Después de más de media hora de viaje, llego al hospital donde está mi padre hace ya seis meses. Pareciera ayer cuando recibí la llamada que cambió mi vida, la llamada en donde me avisaron que mi padre había sufrido un accidente y había sido ingresado de urgencia. Después de estar más doce horas sin saber nada de su estado salió el doctor y nos dio la noticia que lo habían podido salvar pero que había entrado en un estado de coma y que no sabían cuando iba a poder despertar.
A lo largo de estos meses le han hecho muchos estudios en donde la mayoría decía que estaba bien y que solo era cuestión de tiempo pero cuando el mes pasado le hicieron un estudio de la cabeza se dieron cuenta que tenía un pequeño coágulo que no sólo impedía que se despertara sino que mataba de a poco las neuronas y si avanzaba mucho en unos meses mi padre iba a tener muerte cerebral lo que significa que solo iba a estar vivo porque su corazón latía y que iba a estar lo que quedara de su vida en coma.
Cuando me dijeron eso llore casi por una semana seguida, recuerdo que Tom no sabía qué hacer para que ya no llorara más, toda esa semana se quedó conmigo en mi departamento y se fue recién cuando yo dí “señales de mejoramiento” como dijo el, pero ahora que escuche lo que habló con Matt lo más probable que estuvo conmigo porque le di lástima y no porque quería que estuviera bien y me amaba.
Entro la habitación donde está mi padre y ahí lo veo. Siempre que vengo tengo miedo de abrir la puerta y encontrarme con una enfermera cambiando las sábanas y me diga que mi padre murió. Pero cuando lo veo en su camilla se me va ese miedo.
Me siento en una silla al lado de él y le agarro la mano y la acarició.
-Hola papá-le hablo- como siempre te digo espero que sea verdad eso lo que dicen que cuando una persona está en coma escucha todo lo que le hablan porque esta vez a comparación de otras veces que he venido- me limpio una lagrima que se me cae- necesito que te despiertes papá, me siento completamente sola- lloro - nunca me sentí de esta forma y no sé cómo voy hacer para seguir adelante. Siento que ya no tengo fuerzas. Thomas ya no me ama.-un sollozo sale de mi garganta. Al decirlo en voz alta parece hasta más real.- él está conmigo por lástima, porque dice que no me quiere dejar sola, ¿pero sabes lo que es más contradictorio papá? Es que aunque esté a mi lado igual me siento sola, no siento su amor. No sé qué hacer porque yo lo amo, lo amo como el primer día y creo que hasta más. Tenía tantos sueños y ahora los veo en la basura. Soñé tantas veces que nos casábamos y formábamos una familia. Ahora todo esos sueños se desvanecieron y solo queda el dolor que siento.- pongo su mano en mi mejilla y cierro los ojos y me imagino que está al frente mío y me acaricia la mejilla como lo hacía cada vez que me daba un consejo. Espero sus palabras pero no llegan y por más doloroso que sea debo aceptar que nunca más van a llegar.
Abrazo como puedo a mi padre y lloro. Lloro porque sé que de a poco lo estoy perdiendo y no sé qué hacer para salvarlo, lloro porque aunque lo tenga conmigo no lo tengo como quisiera, lloro porque Thomas ya no me ama y porque me tiene lastima.
Lloro como hace tiempo que no lloro.
Estoy perdiendo a los dos hombres de mi vida y no sé qué hacer.
Siento alguien que me sacude el cuerpo.
-Ashley- escucho una voz a lo lejos- Ashley despierta por favor- la voz se hace más clara, como si la persona que hablara estuviera al lado mío- Ashley despierta.
Abro los ojos y me encuentro con el doctor de mi padre, el Dr. Adams, un hombre de unos cincuenta años, alto, ojos marrones y de tez trigueña.
-Ashley te has quedado dormida al lado de tu padre.
-Mm si- me refriego lo ojos- disculpa no me di cuenta que me quede dormida.
-No te preocupes Ashley, solo te hable porque lo más probable que cuando despertaras tuvieras dolor de espalda.
-Está bien doctor, igual creo que ya es hora que me vaya. Todavía tengo que hablar con mi madre por mi padre.-le digo mientras me voy levantando y agarrando mi bolso.
-Si quieres puedo hablar yo con ella así tu puedes ir a tu casa a descansar, además si ella tiene alguna duda lo más probable que yo sepa responderle con más claridad.
Sé que dice eso para que yo descanse, ambos sabemos que a mi madre lo menos que le importa es la vida de mi padre. Desde hace tiempo ya su matrimonio no existe, aunque si legalmente porque ella no quería divorciarse para cubrir las apariencias con el resto de su amigas de la “elite”.
-De acuerdo, le dejo a usted que hable con ella.- dicho le doy un breve despido y salgo de la habitación.
Estaba saliendo del hospital cuando escucho sonar mi móvil, lo saco del bolsillo de mi chaqueta y veo que es Thomas. Sin pensarlo rechazo la llamada, no estoy de ánimos para hablar y mucho menos con él. O por lo menos por el momento, tengo que pensar que va a ser de nosotros o mejor dicho que va a ser de mi porque seguro que Tom va a seguir haciendo de cuenta que está todo bien y seguir fingiendo que me quiere con sus “yo también” pero para mí va a ser difícil verlo y no recordar lo que escuché.