Ring. Ring. Ring.
Escucho un sonido a lo lejos pero no lo reconozco, aun me encuentro en el mundo de los sueños; abro lentamente mis ojos. Encuentro el origen del ruido; es mi celular, que flojera me da cogerlo; miro hacia el reloj de la mesa que está a lado del celular son las seis y media de la mañana. ¿Quién podrá ser? Pienso mientras cojo el teléfono es Ari mi mejor amiga.
- Erick, ya estás en camino.- Me lo ha dicho como afirmación no como una pregunta.
- Mmm, ¿Teníamos que reunirnos o algo?- mi voz suena pastosa porque recién me he levantado.
- ¿Qué? Lo olvidaste verdad.- Me rasco la cabeza intentando recordar, mas no lo consigo.
- Hey pues amigo que hoy es la convención de ANIME, que has prometido ir conmigo este año, no puedes hacerme esto.
Mierda lo he olvidado, salto de la cama aun con el celular en la mano.
- No lo he olvidado solo era una broma, de verdad crees que lo he olvidado.- Digo esto mientras cojo una camisa negro de NIRVANA y unos jeans claros desgastados que espero que estén limpios y empiezo a ponérmelos sin aflojar el celular.
- Lo has hecho.- Me responde ella.
- Que no.- Respondo rápidamente pues se suponía que hoy es su cumpleaños y lo único que ha querido hacer desde principios de año es ir a esta convención; no puedo fallarle. Me dirijo hacia al baño abro el grifo cojo mi cepillo con pasta cuando ella me dice:
- Lo has hecho, porque la convención no es hoy es mañana.- ¡¡ ¿QUE DIABLOS?!! Suelto mi cepillo y respondo.
- Entonces porque me has llamado a esta hora si se puede saber.
- Jajaja... lo siento Erick, solo quería saber ¿Cuánto tiempo te demorabas en vestirte?
¡¡ ¿QUE?!! Esta chica cada vez está más loca.
- Estas charada o que dime, definitivamente no me parece chistoso Ari.
- Lo siento Erick, pero no es por eso que te llamo, solo no aguantaba decirte eso para ver como reaccionabas. Lo siento en verdad.
- Entonces que ha pasado.
- Recuerdas cuando éramos pequeños y jugábamos en ese parque.- Trato de recordar, mas no lo consigo que mal anda mi memoria hoy día seguramente es por el hecho de que Ari me ha despertado y mi cerebro aun no asimila que es de día.
- Recuérdalo Erick, ese en el cual nos conocimos.-
- Lo recuerdo.- Respondo secamente, como olvidar ese parque mama me obligaba a ir a él cuándo tenía cuatro porque en ese parque ella se encontraba con su amante, y a los seis ella en ese parque me dijo que iría a comprar helado; pero nunca volvió.
- Sé que no tienes buenos recuerdos.-
- Al igual que tu.- Respondo, después de todo mi mama se fugó con su papa.
- No tienes que ser hiriente y lo sabes, pero no importa puedes venir aquí ahora por favor.-
- ¿Dónde es ahí?- debe ser algo importante porque lo ha pedido amablemente.
- Al parque Erick, ven al parque.-
- Después de lo que paso nunca hemos ido hay ¿porque?- Esto es muy raro ninguno de nosotros nos agrada ese lugar debido "al evento de nuestros padres".
- Por favor ven.- y cuelga el teléfono.
Bajo el teléfono y me lo quedo mirando esto es muy extraño ella nunca me ha pedido que nos encontremos en ese parque, que será. ¿Porque? Esa pregunta no sale de mi cabeza.
Levanto la mirada y decido ir, no quiero quedarme con la duda; guardo mi celular en el bolsillo de mi pantalón decido ir a mi cuarto en busca de un buzo ya que es muy temprano para salir con una camisa, entro a mi cuarto y cojo uno negro que encuentro en el piso y me dirijo a las escaleras. Mientras bajo escucho el televisor prendido en la sala y desde las escaleras veo que papa está dormido en el sofá; después que mama nos dejó, él empezó trabajar el doble no porque el dinero no alcanzara sino porque, el abandono de mama lo afecto mucho. Me dirijo a la sala y cojo la manta que está en la silla de la sala, la abro y arropo a papa con la manta. Se remueve un poco y puedo verlo con mayor claridad, es un hombre alto, delgado pero no débil después de todo es el quien me enseñó a pelear; sus cabellos empiezan a tornase uno que otro blanco; pero sé que muchas madres de mi escuela se mueren por mi papa aunque para el amor ya solo es un mito. Con cautela me dirijo a la puerta principal la abro y cierro casi sin hacer ningún ruido.
Una corriente de aire helado me toca de frente, me coloco mejor el buzo; mientras me coloco la capucha y empiezo mi camino al parque. Me doy cuenta que pocas son las personas que salen a estas hora, y no sé porque un recuerdo me viene a la memoria.