Astartea destinos inciertos

Capítulo 2

Ahora mis rutinas se basan en concentrarme para intentar volver al mundo demoníaco, pero cada intento es fallido, no tengo idea de cómo llegue aquí y ni siquiera sé si me recibirán, mi conclusión es que mi hermano le mintió al territorio sobre mí y ahora todos con los que compartí bonitos recuerdos me odian. Me encontraba sentada en el árbol más grande, nuevamente está lloviendo, pero es extraño que esta lluvia nunca caiga en los árboles o en el agua potable, en fin por ahora no me importa investigar sobre este pequeño mundo.

Creo que los días pasaron y no fui capaz de hacer nada. Sin saber cómo regrese al mundo demoníaco todo estaba normal, justo como lo recuerdo, pero el ambiente era diferente, me encontraba en las afueras del territorio al entrar a este el primero en recibirme fueron mis alumnas quienes, si dirigían a mí con sus brazos abiertos para darme un cálido abrazo, pero algo estaba mal con Drugia ella no tenía puestos sus guantes. Sé que Drugia aún no es capaz de controlar su poder a ese nivel o será que lo hace a propósito, me aleje de ellas evitando sus abrazos.

—¿Qué sucede maestra? — pregunto Drugia inocente

—Drugia no la presiones, pasaron 100 años desde que desapareció — contesto Cali calmada

—¿100 años?, ¿Qué sucedió en ese tiempo? — pregunte muy curiosa, ellas se alarmaron inmediatamente

— No es momento de hablar ahora, maestra síganos a un lugar seguro — me dijo Cali tomando mi mano para avanzar, me llevaron a su hogar mientras me mantenían oculta por una extraña razón

— Maestra, es peligroso para usted estar afuera — me dijo Drugia dándome un poco de agua — todo cambio demasiado desde ese día

— ¿cuéntenme que sucedió?

Cali comenzó a contarme que mi hermano se había vuelto como Amazarac en cierto punto, ya que a diferencia de el mantiene el territorio en buen estado, me contaron que él dijo aquel día que había matado a Acatriel y huido con el único fin de ayudar a Amazarac. Al final dio la orden de que si me volvían a ver tenían que capturarme con vida.

— Pero ambas sabemos que todo esto es mentira — me dijeron al unísono causándome una sonrisa, pero aún me sentía inquieta

Ambas me mantuvieron oculta, al llegar la noche sus verdaderos planes salieron a la luz, a la mitad de mi sueño Drugia uso su poder en mi causándome un gran dolor, pero a la vez un veneno recorría mi cuerpo.

— Drugia recuerda mantenerla con vida — le dijo Cali a Drugia

— Lo sé, si ella muere sus alas no tendrán valor alguno

Ambas chicas tenían una mirada apagada llena de maldad, no eran las mismas que había conocido en aquel tiempo, eran diferentes, querían el poder de mis alas. Cali saco una espada y acercándose lentamente a mí con ella temblaba de miedo, pero fui salvada cuando Guta apareció y noqueo a Drugia, causando que su poder se desvaneciera y pudiera protegerme de Cali tirándola al suelo, tome la espada y la apunte con ella, pero no podía ni siquiera pensar en matarla, sin importar que ella quiera matarme yo simplemente no puedo, al verme de esta manera Guta de igual forma la noqueo y me llevo con el.

— Gracias por salvarme Guta — le dije mientras nos escondíamos en el bosque

— Escucha Astartea no puedes confiar en nadie ahora, todo el mundo es un loco que quiere tus alas para obtener poder — me dijo, pero no me sentía segura ni con el

— ¿también debo desconfiar de ti? — le pregunte

— Yo soy tu amigo Astartea, no te are daño — me decía con su sonrisa típica de el pero había algo diferente en ella, me causaba terror

Aun pensando en lo que estaba sucediendo no tardo mucho tiempo cuando sucedió otra muerte, Guta había sido atravesado en su corazón, la mano que salía de el era de una mujer, y cuando este cayó al piso pude ver la causante, ahora se trataba de Perisa.

— No me hagas reír, tu solo la salvaste para obtener sus alas de igual forma —dijo Perisa con una voz aterradora y llena de locura — Astartea me alegra verte nuevamente, antes que tu hermano aparezca permíteme tener tus alas

¿todos quieren mis alas, para tener poder?, verdaderamente son una maldición, me di la vuelta asustada y comencé a volar para alejarme, con la adrenalina al máximo olvidé que Perisa de igual forma podía volar a causa de ello ella me seguía a una distancia considerable. ¿Qué debo hacer?, los que eran mis amigos se mataron unos a otros, no hay nadie en que pueda confiar ¿existe alguien, aunque no quiera matarme? A mi mente llego Dumah él era mi última opción, tengo que encontrarlo.

— No puedes huir, nadie te ayudara — escuchaba gritar a Perisa mientras intentaba perderla

Mi única opción ahora era volver a tierra y perderla entre los arboles y arbustos, cerca de mi hogar, al fin y al cavo conozco ese lugar mejor que nadie o eso pensaba ya que no tome en cuenta que habían pasado 100 años, por lo tanto todo había cambiado un poco y termine perdiéndome pero logre perderla, quedando a salvo por el momento, me relaje un poco y descanse debajo de un árbol mientras pensaba si lo mejor era huir o buscar a Dumah, tal vez él ahora es igual a todos, cerré mis ojos por unos minutos, cuando los abrí ahí estaba el besándome sin preocupación alguna, cuando se separó de mí, finalmente pude verlo a los ojos, sus ojos llenos de tristeza que siempre me dedico desde que lo deje.

— Astartea, pensé que en algún momento volverías a mí, este día se cumplió, te protegeré por siempre — me dio un abrazo el cual rechace

— Dumah lo siento, pero sabes que ya no te amo, como tú lo haces conmigo — conteste y el agacho su cabeza, no podía verlo ahora, rápidamente sentí que algo estaba mal

— Lo siento mucho Astartea — me tomo del cuello con ambas manos para matarme — si no eres mía te matare y después me suicidare porque si no podemos estar juntos la vida no tiene sentido

Dumah se había vuelto loco, como todos en este mundo, ¿ahora es el final?, ya no hay nadie mas que pueda salvarme, todos están en mi contra, moriré finalmente, aunque no quiera hacerlo, ¿pero porque no puedo defenderme? Es como si de repente hubiera perdido todas mis fuerzas, como si me estuviera dando por vencida. Nuevamente fui salvada esta vez por Dagon quien me dio un golpe en la cabeza.




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