Como siempre, preferí vestirme de un modo que no llamara mucho la atención, así como mi cabello lo dejé como siempre, de tal manera que estaba despeinado, pero tampoco demasiado, algo desaliñado. Me vi al espejo por última vez antes de salir y ahí estaba yo, o lo que pensaba que era, o bueno lo que ya no era. Los últimos días todo se me complicaba, me confundía. Yo solo quería una vida normal, de adolescente normal.
Bajé las escaleras y le dije adiós a mi mamá, quien estaba leyendo en el comedor. Ella me vio sorprendida pero solo también me respondió la despedida. Al llegar a la puerta, me puse mi chaqueta negra, para cubrirme del frio que suponía estaba afuera. Al salir de mi casa, me llego un viento horrible a la cara, pero seguí caminando. El viento soplaba al tal grado que incluso sentía que me arrastraba al lado opuesto al que iba caminando. No estaba muy lejos de la parada del autobús. Para darle más dramatismo al ambiente y para yo estar concentrada, tome mi celular primitivo de la bolsa de mi chaqueta y los audífonos. Por consiguiente, conecte los audífonos al celular y entre a mi lista de reproducción musical. Hacia un largo tiempo que no tomaba el celular y mucho menos escuchaba música, así que, al ver la gran variedad de música, baje hasta la única canción que me interesaba: Dream On era su nombre. Es una canción bastante vieja y clásica, cuando aún la tierra era un lugar hermoso, con flora y fauna que ya nadie conoce. Pero al escuchar la melodía, poco a poco recordaba todo lo que había vivido, de modo que no me daba cuenta de las pequeñas cosas que en verdad importaban, pero solo era una canción melancólica. Dejando de lado mis pensamientos, había llegado a la casa de Steven, así que por instinto volteé a su puerta, al ver que nadie salía pensé: <<creo que ya se fue>>, así fue como seguí mi camino.
A lo largo del camino iba pasando por lugares que hacía mucho no veía. Donde estaba un mercado ilegal ahora ya estaba una construcción. Recuerdo que ahí solíamos comprar la comida o alguna ropa cuando éramos pequeños Ethan, Erick y yo, siempre encontrábamos buenas cosas, muchas veces eran cosas extrañas que aún conservo, y otras veces inclusive encontrábamos carne de dudosa procedencia, así como la vez que arrestaron a un hombre por vender carne humana. Mi padre no nos dejaba vagar por ahí ya que era muy peligroso, pero como siempre, Erick traba de lucirse para protegerme, y en la mayor parte siempre hacia la misma promesa a mi padre: <<Siempre voy a cuidar a su hija>>.
A no muy lejos de donde estaba, veía los juegos que usaba de niña junto con ellos, un columpio, un sube y baja, entre otros. Me detuve viéndolos por un momento. Se que con los cambios que hubo hace muchos años y el paso de la tecnología, los niños usaron más las tecnologías que sus juguetes, pero al paso de que ocurrió las guerras y lo que provoco con ella, los niños empezaron a jugar más en las calles después de que termino, como modo de celebración; esto ocurrió poco después de que los humanos regresáramos a la tierra. Entonces, desde ese momento, empezaron los niños a entender los pequeños detalles del mundo anterior, y la tecnología, aunque ha sido muy importante aún, los niños ya vuelven a jugar con juguetes. Y al ver los niños jugar me sentí nostálgica y más aun con las canciones que estaba escuchando. Solo sonreí tratando de no llorar porque en ese tiempo era todo más sencillo, seguí con mi camino.
Espere en la parada de autobús hasta que por fin llego. Los autobuses, al menos en esta ciudad, nos trasladan a todos los lugares y rincones de ella, con excepción de la ciudad prohibida. Sobre esta ciudad, es muy extraña, ya que nadie sabe se encuentra ahí, nadie que yo conozca o alguien cuerdo que haya ha entrado y ha salido, jamás. Sabia después de que Zac en el primer día nos explicó que tenía que ver con los que eran como nosotros, pero aun, y con esa información, nadie podía afirmar que pasaba en ella. Solo los que entran, jamás salen. Como en una especie de cárcel. Pero inclusive, en la cárcel estatal, las personas que no tienen delitos tan graves suelen salir al pasar de los años, a comparación de los de dicha ciudad.
Había algo curioso, pues se ubicaba, a las afueras de la ciudad de Greca, justo a unos kilómetros de distancia de la mansión a la que iré. Al menos se sabe que su entrada esta protegida, y como explico Zac, tenia que ver con nosotros, pero aun no se en que sentido. Lo que realmente me parece fascinante, es que, si alguien busca la ciudad en el mapa normal de Greca, nunca estará marcada, ni en los GPS, ni en cualquier otra. Todos saben que existe y desde hace muchos años, pero nadie sabe el porque nunca está marcada, así como también, se desconoce, el porque se le apoda como ciudad prohibida ya que esta justamente en el mismo lugar que la ciudad de Greca.
Dejando de lado mis pensamientos y razonamientos que lo único que hacían era entrarme con más dudas; ya estaba muy cerca de la mansión Willieword, que estas ultima también es parte interesante de la misma ciudad, pues tiene una historia.