☬◆artificial Love◆☬

Sensaciones Extrañas

Desconectándome lentamente quede paralizada al ver que en mi cuarto, a tan tempranas horas habían entrado. Absolutamente nadie, pero alguien había cambiado las cosas, había otra cama, y unas cuantas cosas sobre ella, no tenía idea de porque o que, eso creí cuando abrieron la puerta, solía llevar solo puesta una camisa de tela blanca, y una pequeña parte de ropa interior, lo sé, no tenía sentido que usara ese tipo de cosas siendo una maquina de acero, pero por afuera tenía una piel artificial algo parecida a la humana, y solo por eso usaba ropa. Bryan me había enseñado, de todo ese tipo de cosas, a pesar de ser lo que era.

-¿Puedo?-Dijo una voz femenina que al instante mi sentido de audición, jamás había oído, pero me provocó curiosidad. Deduje que preguntaba para entrar.

-Sí, claro.-En ese momento me puse de pies, y me abrasé los hombros, ¿alguien que me explique por qué estaba experimentando nerviosismo? Ay no, ¿dice el buscador que eso es un sentimiento, el nerviosismo? Comencé a llenarme de preguntas, mi CPU comenzaba sobrecargarse. Ella, porque en lo cierto, era una chica, nunca la había visto en el recinto, su estatura me provoco risas internamente, apenas y me llegaría a los hombros. Tenía el cabello excesivamente corto apenas y le llegaba a su cuello, negro, admito que me gustaba, le quedaba bien a su aspecto. Reí nerviosa, de nuevo.

¿Y a mí que me está pasando?

Era un poquito más oscura su piel, a eso de una crema más profundo, cosa que me pareció interesante, todas las personas que había visto, eran más blancas que el propio papel, hasta yo. Tampoco tenía idea, de porqué sus labios eran de un color morado, otra cosa que me gustó, es que diablos, su aspecto era increíblemente perfecto. No sé hasta dónde mi funcionamiento racional se había ido, pasé de mirarle a los ojos, rayos, eran marrones carmín, ¿alguien ordenó traerme al ejemplo vivo de belleza a la mesa o qué? Demonios, no me había dado cuenta de que llevaba exactamente cinco minutos haciendo lo mismo.

-¿Estás bien querida?-Mencionó cuando entre en razón y mirando que ella estaba vestida, pase mi mirada a verme, ni siquiera me había vestido, estaba indecente. Que mal de mi parte, estar así al encontrarme con el ejemplo vivo de belleza humana. Agarré una sábana sin responder y me la tiré por encima, pero el intento fue demasiadamente fallido, cielos, yo jamás fallaba en esto.

-S-si, lo siento señorita, usted que viene bien decente y yo toda despilfarrada.-Dije otra vez experimentando la sobrecarga de las neuronas artificiales de mi cerebro. Y su acento, pensaba que me habían traído a una diosa de esas fantasías, que leí en la web de Wattpad.

-Ay, no te preocupes, somos chicas, ni que nunca hubiera visto otro cuerpo de mujer.-Dijo riéndose mientras cerró la puerta y se sentó en la otra cama que estaba allí. Tragué, como si me fuera ahogar, si, lo olvidé, la única característica que me hacia diferente a los humanos, era aquella cosa de sentir, y pues que en vez de estar formada por músculos, estaba hecha por unas fibras neurales, llenas de torrentes que se alimentaban del aceite al que me conectaba en las noches. Podía estar hasta dos meses sin necesitarlo, pero como siempre estoy en el recinto, para mantenerme sin problemas lo ocupaba todos los días. Tenía todo un sistema de placas de acero, tan flexibles como la piel humana, que cubrían mi mecanismo interior, y me daban el aspecto humano. Tenía órganos artificiales, formados del mismo tipo de fibras y me daban la capacidad de comer el mismo alimento humano, lo que significaba que si tengo saliva, pero deduzco que no ha saber igual para ellos, por dios, ¿Qué acabo de decir?

-¿En qué piensas Eider?-Volví a escuchar la voz de ella, y a recordar lo último que dijo para no parecer despistada.

-Eh, ¡también sabes mi nombre!-Eso lo dije en voz alta y tartamudeando cosa que le provocó risa.

-¿Y no te acuerdas que hablamos ayer?-En eso vi que se mordió los labios, y mi mentón pareció dislocarse.-¡Melisa! eh, si, Melisa ya me acordé. Como olvidarlo.-En eso bajé mi cabeza un poco para seguir mirando que se mordía los labios.-¿Por qué haces eso? ¿Qué experimentaste que te provoca esa reacción?-Y mi estúpido ojo analizando toda su carita hermosa, terminé pegándome en la mejilla para reaccionar.-¿Experimentar? No Eider, no se le llama así, es sentir, y pues es algo casual, cuando algo te gusta, sueles morderte los labios.-Dijo mientras me posó la mirada, y volví a notar algo diferente.

-Mmm, ¿y cómo me explicas que te acaba de salir rosado en las mejillas? ¿Eres como los camaleones, cambias de color, te camuflas?-Ella volvió a reírse pero con más intensidad, y yo toda confundida.-No, cariño, no soy camaleón, es otro sentir de cuando algo gusta. Qué cosas dices, por lo que veo me reiré más contigo que con cualquier otra persona. Y nunca me presenté, soy Melisa, me puedes llamar Mely, y desde hoy compartiremos cuarto, y te llevaré a conocer más del mundo, también te enseñaré cosas nuevas.-Eso último quería escucharlo.



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En el texto hay: lgbt, novela, robots amor

Editado: 21.06.2019

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