Arzhvael (libro 2. Perseguidos)

Cap. 5 Intrigas

 

Las cosas en Kelten no estaban nada bien y no parecían ir a mejorar. Los Nemhains habían efectuado distintas incursiones en propiedades que pertenecían a la familia McKenzie con el propósito de dar con el paradero de Peter, pero sin resultados.

El día del regreso a clases, se había sucitado un enfrentamiento en las afueras de la terminal, pero en esta ocasión, quienes lo protagonizaron, fueron dos arzhaelíes no menos conocidos, aunque poco reseñados, ya que tanto Garlan McEwan como Alaric Gailard, estaban prácticamente confinados en el lugar de entrenamiento de los krigers. Si bien Eowaz les había encargado la vigilancia de la terminal, pues estaban bastante seguros que Bastian, en su manía en contra de los gemelos, seguía intentando cazarlos y aquella era una inmejorable oportunidad, lo que no pensó fue que el enfrentamiento fuese a tal escala. De manera que si hasta el momento había logrado que los dos arzhaelíes antes mencionados, se mantuviesen lejos del radar de Bastian, algo que le había costado bastante, porque Garlan y Alaric, más el primero que el segundo, era de un anarquismo que competía con el de los gemelos Cornwall y la razón para se peleasen tanto, y aunque Armel Haider y Phillip Dubois, éstos últimos que eran los más cercanos a los dos primeros, intentaban con escaso éxito detener las locuras de Garlan y Alaric, éstos dos habían hecho grandes esfuerzos por fastidiarle las cosas a Bastian, y a pesar de sus pleitos con los Cornwall, cada vez que Vlad planeaba alguna misión peligrosa antes del regreso de Giulian, Garlan y Alaric eran los primeros en anotarse para la aventura aun sabiendo que la misma no estaba autorizada por Eowaz. Todo lo anterior era lo que había llevado a Eowaz a encerrarlos a todos en la Sede de la Orden, aunque a decir verdad, si bien había logrado mantenerlos con vida, en esta ocasión y estando las cosas como estaban, era que había decidido asignarles aquella misión que tanto escándalo había sucitado, y ahora penaba con pesar, que aquello, posiblemente había colocando a aquellos dos peligrosos sujetos en la mira de Bastian.

Entre tanto la prensa seguía su política de ignorar los ataques de los Nemhains endosándoselo a otros grupos extremistas que solo existían en su bien entrenada imaginación. Esta situación había sido diligentemente aprovechada por Bastian, quien desplegaría una desvergonzada campaña en contra de los Arzhaelíes, acusándolos de una injusta persecución. Y mientras por un lado hacía todo cuanto era posible por exterminarlos, por el otro se presentaba como víctima del infundado odio de los Arzhaelíes hacia su raza.

Ziarist Dziennikarz y Newyddia Irisseoir se habían hecho eco de las protestas de Bastian y le hacían una gratuita publicidad haciendo correr ríos de tinta en su defensa. Sin duda, éste era un sujeto muy astuto que sabía aprovechar bien las ventajas que le daban sus apellidos, y el hecho de que nunca había podido ser relacionado con ninguno de los ataques y por tanto nadie sabía que detrás del supuestamente respetable Bastian O’Neill Nemhain, se escondía Nurión.

Sorprendentemente pronto la prensa comenzó a sugerir que Nurión era un personaje inventado por los Arzhaelíes para justificar su persecución hacia los Nemhains. En medio de todo este caos, Bastian aprovechó para mover otra pieza que acrecentara la confianza de la población en él, y abrió las puertas de Heimalandinu. Por supuesto esto no representaba ningún riesgo para sus planes, ya que una vez que lo niños habían entrado, consideró más prudente cambiar de ubicación su cuartel general. Con todo esto Bastian lo que pretendía era preparar el terreno, ya que como no había podido atrapar a los Arzhaelíes  por sus propios medios, entonces pondría a la población en general en su contra, y en este juego político y mediático, ciertamente él les llevaba mucha ventaja, ya que tenía años ejerciéndolo, y una vez que consiguiera execrar a los Arzhaelíes, movería la pieza final.

Debido a la presión ejercida por la prensa, Peter decidió hacer una aparición pública. Lo que obligó a los Arzhaelíes a reunirse con urgencia en la sala del Consejo.

  • Me parece una locura - estaba diciendo Delos - es lo que quieren.
  • No puedo seguir escondiéndome - dijo Peter - Si lo vemos desde su punto de vista tienen razón, soy el jefe de estado y les debo una explicación.
  • Si fuesen inteligentes, se darían por satisfechos con el comunicado que enviaste  - opinó Dorila
  • Dorila, los periodistas…
  • ¿Periodistas?  - lo interrumpió Vlad
  • Difícilmente podríamos llamar a esos individuos, periodistas -  completó Iván
  • De acuerdo, pero igual son ciudadanos de este país y están en su derecho de exigir explicaciones
  • Las explicaciones ya las diste - intervino Eve con indignación - si haces una aparición pública corres un gran riesgo, Peter.
  • Es por eso que necesito su ayuda
  • Peter, hemos hecho todo lo que hemos podido para protegerte a ti y a tu familia - dijo Leomer - pero salir a un lugar abierto como están exigiendo estos imbéciles, es muy arriesgado.
  • Papá, piensa en mamá  - pidió Peter hijo
  • Pienso en todos Peter, pero tengo una responsabilidad que cumplir  - insistió
  • ¿Has considerado hacerlo desde un lugar menos peligroso?  - peguntó Eowaz - Un lugar donde podamos controlar la entrada.
  • Sí, ya lo discutí con los otros Delegados, pero todos opinan que no adelantaríamos mucho, ya que no es eso lo que están pidiendo.
  • ¡Claro, no son ellos los que arriesgan el cuello! - exclamó Peter hijo
  • Todo esto es obra del miserable Dziennikarz y la víbora Irisseoir  - escupió Vlad - Si no supiera que son unos desgraciados de oficio, casi creería que los Nemhains les están pagando para fastidiarnos




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