Arzhvael (libro 7. La Argolla Mágica)

Cap. 50 Larga noche

 

Después de la conversación con Brendan, Sam se sentía con los sentimientos a flor de piel, ella sabía que los niños crecían con rapidez, pero aun se le dificultaba aceptarlo. Pero haciendo eso a un lado, que el primer amor de Brendan fuese Aelig, representaba un enorme problema, porque Giulian iba a ponerse difícil.

  • Deja de preocuparte Nena, ve a descansar y ya mañana nos ocuparemos de enfrentar lo que haya que enfrentar  -- dijo Mael mientras ella seguía refugiada en sus brazos y él acariciaba sus cabellos  --  Sabes que no voy a dejarte sola con esto ¿no?
  • Lo sé
  • Entonces hazme caso y ve a descansar  --  le dijo separándola un poco y dándole un beso en la frente
  • Gracias Mael  --  le dijo estirando un brazo y acariciando el cabello donde destacaba una gran cantidad de muy prematuros hilos de plata
  • ¿Otra vez con eso?  --  le preguntó él sonriéndole
  • ¡Samaaaaaaaaaantha!

El grito enfurecido de Giulian hizo que Mael volviese a estrechar a Sam contra su pecho de forma instintiva, pero, también que lanzase un veloz conjuro aislante hacia las puertas de las habitaciones de los chicos. Sin embargo, Samantha se separó y se giró para enfrentar a su marido.

  • Giulian…
  • ¡No quiero saber nada más de esa pequeña víbora y menos aún verla en mi casa!  --  vociferó
  • Giulian…
  • ¿Sabes de dónde vengo?  --  gritó de nuevo ignorándola y agotando con rapidez la paciencia de Mael  --  De hablar con Galadriel

Con el asunto de Brendan, Sam había olvidado que aquella era otra conversación pendiente, pero al parecer Giulian se le había adelantado y a juzgar por el resultado, no debía ser nada bueno.

  • Giulian por favor cálmate y…
  • ¿Qué me calme? ¿Sabes por qué mi hija estaba tan furiosa esta tarde?
  • Está claro que no lo sé, pero…
  • ¡Porque encontró a Brendan y a Aelig… los encontró… besándose! ¡Maldita sea!  -  concluyó al fin

Sam sintió que nuevamente el piso vacilaba bajo sus pies y miró la puerta de la habitación de Brendan a pocos pasos, pero Mael siempre un paso adelante y como se dijo, al escuchar a Giulian gritar como lo estaba haciendo, había lanzado un conjuro aislante más por su propio hijo que por Brendan, ya que si bien en un principio no sabía por qué Giulian estaba tan furioso, sí sabía que si Elijah lo escuchaba gritándole a su madre, no se detendría en razones y su reacción sería catastrófica, pero acababa de comprobar lo acertado de su decisión por ambos chicos. Así que lo primero que hizo fue tranquilizar a Sam.

  • Tranquila Nena, nadie puede escucharlo

Sam se lo agradeció y luego se concentró en Giulian, no era así como había planeado tener aquella conversación, ya que no esperaba que se enterase de ese modo, pero siendo que no había remedio, tendría que hacerle frente. Giulian por su parte que esperaba ver sorpresa en el rostro de su mujer, se quedó de piedra al verla tan tranquila y lógicamente concluyó que ella lo sabía.

  • Tú lo sabías  --  dijo en tono acusador y desde luego no era una pregunta, porque estaba seguro que así era
  • Acabo de hablar con Brendan
  • Y supongo que le habrás dicho que eso es una locura ¿no?
  • No, no le he dicho nada parecido. Giulian, son niños, si hacemos de esto un escándalo…
  • Yo me encargaré de hablar con él entonces  -- dijo volviéndose
  • ¡No! No lo harás  -- dijo ella atravesándose en su camino
  • ¿Qué?  --  preguntó incrédulo  --  ¿Pretendes dejar que esto continúe? Sam esa niña es malvada, aparte de ser la hija de Kenneth McKenzie, es… es…  --   pero no encontraba palabras que describiesen lo que quería
  • Giulian basta. Como ya te dije son solo niños, eso se les va a pasar, es solo su primer intento y el hecho de que sea hija de Kenny no la hace mala. Los McKenzie son buenas personas y te recuerdo que los apreciamos
  • ¡Samantha Cornwall!  --  le gritó él cometiendo su primer error  --  Decididamente has perdido el juicio. Yo puedo apreciar a los McKenzie, pero ciertamente no quiero tener nada que ver, ni mi familia tampoco, con Kenneth McKenzie ¿Has comprendido?
  • Si intentas decirle algo a Brendan que lo haga sentir mal, te juro que te vas a arrepentir  --  dijo ella con voz helada
  • ¿Me estás amenazando?  --  preguntó él sin poder creerlo
  • Me alegra que te haya quedado claro

Giulian conocía a su esposa prácticamente de toda la vida, pero en todos los años que llevaban juntos, tanto antes como después de casados, ni en los peores momentos había sentido tantas ganas de estrangularla como en aquel instante en el que el amor y la rabia estaban librando una perversa batalla en su interior. Sin embargo, Mael por su condición, podía percibir el peligro con claridad meridiana y más tratándose de ella, de modo que más había tardado Giulian en procesar lo que estaba sintiendo que Mael en moverse y alejar a Samantha de él. Posiblemente a nivel consciente Mael sabía que Giulian jamás cometería la enorme estupidez de lastimar a Sam, pero la parte irracional y puramente instintiva que habitaba en su interior, fue la que reaccionó. Después de dejar a Sam en su propia habitación volvió y se enfrentó a Giulian que apenas si había logrado ver nada debido a la rapidez de acción, pero lo que si no pudo ignorar fue cuando Mael lo sujetó por el cuello.

  • Te lo dije una vez, Giulian, y no me gusta repetir. El solo hecho de que lo pienses ya es criminal, así que ve y tranquilízate antes de volver a su lado o te juro que te rompo el cuello




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