-Estamos a solo cuatro meses de terminar el dos mil veintisiete- decía Milos mientras que limpiaba la sangre en la regadera de una de las casas abandonadas en Bihor- y el gobierno estadounidense quiere que estemos en Arbil Irak a más tardar en febrero-
-¿Nos explicará por qué carajo salió a mitad de la noche a conquistar puestos militares?- pregunto Regan
-Tenía pesadillas, me era imposible dormir- dijo y se secó el cuerpo con una toalla que tomo del puesto de seguridad
-¿Pesadillas?- pregunto Zinvori
-Si cada que tengas pesadillas conquistaras un país, que no sean tan seguido- dijo Zalir mientras caminaba a un lado de Milos
-Un hombre que tiene pesadillas no va a aniquilar soldados como si no hubiese un mañana- dijo la Dra. Dilara un poco enojada
-¿Qué paso realmente?- pregunto la Dra. Kenna
-Tenía pesadillas, desperté una hora después de irme a recostar, me comuniqué con el señor de la Fuente, me dijo que Rose y Azusa están bien, y me dijo que su hija vino como voluntaria con los mercenarios que mandaron muchos personajes anónimos, intente volverme a dormir, pero las pesadillas no me dejaban, tenía mucho enojo y aquí estamos, en Bihor en solo unas horas, y antes que los puestos se terminen de instalar en el resto de Rumia, avancemos- dijo y se metió al tanque
Todas se metieron al tanque, el resto de soldados abordaron los tanques y comenzaron a avanzar.
-Quería cambiarme de ropa a solas, pero creo que no se podrá-
Milos se quitó la toalla que tenía en la cintura y de una caja que estaba dentro del tanque saco un traje militar completamente limpio, se lo puso mientras que todas intentaban no mirarle, por último, Milos se puso un chaleco antibalas igual al otro solo que sin toda la sangre y las balas incrustadas.
-Hablo a quien sea que este del otro lado, aquí el sargento Milos, tengo entendido que Bulgaria ha sido conquistada, ¿Qué tan verídica es esa información?- pregunto Milos a la radio mientras terminaba de abrochar los últimos broches del chaleco
-Aquí la general Astrid, Bulgaria está tomada por las tropas estadounidenses, su fecha de llegada sigue siendo en máximo cinco meses-
-Gracias general- dijo Milos y guardo su radio- ya escucharon, en cinco meses, tenemos que pasar por Rumania, Turquía, Siria y finalmente Irak, si nos ponemos a un mes por país, tenemos que estar en cuatro meses, sin embargo, estos son los países que más nos costaran en nuestra travesía, los grupos terroristas son bastantes y puede que haya muchas bajas-
-Pero tendremos más soldados estadounidenses apoyándonos- comento Aradia
-A esos terroristas no les interesa morir, tienen muchos explosivos y misiles antitanques que nos la harán difícil, además que los soldados se pueden inmolar en cualquier momento, con ellos todo es un riesgo-
-Llegaremos en tres meses- dijo Samara
-No lo sé, tengo un mal presentimiento sobre Irak-
Todos los soldados enemigos caían como vigas fuera del equilibrio, no se diferenciaba entre rusos, estadounidenses o mexicanos, todos al recibir un disparo mortal caían mojando el terreno con su sangre, los mercenarios contaban con el avión para la recuperación de cadáveres, pero de no tenerla, tuvieran el mismo destino que los soldados rusos, serian enterrados por su compañero, el único que los soldados dejan vivo para ese castigo.
Los tanques seguían avanzando hasta que algo alerto a Carrie.
-Mierda, armamento antitanque a dos kilómetros- dijo Carrie
-Poco nos duró el gusto- dijo Milos y saco su radio- todos fuera de los tanques, misiles antitanque se aproximan-
Milos pulso el botón de extracción rápida, la pequeña entrada voló convirtiéndose en un gran agujero, todos salieron y comenzaron a correr para cubrirse, el sonido de las explosiones lleno el ambiente, de los tanques había quedado nada, ni siquiera el vehículo blindado había sobrevivido.
-¿Cuantas bajas?- pregunto Milos a la radio
-Ninguna señor- contestaron varios soldados
-Excelente, avancemos despacio, disparen a todo lo que se mueva-
Los soldados comenzaron a avanzar despacio, cuando las ametralladoras cantaron, el sigilo se acabó, todos comenzaron a correr como si de los juegos olímpicos se tratase, las balas silbaban, las aves volaban ignorantes que debajo de ellas los humanos se mataban, las armas que se tendrían que usar para los tanques ahora las usaban con los soldados, la sangre comenzaba a correr, no había muchos lugares a donde ir, era correr hacia los soldados o morir sin intentarlo, y ninguno quería morir, todos corrieron hacia los rusos, esquivaban balas y otras impactaban en sus chalecos, Milos fue el primero en saltar los costales, comenzó a matar soldados de frente, el equipo de ataque llego con sus escudos y sus machetes parando todas las balas, más hombres cubriéndose detrás de ellos, solo pocos avanzaron y esos pocos eran los que mataban a los rusos, en unas horas de lucha, todos los rusos murieron.
-¿Son todos?- pregunto Milos
-Si, eso pare…- intento contestar la Dra. Dilara
O casi todos murieron, la doctora Dilara recibió un impacto de calibre antitanque en el abdomen, las compañeras de Milos se movieron rápidamente a la trinchera de dónde provino el disparo, un solo soldado y seis chicas armadas con rifles, no es necesario contar el destino de ese pobre infeliz.
-Oh maldición- maldecía Milos mientras quitaba el chaleco antibalas del pecho de la Dra. Dilara
-Por dios…- decía la Dra. Kenna aguantando las lagrimas
El chaleco antibalas estaba totalmente destrozado, sin embargo, encima de la ropa especial estaba el proyectil totalmente deformado, no parecía haber daño externo.
-Daño interno… parece una hemorragia interna, tienen algunas costillas rotas y está en shock- dijo la Dra. Kenna
-Oh mierda... ¡Mierda!-
-Aun… estoy consiente…- dijo la Dra. Dilara mientras escupía sangre
Editado: 16.11.2021