Cap. 27 En el Mall
Después de la cena, Samantha les dijo a los niños que se reunirían en el salón, de modo que se miraron unos a otros preguntándose quién había hecho qué.
- ¿Dreo? -- preguntó Elijah
- No fui yo -- dijo él, de modo que Elijah miró a los dos pares de gemelos
- Aunque es posible, no tengo idea de qué pudo ser -- dijo Ian
- ¿Cómo que no tienes idea?
- Elijah ¿Sabes todo lo que hacemos durante el día? Es necio intentar recordarlo todo -- dijo Darien con su habitual desvergüenza
Sin embargo, la discusión quedó suspendida cuando entraron sus padres.
- Niños, ustedes saben que este año les corresponde a las trillizas entrar a la escuela, sin embargo, estamos muy preocupados, porque Gemdariel no está acostumbrada a moverse en lugares que no conoce, de modo que…
- Eso no tiene que preocuparte, madre -- la interrumpió Darien -- porque nosotros estaremos allí
- Sí hijo, pero ustedes no pueden estar todo el tiempo con ella
- Pero nosotras sí -- dijeron Galadriel y Gamariel
- También yo, tía -- dijo Arianell
- Y yo -- agregó Lyseryd
- Y quizá nosotros no podamos estar todo el tiempo con ella, pero ciertamente no vamos a descuidarla, mamá -- dijo Brendan
- Mami -- dijo Gemdariel
- ¿Sí amor? -- dijo ella para que la niña la ubicase y la chiquita se acercó
- Mami si yo no estoy preocupada, tú tampoco tienes por qué estarlo. Yo confío en mis hermanos y en mis primos
- De acuerdo, cielo -- dijo ella -- entonces yo también lo haré -- la niña sonrió y Giulian la alzó en brazos
- Entonces mañana iremos a comprar sus cosas, porque la directora de la escuela ya nos envió la carta notificándonos que habías sido admitida en Develieng, mi princesita -- le dijo él
El alboroto que se armó a continuación fue espectacular, porque los niños habían estado incordiando con ese asunto desde hacía días.
Después que algunos de los niños volvieron a sus casas, Sam comenzó su recorrido por las habitaciones de los que se quedaban a dormir allí. Vladimir se había quedado dormido y se limitó a darle un beso en la frente mientras pensaba que aquel chico al igual que Brendan, se parecía mucho a Vlad e incluso más que el propio Brendan que era su hijo, no solo físicamente, sino en sus actitudes y en sus palabras, y si la apuraban mucho, habría dicho que era el mismo Vlad que ella había conocido, solo que con muchos años menos y rubio. Sam salió de allí dirigiéndose a la habitación de Alexander y lo encontró leyendo, pero en cuanto la vio entrar hizo el libro a un lado.
- Puedes continuar leyendo, cielo, solo vine a darte las buenas noches
- Gracias, pero prefiero dormir y que lo último que vea sean tus ojos -- le dijo el niño y Sam sonrió
Alexander había desarrollado un quizá excesivo apego a Samantha tal vez por la ausencia de una madre propia y el enorme cariño y atención que Sam les dedicaba a él y a su hermana, pero estaba decididamente feliz y se sentía muy afortunado por tenerla en su vida.
- Tía, de veras no tienes que preocuparte tanto por Gema, ninguno de nosotros permitiría que le sucediera nada
- Y te lo agradezco, mi amor -- le dijo ella
Después de eso le dio un beso en la frente y abandonó la habitación rumbo a la de las trillizas, Sasha compartía la habitación con ellas cuando estaba allí, porque se había negado a dormir sola, de modo que las cuatro señoritas aun conversaban muy emocionadas, pero obedecieron y se metieron en sus camas. Luego fue a despedirse de Dreo y lo encontró sentado en el sillón con la mirada perdida, de modo que se preocupó, porque ver a Dreo en actitud reposada era como ver el sol a medianoche.
- ¿Dreo?
- Estoy muy molesto contigo -- dijo el niño poniéndose de pie y comenzando a pasearse de un lado a otro
- Y se…
- Creí que eras la única persona de esta familia que confiaba en mí
- Dreo…
- Sé que no soy precisamente el mejor sujeto del mundo y que me paso la vida amargándole la existencia a los demás, pero sabes que amo a las niñas, es verdad que las molesto como a todo el mundo, pero primero me haría matar antes que permitir que algo malo les sucediese -- hizo una ligerísima pausa y la miró con una enorme tristeza que ella no le había visto antes -- Me dolió aquí -- dijo señalándose el pecho -- cuando te escuché hablar
Sam se sintió realmente miserable por lo que su preocupación había causado en los niños y entendió el extraño silencio de Dreo durante la conversación de hacía un momento. Ella sabía quizá mejor que nadie, por la estrecha relación que tenía con su sobrino, que Dreo era un desastre natural, pero que amaba con la misma desmedida intensidad que lo hacía Giulian, y que sus reacciones eran igualmente intensas, de modo que dejó de intentar decir algo y lo abrazó.
- Perdóname, mi amor -- le dijo -- a veces el amor nos ciega y cometemos errores de juicio, pero no pienses nunca que no confío en ti
- Pues házmelo fácil -- dijo él
- Lo intentaré, mi cielo -- dijo sonriéndole -- tal vez ahora no lo entiendas, pero cuando seas padre…
- Wow, wow, wow -- la interrumpió él -- ahora no empieces a decir insensateces, tía ¿Acaso tengo cara de poder ser padre algún día? Aunque todos lo piensen, no estoy loco ¿sabes? -- y Samantha rio con diversión ante aquello
- Por supuesto que algún día lo serás, y serás un padre maravilloso, además
- Piense un poco, señora Cornwall, es matemática simple, si yo soy como soy, ¿Te imaginas cómo serían mis hipotéticos hijos? Creo que todos me agradecerán el no tenerlos empezando por mí mismo.