La paradoja del suicida;
armarse de valor para faltarle el respeto a la muerte,
con un acto tan cobarde como quitarse la vida.
Pero ¿qué es la vida cuando caen las hojas?
Con suerte, es un otoño largo que nadie olvida,
¿y la muerte, cuando los ojos se mojan?
Quizás un letargo; la ausencia de las horas,
donde el alma se deshace,
el cuerpo endurece,
y los corazones de quienes nos quisieron, se desploman.