Arduo

Capítulo 34

Ahora no era Milos el que soñaba, sino Seiji, Seiji soñaba con una gran casa, y a diferencia de los sueños y pesadillas de Milos, para Seiji era como estar en el paraíso, lo que el siempre anhelaba, una gran mansión, diez hermosas y fieles sirvientas, su esposa y tantas hijas como para agotarse los números naturales, el infierno de muchos era el paraíso de Seiji.

-¡Señor despierte!- gritaba un soldado mientras movía a Seiji

Seiji despertó de golpe, estaba en una trinchera a mitad de un bosque, con la sangre hidratando el suelo, los cadáveres volaban mientras otros los intentaban rescatar,

-¡Señor, ¿Está bien?!- preguntó el soldado

-¿Qué ha pasado?-

-Exploto una granada señor, fue buena idea salir del tanque, necesitamos deshacernos de esos francotiradores, están acabando con todos los soldados-

Seiji tomó un casco para ponérselo y asomó la cabeza, una bala chocó con el casco y lo empujó hacia atrás.

-¿Está bien señor?- preguntó una soldado mientras se acercaba a Seiji

-Lo estoy, ahora el francotirador revelo su posición- dijo Seiji y solo asomó su rifle

Seiji efectuó algunos disparos y volvió a asomar la cabeza, esta vez ni una sola bala le volvió a empujar.

-Ya no hay más francotiradores-

-Es genial señor, ahora a conquistar ese bunker- dijo la soldado y salió junto a otros soldados de la trinchera

Seiji aun parecía algo confundido y en un momento tuvo una epifanía, la epifanía llego en el mismo momento en que Milos y sus compañeras escucharon las ametralladoras del bunker, se apresuraron y Milos entró al bunker abriendo la puerta de una patada, las ametralladoras silenciaron los disparos de Milos y sus compañeras, entonces las ametralladoras se callaron, callaron al mismo tiempo que Seiji se preguntaba como demonios no vio la ametralladora, cuando Seiji salió de la trinchera, más soldados rusos ingresaron al bunker, Milos y sus compañeras los detenían esperando la fracción del coronel o del sargento Marco.

-Quince grados- indico el coronel

La Dra. Suki puso el misil en el cañón y el coronel disparo, el misil recorrió la trinchera, Seiji escuchó el disparo y junto a los pocos soldados de su fracción voltearon y al ver el misil hacia ellos, se arrojaron a los lados, Milos vio también como el misil corría por el aire directamente a él, disparó a los soldados y se arrojó desde una de las ventanas de las ametralladoras, toda su fracción le siguió, el misil choco dentro del bunker, Milos se puso de pie para analizar los daños y bunker explotó empujándolo al extraño fluido conformado por lodo y sangre.

-Bien hecho coronel- felicitaba Milos a la radio

-¿Podemos avanzar?- preguntó el sargento Marco

-Necesitamos apoyo aquí- dijo Milos mientras se ponía de pie

Seiji y el resto de su fracción caminaron hasta los restos del bunker, detrás de ellos estaba la fracción del coronel y del sargento Marco, ahora de cinco tanques solo tenían dos.

-¿Boinas rojas?- preguntó Seiji mientras recogía la prenda del suelo- Milos, dime que esta boina esta roja por la sangre-

-Si te lo digo te mentiría-

-¿Hay más?- preguntó Zinvori

Mientras caminaban, las compañeras de Milos y los soldados restantes, buscaban más boinas rojas, sin embargo, ni una sola apareció nuevamente, más Carrie vio tantas como para ponerles a todas las estrellas visibles en el cielo nocturno.

-Señor, hay muchas boinas rojas en las trincheras de adelante- informó Carrie con un poco de nerviosismo

-Elimina a las que pu…- un disparo interrumpió a Milos

Una bala impacto en su chaleco antibalas haciéndolo caer, todos los soldados se pusieron pecho a tierra para evitar algún otro impacto, los tanques que estaban muy atrás escucharon el disparo por la radio y dejaron de avanzar.

-¿Todo bien?- preguntó el coronel

La radio solo contestó con estática, el coronel insistió más nada se escuchó además de ese aterrador ruido blanco perteneciente a la estática.

-Avanzaremos- informo él sargento Marco sin obtener contestación- cero grados- ordenó y rápidamente se posiciono el cañón- recarga- pidió y una soldado puso un misil en el cañón- ¡Fuego!- gritó

Entonces el detonante de la batalla fue lanzado, Milos y Seiji vieron como el misil impacto en una torre de vigilancia, todos los soldados se alarmaron y corrieron a las trincheras, otros sacaron escudos antibalas, todos cargaron sus armas en un tiempo récord que ni siquiera Milos sería capaz de igualar.

La mayoría de soldados estaban detrás de los taques caminando, otros estaban con Milos y Seiji, más parecía que todos los soldados perecerían ante las boinas rojas rusas.

-Hola malditos- dijo un soldado mientras se arrojaba en una trinchera y comenzaba a disparar a los rusos- ¡Mueran putos bastardos!- gritó y quitó todas las argollas de las granadas que llevaba en el chaleco

-Son demasiados- dijo Samara mientras se cubría en una piedra

Milos estaba por arrojarse junto a Zalir a una trinchera cuando toda esta exploto y ardió.

-¿Suicidio?- preguntó Zalir mientras se ponía de pie y recargaba su rifle

-A nuestro favor eso es seguro- dijo Milos mientras disparaba- ¡Necesito apoyo!-

El sargento Marco avanzaba en su tanque cuando pisó una mina que le hizo perder la oruga izquierda.

-Señor, no podremos avanzar- dijo una soldado con preocupación

-Mierda, señoritas, fue un honor ser su acompañante- dijo el sargento Marco y abrió una de las compuertas mientras comenzaba a disparar

El sargento Marco salió del tanque acompañado de las ocho soldados que había dentro de este, los soldados de fuera estaban casi erradicados y los rusos aun eran incontables, el sargento Marco comenzó a eliminarlos rápidamente mientras absorbía una cantidad considerable de balas en su chaleco y casco, las soldados le seguían de cerca cubriéndole la espalda y los flancos que él no podría proteger.



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En el texto hay: futuro, guerra, bélico

Editado: 16.11.2021

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