Asignatura pendiente

Capítulo 6

Alejandro esperaba por Evelyn en la misma cafetería en la que se vieron la primera vez después de ese inesperado encuentro en el club. Tamborileaba los dedos en la mesa, con el café a un lado que comenzaba a enfriarse, viendo a Gladys cantar y bailar al ritmo de Maneater de Daryl Hall y John Oates, la canción de fondo que habían puesto. Esbozó una ligera sonrisa por esa escena y después dirigió la mirada hacia la puerta, esperando a que pronto apareciera la mujer que le ha estado robando el sueño estas últimas noches.

Finalmente, después de veinte minutos de atraso, entró por aquella puerta. Llevaba sus cobrizos cabellos lacios tomados en una coleta alta, por la ropa deportiva que usaba, Alex intuyó que interrumpió su rutina de ejercicios mañanera, sin embargo, esta mañana amaneció con ganas de conversar con ella antes de encerrarse en el estudio, es por eso que la llamó tan temprano.

 

—Lamento haber interrumpido tus ejercicios.

—Sí, lo lamentaré después de comer ese croissant. —Comenta ella, después de haberle pedido su desayuno a Gladys—. Yo no tengo la fortuna que tú tienes para operarme como todas esas modelos con las que seguro saliste. Yo tengo que trabajar duro para mantenerme en forma.

—¿Todas esas modelos? —Él no puede evitar reírse—. Sólo he estado con Lorena después de ti. Ninguna modelo, en serio.

—Sí claro. 

 

Alex toma un sorbo de café, antes de responder a la pregunta que Evelyn le hizo curiosa.

 

—¿Acaso nunca te has sentido atraído por otra mujer que no sea tu esposa?

 

Él tragó saliva, ¿cómo explicarlo? Sí, le ha pasado todos los días desde que se reencontró con ella, pero no podía confesárselo, sabía que si le hacía saber lo evidente entonces Evelyn se iba a alejar de nuevo. 

 

—Una vez...

—Cuéntame.

—Conocí a esta chica, Mónica, hace como cuatro años, no lo recuerdo bien, aún no me casaba eso si lo sé. Y ella... Tiene una actitud tan... loca, no hay otra forma de describirlo, vive su vida como si estuviera jugando una eterna partida de póker y eso me atrajo como un magneto. Mónica es todo lo contrario de Lorena, que es una mujer reservada y mucho más seria. Además yo sentía que mi relación estaba estancada y necesitaba un poco de emoción en mi vida, Mónica de alguna forma me la daba. —Evelyn recargó la barbilla sobre sus manos, escuchando atenta la historia—. Una noche, después de un concierto, había tomado de más con Eddy, mi baterista, y esa vez estábamos en un bar de Monterrey, Mónica vino con nosotros también, me la llevé a algunos conciertos de esa gira. Para no hacerte todo más largo, hice evidente esa atracción que sentía por ella, casi casi me le fui encima en el bar. Los rumores comenzaron entre un par de fans que nos vieron esa noche...

 

Evelyn tomó un sorbo de su mocca, antes de preguntar lo siguiente:

 

—¿Te acostaste con ella?

—No... O no lo sé, a veces terminaba demasiado borracho como para recordar. Lo único que sé es que después de eso una avalancha de rumores empezó en revistas y programas de chismes, así que decidí cortar todo tipo de comunicación con Mónica. Después le pedí a Lorena que se casara conmigo y...

 

Evelyn dirigió la vista hacia otra parte, desde hace un rato se siente observada por un par de chicas que se encuentran en otra mesa, mirándolos de repente. Por un momento se olvidó que se trata de Alex Mena con quien está compartiendo la mesa, es él, el cantante que no ha salido del top 50 de las plataformas digitales últimamente, ya no se trataba del chico que tocaba en el club Arabella, se le olvidó que él es una figura pública. 

 

—Oh no... —Deja escapar ella en un susurro—. Aquí vienen tus fans.

 

Alejandro se voltea después de haber escuchando ese comentario, dos chicas ahora estaban frente a él con una pluma en la mano, esperando a que Alex les firmara una servilleta de papel, que fue lo único que tenían al alcance en ese momento. 




 

—¿No te cansas? —Pregunta Evelyn después de verlo firmar la servilleta y de haberse tomado una foto con ellas—. De que la gente te acose y eso.

—Es parte de... No puedo portarme grosero con ellas, ellas compran mis discos, escuchan mi música, van a mis conciertos.

—Aun así, para mí sería incómodo que me estén tomando fotos a escondidas, lo mismo aplica para los paparazzis, supongo.

—No, no me acosan tanto últimamente. Lorena es periodista y tiene contactos, han respetado más mi privacidad desde que me casé con ella. —Dice él—. Además, ahora se dedican a acosar al famoso del momento, no sé quién sea pero al menos a mí ya no me molestan tanto. 

 

Evelyn tomó un sorbo más de su mocca, las chicas que previamente le pidieron el autógrafo a Alex continuaban mirándola desde su mesa, haciéndose demasiadas preguntas sobre la mujer que hacía reír a su ídolo.




 



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En el texto hay: musica, reencuentro, amor

Editado: 02.08.2019

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