Arthur : Infiltrada en la historia

♛Onceavo capítulo ♚

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Capítulo once


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Mis fosas nasales se deleitaban con el grandioso olor de la carna recién servida. El pan recién hechón perfumaba todo el comedor. Mis padres hablaban animadamente con Merlín, mientras que Arthuro hacía caso omiso a todas las habladurías de los presentes.

Toqué por quinta vez mi carne con la punta de mi dedo índice. Si no mal recuerdo, en historia. En esté siglo sólo existía el cuchillo base, haciendo que a los nobles fuera más fácil partir la carne en dos. Sin embargo, durante los imperios griego y romano, las cucharas de bronce y la plata eran ya comunes entre las sociedades de más alto nivel.

No existe periodo exacto al que se le pueda atribuir este gran avance, sin embargo la evidencia arqueológica sugiere que las cucharas con mangos fueron utilizados para fines religiosos por los antiguos egipcios en el año 1000 aC.

Los materiales se fueron sofisticando con el tiempo. El marfil, la madera, la piedra o el cuerno de ciertos animales fueron los primeros y se fueron detallando cada vez más e incluso decorados con jeroglíficos, motivos religiosos o tallados con diseño.

Pero, todavía no se habían inventado en su época. Lo cuál implicaba que los nobles comiéramos con las manos. Exacto por los cuchillos de plata que nos brindaban algo de sofisticación.

—¡Eso sería grandioso! —añadió mi madre, encantada — Qué nuestra hija aprenda cómo utilizar la espada, montar a caballo y ser instruida por el príncipe. ¡Es más que perfecto!

—Eso me alegra tanto, baronesa —sonrió Merlín. Miré hacía su dirección interesada.

Sé que tenia que ser agradecía con Dios. Por una segunda oportunidad de vida. Pero, ¿no puedo vivir en paz en esté mundo?.  Sólo para poder sobrevivir tengo que estar cerca de unos de los personajes de la novela. Y mi único trampolín estaba delante de mí. Comiendo como un glorioso rey en su banquete real.

Y más lo pienso. Con el personaje que me gustaría seguir, es Sir Lancelot. Siempre me ha gustabo como un gran personaje. Y imploraba en contrarlo pronto.

—Anastasia, ¿qué piensas sobré esto? —preguntó mi padre, indeciso.

Todos los presentes me miraron, incluso el glorioso rey que no prestaba atención a ninguna de las palabras dichas anteriormente.

Su cabeza sé movió de un lado a otro lentamente. Dándome una orden que rápidamente capté.

—Seria un honor ser entrenada por el príncipe Arthur —sonreí ampliamente. Él bufó mirando a otro lado, mientras que los demás celebraban por mi encantadora respuesta.

Después de almorzar. Mis padres se tuvieron que marchar rápidamente hacía unos de sus comerciantes. Ellos era persona que iban con la moda de esté siglo. Mi madre se encargaba de comprar las telas en otros continentes. Mientras que mi padre las promocionaba con ayuda de los comenciantes. Así fue como ellos dos, fueron promovidos al tituló de Barón y Baronesa.Gracia a su esfuerzo, Anastasia era capaz de tener una vida digna y extravagante.

Merlín y Arthuro se quedaron un tiempo más. Con la excusa de que Merlín estaba muy cansado como para manejar el carruaje hacía la mansión de Sir Héctor.

Los sonidos de mis tacones retumbaba en todo el corredor. Me dirigía hacia la gran bibioleteca de la mansión.

—Anastasia —miré sobre mí hombro. Girando por completo.

—Merlín.

—¿Vas a la biblioteca? Yo igual — avanzó hasta quedar a mí par. Empezamos a caminar.

—He pensado. ¿No habrá otra forma de sobrevivir en esté mundo? ¿cómo vendiéndo papas al rededor de los protagonistas? —él río —. En serió no quiero estar con ese enano de pacotilla.

—Sólo tienes que mantener su amistad —rodé los ojos —. Ahora que recuerdo, se me paso una cosa.

—No me digas que tengo que ayudar al enano a llegar al trono —bufe. Él sonrió —.¡Ni lo sueñes! Reencarne en una casa de oro. No arruinaré eso por estar detrás de él.

—Esa sería unas de las opciones. Sería más complicado, pero las dos lo valen. Él apenas un niño, aprenderá el pasar de los años. En la casa de Sir Héctor,le han enseñado desde modales, costumbres hasta su manera de hablar con mucho cuidado.

—¡Ja! ¿Quieres qué crea eso? Mis oídos escucharon perfectamente sus insultos —infle mis mejillas.

—Dejame hablar — bufé —. Los estatus aquí son muy especiales, como el del Sir Héctor. El príncipe Arthuro aprenderá habilidades de defiensa de Sir Héctor junto a su hermano Kay. Montar a caballo o las habilidades con espada, fueron autorización de su majestad para esté servidor.

—Antes que preguntes —formé una Equis con mis brazos —¡Me niego!

—Te estoy dando un empujón pequeña —levanto sus manos —. Tendrás que aprender junto a él y su hermano. Así aprendes unas cuantas habilidades, se que lo lograrás.

—¿Llamaras a un doctor?

—¿Eh? ¿Por qué?

—Por qué llegaré sin dientes a mí  casa —sonreí. 

—¡Maestro! —los dos giramos. Viendo Arthuro correr a toda velocidad hacía nosotros.  —¿cuando volveremos?

—En realidad. Justo a hora. Ya descansé lo suficiente para volver —Arthuro asintió para después quedar en silenció.

—Hola mocosa —coloqué mis ojos en blanco. Sonreí mostrándole el dedo del medió. Los dos se miraron confundidos.

—¿Qué significa eso? —preguntaron en coro.

—Significa, hola —reí. Arthuro miró a merlín imitándo mí acción. Mis labios no pudieron aguantar las ganas de reír. Mi risa resonó por todo el pasillo.

—¿De qué te ríes? —preguntó serió. Traté de tranquilizar un poco mí repentino ataqué de risa.

—Príncipe Arthuro. A apartir de mañana, Lady Anastadia asistirá con usted y Kay en las practicas semanales —comentó Merlín dejando atrás mis acciones.

—¿Una niña? —preguntó — ¿Qué puede ser una niña a parte de servir y verse bonita? —. Ya está, me he encabronado.

—Joven príncipe, una niña puede de ser de mucha utilidad en el futuro — Si por ejemplo, patear su tracero con un troncó.



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En el texto hay: reencarnación

Editado: 29.06.2020

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