pasos y después más disparos, escucho como los hombres se alejaron y Rose estaba por echarse a correr cuando recordó la escena que la dejo marcada, ella decidió no ser como aquel hombre que huyo sin siquiera acercarse a ver lo que había sucedido, Rose corrió a ver a aquel hombre tirado en un charco de sangre.
Editado: 16.11.2021