INTRODUCCIÓN
—Fátima—
Hace un año atrás una noticia salió en cada noticiero y periódico que circuló por el país al mismo tiempo que yo me despertaba en un hospital: La tragedia de Rawson. Mi memoria sobre esa época no es muy buena, todo el tiempo no hago más que intentar reconstruir lo que pasó, pero sólo pantallazos vienen a mí y no estoy segura de la precisión que poseen. Intento esforzarme, pero eso me da dolor de cabeza, y bastante fue ya el dolor en aquellos días oscuros.
Recuerdo haber abierto los ojos y haberme encontrado con un doctor que me preguntó cómo me llamaba. Le respondí si eso no era algo que debería saber él. Tiempo después es cuando comprendo que no quería admitirme a mí misma que no recordaba la información que me estaban solicitando, y era eso lo que el doctor quería comprobar.
Terrible tragedia en Rawson
Diario del Río, edición del 01 de Noviembre, 2014
Son ya treintainueve los fallecidos y cincuentaitrés los heridos de gravedad que nos dejó la tragedia de Rawson. Los especialistas confirman que se trató de una fuga de gas en la caldera del edificio lo que hizo estallar todos los departamentos de las primeras plantas. La estructura cedió produciendo un derrumbe en el edificio donde vivían treintaidós familias, y donde se estaba celebrando un cumpleaños la noche del fatal accidente.
Mientras continúa el operativo para rescatar a los nueve desaparecidos, tres de ellos menores de edad, se convocó a una marcha pacífica por la tarde para pedir por más seguridad y controles. Pocas tragedias tan graves han asolado el país, la tristeza se apodera de la ciudad patagónica luego de un hecho que nos marcará por siempre.
Mi nombre es Fátima Andreani.
Perdí todo en la tragedia de Rawson.
Tenía, en ese entonces, diecisiete años.
Acababa de cumplirlos. La tragedia ocurrió mientras los celebraba.