Todos pedimos saber la verdad simple y sencilla,
pero la verdad rara vez es simple y nunca sencilla
Los chicos se marcharon, pero apenas llegaron al colegio y antes de pasar al comedor, les informaron que estaban citados en la dirección y suponían que sería para aclarar los sucesos de la noche de Valborgsaften. De modo que el mayor de cada familia se apresuró a dar aviso a la misma y luego fueron a comer.
Eirian estaba sumida en sus pensamientos mientras esperaba la llegada de los alumnos.
En ese momento llamaron a la puerta, así que la discusión quedó suspendida y Eirian hizo pasar a los primeros en presentarse. Los miembros del clan familiar venían en compañía del profesor Sidera, y Eirian enseguida notó que Elijah y las trillizas Cornwall habían heredado la percepción de su madre, porque los tres de ellos que podían ver, fijaron sus ojos en un punto por detrás de ella, así que sin duda estaban viendo a las energías que la acompañaban, pero también lo estuvo de que, aunque Gemdariel no podía verlos, podía percibirlo con igual claridad. Y para su mayor sorpresa, Brendan, aunque no era hijo de Samantha, evidentemente también la poseía, pues también estaba no solo mirando en aquella dirección, sino que estaba segura que le había sonreído a alguien.
Ella comenzó el relato desde que había intentado subir a su habitación, hasta que fue atacada por Dale. Eirian contuvo el aliento y la miraba con verdadera sorpresa.
La directora entendió la lógica del razonamiento, pero existía la posibilidad de que estuviese muy alterada, y se negaba a creer que Aelig quisiera dañar a su propia prima. Sin embargo, recordó que ya Aelig McKenzie se había metido en muchos problemas que no tenían nada que ver con las travesuras de sus parientes, sino de otro orden con sus compañeras de clase.
Mientras Sidera iba por Aelig, los chicos terminaron el relato de lo sucedido.
La profesora se levantó de su asiento, se giró, y aunque la mayoría de ellos la escuchó susurrar algo, no pudieron escuchar lo que decía ni a quién, pero Elijah, Brendan, Eve, Lyseryd y Vladimir sí escucharon y en el caso de los dos primeros también vieron a quién se había dirigido, aunque no tenían idea de quién era aquel sujeto mal encarado. No obstante, se olvidaron de eso tan pronto se presentó Sidera con Aelig. La chica paseo la vista por el despacho, sabía que aquello ocurriría tarde o temprano, de modo que estaba preparada para ello. Ya había superado la desagradable conversación con su padre, así que manejar esto sería igual de fácil. A pesar de ello, le resultó muy desagradable el incómodo silencio que siguió a su llegada. Pasados unos minutos tocaron nuevamente a la puerta y entró el profesor Alcemi.
Los chicos se miraron extrañados, pero siguieron obedientes a los profesores. Su sorpresa fue mayúscula cuando entraron al lugar y lo vieron convertido en una especie de Sala de Audiencias. Había una mesa alta donde se sentaban por lo menos una docena de personas de las que no conocían a ninguna. En unas sillas a los lados de esa mesa, se sentaban los profesores de la escuela. Las sillas del auditorio habían desaparecido y habían sido sustituidas por unas tribunas; las que estaban del lado derecho estaban ocupadas por… ¿Sus padres? ¿Qué hacían ellos ahí? Se preguntaron los chicos, pero no solo sus padres, también había otras personas entre las que reconocieron al padre de Dale y al de Lery, por lo que supusieron acertadamente que los demás serían los padres de los otros nemhains involucrados. A ellos los hicieron sentarse del lado izquierdo y estaban tomando asiento cuando vieron llegar a los nemhains en compañía del profesor Visant.
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Editado: 21.08.2023